La excepción de Ilaix Moriba
El Barcelona, convencido de la gran proyección del canterano, rompió al alza su política de contratos en La Masia para retener al centrocampista
Al acabar el partido, y tras la nueva condena del Barça en Europa, en esta ocasión a pies del PSG, Pedri aguardó a Mbappé para pedirle la camiseta antes de entrar en el túnel de vestuarios. El francés aceptó el trato a cambio de la suya para sorpresa del azulgrana, que no estaba preparado y se quitó el abrigo a toda prisa. Pasajes de juventud e ilusión en el equipo de Koeman, donde se entremezclan los canteranos con jóvenes apuestas. “Messi ve desde hace tiempo que vamos a más. No creo que tenga dudas del futuro del equipo con la calidad de estos jóvenes”, dijo Koeman, ahora que el contrato del 10 está en el alero porque puede irse libre al acabar el curso.
Resulta que además de Pedri (18 años) llegaron Araujo (22), Dest (20) y Trincão (21), que abanderan el fútbol que viene del Barça junto a los canteranos Ansu (18), Riqui Puig (21), Mingueza (21), Konrad (19) y ahora Ilaix Moriba (Conakry, Guinea; 18 años), centrocampista que ha participado en los últimos cuatro encuentros, también en el Parque de los Príncipes. “Es una bomba. Físico y técnica. Puede marcar una época si tiene los pies en el suelo”, sostiene un veterano del vestuario. Así lo vieron en La Masia.
Desde tiempos lejanos, en el área deportiva del Barça se decía que “todos los canteranos son iguales” a la hora de extender contratos, confiados en que el escudo haría el resto. Con el tiempo, la frase perdió valor —reincidente la fuga de talento a la Premier o Bundesliga— y con Moriba perdió el sentido porque se le propuso un contrato de dos millones en tres temporadas (con una comisión de 2,5 millones a repartir entre familia y agencia), además de la promesa de que se haría lo posible para catapultarle al primer equipo. “Ese día decidimos que ya no eran todos iguales”, cuentan desde el área deportiva; “porque el fútbol demostró que la competencia era enorme y porque Ilaix tenía todo para instalarse en el primer equipo”. Cosa que han hecho posible el jugador y Koeman.
Hace dos cursos, las ofertas del Chelsea, Manchester City, Juventus y Borussia Dortmund por Moriba eran mareantes en lo económico y deportivo, todavía con el centrocampista en edad de cadetes. Jauja para el agente de Ilaix, Jonathan Barrett —de la agencia Stellar Group, que lleva por ejemplo a Bale—, que exigía números nunca vistos en La Masia. Toda la cúpula deportiva de entonces, con Pep Segura al frente, discutió qué camino tomar, al final convencidos por la vehemencia de José Mari Bakero, encargado del fútbol formativo. “Fue el principal defensor del potencial del chico y su opinión influyó mucho en la decisión final”, cuenta uno de los que se sentó a la mesa a negociar la renovación; “y llegamos a la conclusión de que valía la pena hacer un esfuerzo y excepción porque nos saltamos todos los parámetros”. El problema, sin embargo, fue que sentó un precedente y ocurrió por error.
Sucedió que cuando enviaron el contrato de renovación para que lo firmaran, el área deportiva cometió el error de añadir como destinatario a la secretaría técnica del Espanyol [Ilaix se formó en la cantera blanquiazul hasta que en 2010 lo fichó el Barça], y acabó por hacerse público. “Desde entonces, los agentes que querían renovar a sus futbolistas nos sacaban a la luz estos números”, conceden desde la ciudad deportiva azulgrana. Pero la respuesta es que Ilaix es diferente. “Es callejero, cabroncete. Es verdad que ha tenido algún episodio de conducta en el club, pero casi que es mejor. Son episodios que marcan su carácter. Hay que llevarle atado en corto, pero responde. Es que jugadores así no los hay, con esa personalidad”, le alaban desde la secretaría técnica.
“Qué hace aquí?”
Eso se entendió en su primera semana en el club, cuando los entrenadores solicitaron que lo ascendieran de categoría porque iba sobrado y se negó la mayor, entonces por el coordinador Albert Puig. Pero cuando le vio tocar el balón, cambió de parecer. “¿Qué hace aquí?”, preguntó. Requerido por la selección de Guinea, Moriba de momento ha jugado con las inferiores de España y tiene bien claro que su futuro pasa por el Camp Nou. “Tanto él como Ansu fueron importantísimos para quedarse en el club porque sus familias y agentes veían con buenos ojos aceptar otras ofertas. Pero es que estos chicos sienten el Barça”, resaltan desde la secretaría técnica. Por eso Ilaix ha colgado varias fotos con Messi en sus redes sociales, siempre con el apelativo de Goat [el más grande de todos los tiempos].
Nadie duda de que renovará pronto, pues acaba contrato en 2022 y tiene una cláusula de 100 millones, como tampoco que estará en la próxima pretemporada con Koeman. Por entonces es posible que también lleguen tres juveniles que apuntan alto: el medio Gavi, el zaguero Balde y el delantero Ilias. Es el Barça del futuro, el que debe convencer a Messi.
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