Un Barcelona impoluto, de goleada en goleada

La máxima de controlar el balón para así controlar el juego sí funciona todavía en la sección femenina de fútbol del Barcelona: posesión, ataque, goles. Cuando las que tienen la pelota son Putellas, Bonmatí o Mariona, con permiso de la ausente Patri Guijarro, el resultado de esa romántica visión del juego, tan cruyffista, tan de La Masia, da resultado. Y el resultado son victorias, a menudo abultadas, en las que, además, las jugadoras de Jonatan Giráldez ofrecen pocas concesiones. La fórmula arrasa en la Liga Iberdrola: pleno de victorias, 12, con 72 goles a favor y solo tres en contra. Y funciona, también, a las mil maravillas en Europa. El Barça (0-4 al Arsenal) ya está en cuartos. Y eso que todavía tiene que disputar un encuentro.

Un disparo lejano de la jugadora del Arsenal Jordan Nobbs que se fue fuera por poco espoleó al Barça en el minuto 10. La presión alta, el juego en corto, el pase y el control fueron la carta de presentación de las de Giráldez. Apenas diez minutos después llegaría el primer gol. Bien armada la defensa del Arsenal, el Barcelona aprovechó una pérdida de balón en el centro del campo para asestar el primer golpe. Jennifer Beattie hizo un pase atrás y a ninguna parte y Aitana, al quite, robó el esférico. Encaró a la portera, Zinsberger, se fue escorando a la derecha y cuando parecía que ganaba posiciones la defensa del equipo británico, cruzó el balón a la izquierda. Gol.

La baja por positivo en covid de Guijarro, la que reparte juego desde la medular, futbolista clave en el esquema azulgrana, obligó a algunos cambios en el once. Pero nadie acusó su ausencia. La alternativa de poner a Rolfo como lateral, volcada en ataque, provocó un boquete por el carril izquierdo que supieron aprovechar muy bien sus compañeras. Por ese pasillo llegó el segundo tanto azulgrana. Mariona abrió para Rolfo, que colocó el balón en un punto perfecto, justo en el centro del área, para deleite de Jenni Hermoso, que disfrutó de un zurdazo contundente.

Había pasado media hora de partido y todo parecía encarrilado. El tercero llegó al borde del descanso. Y sirvió para encumbrar a Rolfo, que aprovechó otro error en defensa para firmar un magnífico lanzamiento desde fuera del área.

Y aunque Alexia Putellas empezó a notar aquello de lo que le advirtieron otros desde la distancia: con el Balón de Oro en sus vitrinas, sus tobillos fueron objeto de deseo para las defensas –la irreverencia le costó una amarilla a Foord–, no se amilanó lo más mínimo.

No se acobarda este equipo tocado con la varita mágica y premiado en esa gala del Balón de Oro en la que brilló hace pocos días en París el alma y referente del conjunto azulgrana, Putellas. No se acobarda ni que se abran las puertas del Emirates Stadium para albergar por segunda vez en su historia un partido de fútbol jugado por mujeres. Las gradas rugían con el mismo espíritu con el que rugen habitualmente las tribunas de la Premier. Pero el protagonismo, en el verde, lo tenían las jugadoras visitantes, que bordaron el guion. Sumaron su quinta victoria en cinco partidos, pleno en el grupo C, con 18 goles a favor, un escándalo, y solo uno en contra.

Ninguno concedieron en la fría noche londinense, que concluyó con cuatro goles a favor del equipo catalán, que sella su pase a la próxima ronda como primero de grupo. Impoluto su transitar por una competición que ganó en 2021 y que estrena formato este año. Es la primera vez que la Champions femenina se juega como una liguilla en esta inicial fase de grupos. Y no le ha podido ir mejor al Barcelona, la cara de un club que vio un día antes caer con estrépito en Múnich al conjunto masculino, que se verá relegado a jugar la Europa League.

En Londres, no paró el Barça, el femenino, de asediar la meta Zinsberger. El cuarto gol llegó en el 75. Y salvó Sandra Paños el honor de las suyas, inmaculado, en el minuto 81, cuando logró Mead encararla para salvar distancias. Una tremenda estirada de la mejor guardameta de Europa dejó las cosas como estaban. Y como se preveían: la portería a cero y una nueva goleada.

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