Gareth Bale, lesionado de larga duración
El galés, titular en el inicio de Liga, cayó hace una semana en su regreso al Bernabéu durante un entrenamiento. El club evita dar plazos
A Gareth Bale no le pudo sentar peor el regreso al Santiago Bernabéu. Hace una semana, en el entrenamiento previo al partido contra el Celta celebrado en el estadio blanco, el galés se retiró con una fuerte molestia en el isquio derecho y este sábado se supo que la baja será de larga duración. La Cadena Cope cifró este periodo entre ocho y diez semanas, aunque fuentes oficiales del club evitan dar plazos concretos y solo se refieren a una ausencia de “larga duración”. Carlo Ancelotti, en la rueda de prensa previa al duelo de este domingo contra el Valencia (21.00, Movistar), tampoco quiso hablar de tiempo de recuperación, pero sí aseguró que “la lesión es bastante importante”.
Todo ocurrió el día antes a que el Real Madrid regresara al Bernabéu un año y medio después. En la antesala de la cita, la entidad organizó la última sesión preparatoria en el recinto merengue como un entremés al retorno al estadio. Cómo le recibiría el público era una de las incógnitas después de que en sus siete primeras temporadas fuera silbado por la grada en numerosas ocasiones. Sin embargo, mediado el entrenamiento se retiró a los vestuarios, se le descartó casi al instante para el choque contra los vigueses del día siguiente y ahora se sabe que su caída es de consideración.
Hasta este serio percance, el galés, de 32 años, había sido titular en las tres primeras jornadas de Liga, contra el Alavés, Levante y Betis. Anotó, incluso, el primer tanto en el Ciutat de València. Él era la única novedad en un ataque blanco que acabó la pasada campaña con la sensación unánime de que necesitaba nuevos argumentos. El club pretendió a Mbappé, aunque la única novedad ofensiva terminó siendo él, una vieja cara a la que ya se había dado por amortizada en Concha Espina. Cuando se marchó cedido en el verano de 2020 al Tottenham, prácticamente nadie contaba con su vuelta, pero ni los Spurs quisieron extender el préstamo ni otro equipo estuvo interesado por un jugador que viene de exhibir un fútbol menguante, lejos de su alta ficha.
Así que Carlo Ancelotti, con quien rindió a buen nivel en sus dos primeros cursos en el Madrid, aplicó su clásico pragmatismo y se puso a la tarea para exprimir todo el zumo que todavía hubiera en las botas del galés en su última temporada con contrato en Valdebebas. Le dio pista desde el principio y el zurdo, dentro de su juego de solista y de todas sus idas y venidas a lo largo de un encuentro, no se desentendió del mundo. En el estreno en Mendizorroza empezó activo, ante el Levante se apuntó el 0-1 y en el Villamarín pasó más de puntillas. Junto a Benzema arrancó como un fijo en el ataque y, cuando el técnico italiano decidió incluir en el once a un efervescente Vinicius, el descartado fue Hazard. Así se llegó al primer parón de selecciones y, a su vuelta, en el momento en que debía reencontrarse con el público del Bernabéu, su físico se quebró. “Es una pena. Estaba trabajando bien. Tenemos que pensar que, con todo el desgaste de partidos, los jugadores se lesionan”, advirtió Ancelotti.
Para tapar su ausencia, ante el Celta el entrenador blanco completó la delantera con Vinicius y Hazard, y en San Siro prefirió la energía de Lucas Vázquez en perjuicio del belga, que según reveló este sábado el preparador sufría una molestia en una rodilla que no le impidió entrar en la convocatoria ni calentar toda la segunda parte. En la sala de espera también aguardan, sobre todo, Asensio (suplente en los cinco partidos de la temporada) y Rodrygo, (decisivo entre semana en Milán). Opciones para la ausencia de larga duración de Gareth Bale.
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