Naomi Osaka, ¿ejemplo o infractora?
El abandono de la japonesa, tras ser multada y amenazada con la expulsión por no hablar, reaviva el debate sobre la salud emocional de los deportistas, su vínculo con los medios y el trato del sistema
En 2019, Naomi Osaka (23 años) ya había ganado dos de los cuatro grandes que posee y su proyección mediática había cobrado una dimensión considerable. Preguntada durante un encuentro con este periódico en la Caja Mágica de Madrid, respondía: “Para mí no es difícil lo de las entrevistas, porque normalmente se trata de alguien que me hace una pregunta, en vez de ponerme yo a hablar sin más. Siento que cada entrevistador que he conocido es como un amigo, e intento enfocarlo así. Nunca me siento incómoda con la prensa, trato de tomármelo lo mejor que puedo”.
El lunes, la japonesa anunció que abandonaba Roland Garros después de recibir un castigo económico de 15.000 dólares (12.300 euros) por haberse negado a ofrecer la rueda de prensa habitual tras su triunfo en la primera ronda contra Patricia Maria Tig. Antes, el día 26, había adelantado que en París no departiría con los periodistas —infringiendo la normativa del circuito, que en su condición de número dos del mundo le obliga a comparecer por contrato— porque “la gente no tiene consideración con la salud mental de los deportistas”, alegando que recibía preguntas repetitivas y otras que le hacían dudar de sí misma.
Formidable tenista, a Osaka se le atraganta la tierra batida desde el inicio de su carrera, como en su día le ocurriera a Pete Sampras y a otras figuras. El estadounidense se retiró con 14 grandes en las vitrinas, pero ninguno de ellos llegó sobre la arcilla de Roland Garros. Atrapada en la arena, la japonesa —con 34,2 millones de euros, la deportista femenina con el récord histórico de ingresos anuales— decidió aislarse en la gira de la presente temporada. “¿Osaka? No va a hacer nada. Y nada es nada”, advertían desde el departamento de comunicación del Masters de Madrid hace un mes, ante las peticiones de entrevistas. Lo mismo sucedería después en Roma. Y subió la apuesta en París.
Primero, silencio casi absoluto; y después, el abandono. “No quiero ser una distracción”, expuso en un último comunicado, recordando que desde que ganara por primera vez el US Open, en 2018, arrastra “largos problemas de depresión” y que permanecerá un tiempo alejada de las pistas. Su marcha supuso un bombazo y ha regenerado el debate sobre la fina línea entre la protección emocional de los deportistas y sus responsabilidades con los medios que los proyectan social y económicamente.
Según algunos, Osaka falló en las formas por no gestionar de manera privada la situación, por el tono retador de su primer mensaje y por no reconsiderar su postura después de que la Federación Francesa (FFT) y la WTA intentasen llegar a un acuerdo con ella; según otros, su episodio subraya la vulnerabilidad psicológica que produce la exposición pública y el deficitario trato del sistema en muchas ocasiones, y el comité de Grand Slams —integrado por los cuatro grandes, firmantes todos de la sanción de 15.000 dólares— debería haber actuado con más diplomacia.
“Estoy muy orgullosa de ti”, le respaldó Venus Williams. “Estamos contigo”, continuó Sloane Stephens. Martina Navratilova, ganadora de 18 grandes individuales, se sumaba a estas voces de apoyo. “Como deportistas se nos enseña a cuidar de nuestro cuerpo, pero tal vez el aspecto mental y emocional se queda corto. Esto va más allá de hacer o no una rueda de prensa”, declaró. En una línea similar se expresó la exjugadora Billie Jean King, que consideró que “es realmente valiente que haya revelado su lucha contra la depresión”.
Djokovic: “Sé cómo se siente y la apoyo”
Los tenistas compiten durante prácticamente todo el año y deben dialogar con los periodistas un gran número de semanas. Sin ir más lejos, Rafael Nadal, por ejemplo, puede llegar a ofrecer 100 ruedas de prensa en un año, sin contabilizar otros actos promocionales ni las entrevistas individuales.
No solo los deportistas de su disciplina han mostrado públicamente su respaldo a Osaka. El baloncestista Stephen Curry la defendió: “Nunca deberías tener que tomar una decisión como esta, pero es impresionante tomar el camino correcto cuando los poderes no protegen a los tuyos. Mis mayores respetos para Osaka”. El exvelocista Usain Bolt respondió al anuncio de la tenista con tres emoticonos de apoyo. Y más allá del deporte, la senadora demócrata por Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, también se posicionó del lado de la japonesa: “Orgullosa de ti”.
En contraposición, la gran mayoría de los jugadores que fueron expresándose sobre el caso antes del abandono censuraron la actitud de Osaka, a la que exigían responsabilidad y adecuarse a las reglas. No fue el caso del número uno del mundo, Novak Djokovic. “Los Grand Slams defienden sus intereses. Ellos van a hacer que sigas las reglas y si no, te sancionan. No me sorprende la reacción. Nos hacen preguntas similares después de cada partido, pero es parte de nuestro deporte, de lo que hacemos. Los medios son importantes”, introdujo el serbio tras vencer a Tennys Sandgren (6-2, 6-4 y 6-2).
“Son el modo tradicional para comunicarnos con nuestros aficionados, pero en los cinco o diez últimos años ya no es el caso. Ahora tenemos nuestras propias plataformas, nuestras redes sociales para comunicarnos con ellos”, continuó Nole, de 33 años. “Naomi es muy joven y ha crecido con esto, la entiendo muy bien y empatizo con ella porque he estado muchas veces en el borde equivocado de la espada en cuanto a los medios... [risas]. Sé cómo se siente y la apoyo. Es muy valiente, espero que se recupere y vuelva más fuerte. Es una gran jugadora y una marca muy importante para nuestro deporte”, remachó el de Belgrado.
Queda ahora la incógnita de saber cuándo regresará al primer plano Osaka, teniendo en cuenta además que solo faltan 51 días para el comienzo de los Juegos Olímpicos de Tokio. Ella ya ha dado su opinión sobre su celebración: “Si se pone en riesgo la salud de la población, entonces hay que debatirlo. Mucha gente de fuera va a entrar en Japón, así que no estoy del todo segura de que deban celebrarse”.
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