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Carne, azúcar, vino, plátanos, ruedas... Así volvió el Tour tras la Segunda Guerra Mundial

El Gobierno francés allanó en 1947 el camino de vuelta de la carrera después del enfrentamiento bélico

Jon Rivas
El equipo de Holanda, poco antes de la salida del Tour de 1947.
El equipo de Holanda, poco antes de la salida del Tour de 1947.

A Jacques Goddet, al que acusaban de colaboracionismo con los nazis por haber seguido publicando en el diario L’Auto durante la ocupación unos artículos titulados Savoir vite, le salvó el hecho de que la imprenta de su periódico se dedicó, a escondidas, a confeccionar panfletos para la Resistencia. Pero el diario no pudo volver a salir. Aparece L’Equipe, que se instala en un apartamento frente a las oficinas de L’Auto. Dos personas, el prefecto de París, André Kaouza, y el inspector principal de Aduanas, Jean Capdeville, responsable de custodiar los bienes del diario incautado, serán claves para el regreso del Tour.

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Capdeville autoriza a Goddet a volver a las oficinas antiguas. Luego, atiende a sus argumentos: “Si el Tour no se organiza lo más rápido posible, dejará el seno de L’Auto para siempre”. Kaouza hace llegar ese mensaje al Gobierno, que sabe lo importante que es la carrera para Francia. Finalmente, las autoridades levantan el secuestro de los bienes; el Tour puede volver a nacer. Esta vez se encargarán de la organización tres entidades: la sociedad del Parque de los Príncipes, el diario L’Equipe y Le Parisien Libéré, el periódico creado el 22 de agosto de 1944, tres días antes de la liberación de París, por Émilien Amaury, miembro de la Resistencia. André Kaouza es nombrado presidente.

Claro que los problemas están ahí. Han pasado dos años desde el final de la Guerra, pero los franceses siguen utilizando la cartilla de racionamiento. El país se encuentra en plena reconstrucción, muchas carreteras siguen inutilizables, pero la organización sigue adelante. Se propone un presupuesto de 500 millones de francos y se fija la salida para el 25 de junio de 1947. Henri Manchon es nombrado director deportivo y recibe la confirmación de Paul Ramadier, presidente del Consejo de la República, de que al Tour no le faltarán medios.

El Tour pide y las autoridades conceden. Primero, 150 bicicletas. Manchon consigue una tonelada de carne para los ciclistas, 800 kilos de azúcar y plátanos, 30 hectolitros de vino, 250 pares de ruedas, 2.000 tubulares, 350 pares de gafas de sol, 6.000 bidones y 150 bolsas. Además, apalabra el carburante suficiente como para dos viajes de avión diarios: el de la mañana para transportar a los invitados distinguidos y los periódicos del día; y el de la noche, para devolver a París a los invitados y transportar los carretes fotográficos que serían revelados durante el vuelo para entregarlos a los periódicos para su impresión.

Manchon se convierte en el conseguidor del Tour y también obtiene el préstamo de 30 coches, nueve motocicletas, siete camiones, un autobús, una ambulancia de la Cruz Roja y un camión cisterna. Los días anteriores a la partida, en L’Equipe los corredores acuden a recoger sus cosas: vales de alojamiento, maletas, camisetas, gafas y gorras. Completan un formulario en el que indican su estado civil y sus medidas, y luego se dirigen al Velódromo de Invierno, donde los nazis concentraron a los judíos antes de enviarlos a los campos de exterminio, y allí se les entregó una bicicleta y unos tubulares. El 25 de junio de 1947 el Tour regresó.

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