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ALINEACIÓN INDEBIDA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Agüero: demasiado bueno para lo contrario

Al Kun lo vamos a recordar los culés por muchos momentos, casi todos ajenos y alguno incluso doloroso, pero reconociendo el brillo de sus muchas joyas

El Kun Agüero sonríe durante el anuncio de su retirada del fútbol.Vídeo: PAU BARRENA (AFP)
Rafa Cabeleira

Solo unos meses atrás, hacia el final del verano, el Kun Agüero dejaba Manchester rumbo Barcelona para disfrutar de los últimos meses de su vida deportiva en la élite junto a su amigo Leo Messi. Y este, desprendido del gato que le provocaba Josep Maria Bartomeu, se disponía a poner el broche final a su carrera en el más alto nivel enfundando por penúltima vez la única camiseta -además de la albiceleste- que le hacía justicia a su cara de bendito tesoro. Pero la vida siempre está ahí, agazapada, dispuesta a recordarte que de nada vale hacer planes de futuro sin contar con su consentimiento.

Al Kun, al pibe salido del Rojo rumbo a Europa casi antes de ser eso mismo, un pibe, le ha planteado el corazón una emboscada que resultó ser la desfiguración última del peor año que recuerda la historia reciente del Barça: allí a dónde no llega ni lo peor del mal juego, llega la mala salud. El talento argentino que venía a pactar diabluras con su amor platónico sobre los terrenos de juego, ese Messi siempre pendiente de conformidades y afectos, se ha encontrado sin su principal razón de ser y con una arritmia traidora que, paradójicamente, le ha hecho frenar en seco como casi nunca antes lo logró ningún defensa acreditado, ni siquiera los ingleses con su ímpetu y mañas de fútbol viejo. Justo cuando se proponía a poner punto y final a su carrera gloriosa en el club soñado por él y su destino, un Barça semi triunfante o incluso un Barça a medias, de repente en los huesos financieros y deportivos, el Kun llegó a soñar con un amago de paraíso y se encontró con la confirmación de que el sótano construido por Josep Maria Bartomeu, entre sueldos e hipotecas, aún le quedan años por delante para poder ser pagado.

Al Kun lo vamos a recordar los culés por muchos momentos, casi todos ajenos y alguno incluso doloroso, pero reconociendo el brillo de sus muchas joyas. Pero como todos los grandes genios, tuvo uno que lo define y le merecerá un lugar de honor eterno en el olimpo de los recuerdos: última jornada de la Premier League, el City necesita la victoria para ser campeón y su rival lo mismo, pero para salvarse. Nervios, amago de infarto, el descuento… Y ahí aparece él, el argentino llegado del frío de Madrid para hervir a fuego la historia de Manchester, elegido por la pelota y dispuesto a devolverle la cortesía. Si el abuelo de su nieto pasó a la historia por una de las narraciones más icónicas del deporte, Sergio reclamó su sitio con un largo y clamoroso recuerdo: su apellido gritado a ritmo de punk, un largo e inolvidable Agüero.

Pero como algunas historias acaban mejor acudiendo al principio, la del Kun adquiere sentido y belleza si se habla de su paso por el Atlético. Unas pocas veces en la vida las cosas son como empiezan. La delantera mítica que Agüero formó con Diego Forlán va a ser difícil de olvidar. Para no entrar en demasiados detalles, le dieron al club la Europa League de 2010, con un esplendoroso gol al final de la prórroga. Al año siguiente se fue. Lo más hermoso y difícil estaba hecho. Si el City de Mancini primero, y Pellegrini o Guardiola después no lo ganaba todo con él a bordo era para matarlos, porque la memoria reciente lo dictaba: era demasiado bueno para lo contrario.

Unas pocas veces en la vida las cosas son como empiezan.

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