Ya nadie se olvida de Sébastien Haller

“Ha tenido que soportar muchas pruebas durante su carrera futbolística, pero siempre estuvo tranquilo, se fija objetivos y va a por ellos”, explica el técnico del Ajax, Erik ten Hag, sobre su delantero Sébastien Haller (Ris-Orangis, Francia; 27 años), una de las sensaciones de la Liga de Campeones, el primer futbolista que en sus cinco primeros partidos en la máxima competición continental logra anotar nueve goles, uno más que la plusmarca que detentaba Haaland desde que hace dos años marcó ocho con el Salzburgo.

Haller, que salió del banquillo para anotar los dos goles que valieron este martes el triunfo en casa del Besiktas, lidera la nueva versión del Ajax, que en aquella campaña en la que eclosionó el ariete noruego también sorprendió al mundo con un equipo de novatos que se quedó a diez segundos de llegar a la final de la Champions. Entre todos los equipos de la liga holandesa ingresan cada año unos 100 millones de euros por derechos de televisión, algo así como lo que cobran en una temporada entre Getafe y Alavés. Así que, si quiere alternar en la élite europea, el Ajax debe abrir la tienda. Con el traspaso de varios de los chicos que lucieron en 2019 recaudó 360 millones de euros. Ahora, tras gastar menos de la mitad (142) ha renovado el bucle del talento. A falta de una jornada, el equipo ya está clasificado como cabeza de serie para octavos de final después de ganar todos los partidos que ha jugado.

El Ajax se levanta después de que en las dos últimas temporadas cayese a la Europa League como tercero de grupo. En 2020 le apeó el Getafe, la campaña pasada eliminó a Lille y Young Boys antes de sucumbir contra la Roma en cuartos de final, una aceptable trayectoria teñida por un error garrafal: el fichaje más caro de la historia del club no pudo ayudar al equipo por un fallo administrativo. Nadie en las oficinas del Ajax cayó en la cuenta de inscribir a Haller para jugar la Europa League después de pagar 22,5 millones de euros por un traspaso que se cerró el pasado 8 de enero, más de tres semanas antes del cierre del mercado.

Haller ya era un favorito para Ten Hag. Le había entrenado en Utrecht, destino al que rebotó el jugador tras buscar una salida desde el prolífico vivero del Auxerre, donde se había forjado desde la adolescencia. Llegó un momento en el que allí se miraba, en Segunda División y con la urgencia de ascender, más por el resultado que por la progresión de un delantero que completaba su formación. Holanda fue el destino ideal para hacerlo, un puente de 98 partidos y 51 goles para acabar en la Bundesliga, donde Haller dio un paso adelante en un Eintracht exuberante en el que se alineaba en la delantera con Luka Jovic. 40 goles en 93 partidos anotó en Francfort el balcánico antes de salir hacia Madrid por 60 millones de euros. Por diez menos se fue Haller al West Ham United tras anotar 33 tantos en 77 citas. Lo hizo como segundo plato: el cuadro londinense quería al delantero del Celta, Maxi Gómez, que eligió al Valencia.

La Premier fue una aventura incompleta. Pocos alzaron la voz cuando tras un año y medio el club decidió traspasarle por menos de la mitad de lo que había pagado por él. Tuvo minutos, pero le faltaron goles y le sobró David Moyes, que mejoró el rendimiento del equipo tras la destitución de Manuel Pellegrini, pero con un libreto que le daba la pelota al rival y en el que acomodó a Michail Antonio como única referencia en punta. Haller no es ese tipo de delantero. Rinde en equipos que juegan en campo contrario, es más jugador cerca de la portería rival que lejos de ella, es un rematador incluso con capacidades acrobáticas, un ganador en duelos aéreos que semeja, por contra, un tanto frío en las disputas.

En Londres hubo quien se quedó con las ganas de verle en comandita con Antonio. Haller no es un nueve y medio, pero muestra su mejor versión si juega acompañado en punta. “En el West Ham tenía la sensación de que no podía encontrar mi sitio en el campo, de que no lograba conectar con mis compañeros. Fue algo extraño”, explicó al poco de salir. No todos le entienden. Deschamps nunca le citó para la selección francesa a pesar de que marcó 13 goles en 20 partidos con la sub21. Hace un año aceptó la llamada de Costa de Marfil, la tierra de su madre, con la que acaba de perder contra Camerún y quedar fuera del próximo Mundial.

Ten Hag sabía lo que fichaba. El técnico holandés, curtido en el segundo equipo del Bayern durante el tiempo que Guardiola estuvo en Múnich, quiere jugar en campo del rival y nutre con extremos la voracidad de Haller, con el que ha dado una vuelta de tuerca a su equipo respecto a 2019, cuando alineaba a Dusan Tadic, otro infravalorado, como falso nueve. Ahora tiene un delantero con todas las letras, que firma este ejercicio 18 goles en 18 partidos. En Lisboa, en su estreno en la Champions marcó cuatro en una hora y Ten Hag lanzó una pregunta al final del partido: “¿Qué hubiera pasado si lo hubiésemos inscrito la temporada pasada?”.

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