Ilaix Moriba: “Ni me lo creo, este gol me lo llevo a la tumba”
El joven centrocampista se estrena como goleador azulgrana al tiempo que Alba iguala su mejor registro en el área rival con cinco tantos
Salió de suplente pero entró en el campo como quiere cualquier entrenador, con el hambre por demostrar que ansía un sitio en el equipo y por qué no en el once, también con las ganas de ayudar al equipo. Es Ilaix Moriba, de 18 años, que ha llegado al primer equipo del Barcelona y no quiere mirar atrás. “Siempre que entra da algo extra al partido por su personalidad. Es fuerte y está ganando terreno con el equipo para quedarse más con nosotros”, señaló Ronald Koeman, feliz porque también le funciona su última apuesta con un canterano. Aunque en este caso, Moriba dio algo más porque se estrenó como goleador en la élite, el quinto más joven con la camiseta del Barça tras Pedri, Messi, Bojan y Ansu Fati, el más precoz. “Siempre soñé con marcar. Empecé a jugar a fútbol porque me gustaba el gol. Si no hubiese sido portero”, resolvió Ilaix, atrevido dentro y fuera del campo pero admirador como pocos de jugadores que no hace tanto tenía en pósteres y ahora en el vestuario.
Precisamente, Fati también celebró su primera diana con la casaca azulgrana en la misma portería. “Ansu es como mi hermano. Llevamos muchos años juntos, es como la familia”, expuso Ilaix, pues siempre jugaron juntos desde pequeños. El tanto de Ilaix no fue sencillo. “Un golazo que sirvió para sentenciar el partido”, describió Koeman. Ilaix profundizó más: “Leo me ha dado un pase, recorté hacia dentro no sé cómo y chuté con la izquierda y entró. Este gol nunca se me olvidará, me lo llevo a la tumba”. Los compañeros fueron a bendecirle con abrazos y alguna bofetada cariñosa por eso de la edad. “En los entrenamientos hay competitividad y ahí no hay joven ni no joven”, defendió Ilaix; “pero los veteranos nos aconsejan y hay que escucharlos. Messi, por ejemplo, me dijo: ‘Tira al área’. Y es lo que he hecho”. Mingueza lo tenía claro: “Me alegro mucho por él porque está aportando mucho. Voy a felicitarle bien”. Koeman añadió: “Es que Ilaix, Pedri, Mingueza piden paso y yo siempre lo doy si se lo merecen”.
El otro que también llevaba la sonrisa en la cara era Jordi Alba, que hace unos días que mira hacia atrás con aire despreocupado. Ya no le quita el sueño el espacio que queda a su espalda, escudado por el central más cercano de los tres que ha instalado Koeman en su nueva propuesta táctica, el 3-5-2. Jauja para los laterales, que pasan a ser carrileros y también un dolor de cabeza para cualquier defensa porque el Barça llega con uno más al área rival. Frente a Osasuna, Alba volvió a hacer buena la apuesta al firmar otra diana.
Alba, cinco goles y 11 asistencias
Es la versión más goleadora de Alba, que con Koeman ha encontrado el ecosistema perfecto para su fútbol, también la autopista hacia el gol. Resulta que el interior (Pedri) o un punta se acerca al costado y absorbe rivales para quitarle una marca o la ayuda de turno ante la ascensión de Alba. Por lo que el carrilero, veloz en la arrancada y compenetrado con Messi, disfruta de unas décimas de segundo de ventaja. Como ocurrió en el Sadar. Pase del 10 a la carrera y remate de Alba al pisar el área chica. Quinto gol para igualar su mejor marca con el equipo azulgrana, entonces en la temporada 2012-2013. La diferencia es que en ese curso dio cinco asistencias y en este ya suma 11 [su segunda mejor marca; lejos de las 17 que regaló en la 2018-2019].
Ocurrió que Alba hizo caso del consejo de Alfred Schreuder antes del encuentro. “Si tienes la primera hay que meterla. Tenemos que seguir con la misma concentración que en los últimos partidos”, pidió el ayudante de Koeman. Y aunque antes Messi probó un disparo y Griezmann intentó un remate de cabeza, la ocasión clara fue la de Alba y fue la que entró. Festejo azulgrana en un duelo sin brillo y demasiado atascado; también para Alba porque alcanzaba los 247 partidos en LaLiga con la camiseta azulgrana, los mismos que contabilizó Alves, otrora su compinche de la banda opuesta.
Advertido Umtiti con la tarjeta amarilla, Koeman cambió el sistema para volver al 4-3-3. Alba bajó el pie de la moto, aunque volvió a tener una ocasión, de nuevo a pase de Messi. Después fue sustituido por Junior, quejumbroso de un golpe en el brazo. Pero estaba conforme porque su gol y el de Ilaix bien valieron el triunfo del Barcelona.
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