Carlsen triunfa y crea una partida inmortal
El noruego gana la final (3,5-2,5 y 2,5-1,5) al neerlandés Anish Giri, quien no aprovechó sus momentos
Muchos ajedrecistas pensarían que su vida ha merecido la pena si firman una obra maestra como la de Magnus Carlsen, hoy, en la 1ª partida de la 2ª manga de la final Chessable Masters (Chess24.com) frente a Anish Giri. Además, el noruego ha ganado (3,5-2,5 y 2,5-1,5) el torneo (rápido) y 45.000 dólares (40.000 euros), por 28.000 (24.892) del neerlandés. El circuito Magnus Carlsen se reanudará con el torneo Leyendas del Ajedrez, del 21 de julio al 5 de agosto.
“Me he relajado en exceso en la última partida, no entiendo por qué me ha pasado eso”, explicó Giri, con respecto a una de dos claras oportunidades que tuvo para remontar el marcador y provocar el desempate relámpago. Respecto a la otra, admitió: “Sí, me he dado cuenta durante el descanso, antes de la siguiente partida; tampoco lo entiendo. Pero también debo reconocer que el juego de Magnus en la primera fue magnífico”.
“Estoy, por supuesto, muy contento de la primera partida, pero mi rendimiento en las otras tres ha sido para olvidar”, reconoció Carlsen. En la última, la extraordinaria precisión de Girish hasta que logró la posición ganadora y mi juego pasivo me han puesto al borde de la derrota, que por fortuna no se ha producido”, añadió. Y concluyó: "En general, estoy contento con mi juego en este torneo. Y quiero resaltar el gran mérito de Anish al conseguir hoy esas posiciones ganadoras, aunque no haya logrado rematarlas".
La tarde empezó con preocupantes nubarrones negros en el cielo de Giri: Carlsen le estaba aplicando una venenosa receta de laboratorio en una variante que el propio neerlandés ha jugado también con las piezas blancas; tras el vigésimo lance, el noruego disponía de 17 minutos, por solo siete de su rival. Pero no solo eso. Además, Carlsen jugó como los ángeles cuando terminó su preparación casera, hilvanando los dos conceptos más importantes que aprendió en 2018 del estudio profundo de las partidas del revolucionario programa AlphaZero:sacrificios de material a largo plazo, a cambio de armonía y dinamismo; y ataques a la bayoneta con los peones de torre.
Los primeros análisis rápidos del autor de esta crónica indican que Giri no cometió ningún error grave en esa partida, solo pequeñas imprecisiones. Pero todo indica que la posición tras 25 movimientos ya estaba perdida para él. Por si ello fuera poco, Carlsen remató su ventaja con enorme belleza y precisión, culminando una obra maestra -a pesar del ritmo rápido- que se convertirá en inmortal a través de las colecciones de las mejores partidas de todos los tiempos.
El efecto que causó en Giri esa lección magistral debió de ser muy grande porque al poco de empezar el segundo asalto, en la jugada 14, Carlsen introdujo otra novedad teórica, pero esta era horrible, y podía ser castigada de inmediato con una idea bastante fácil de ver para un jugador de primera fila mundial. Pero el neerlandés no vio ese golpe que, con casi total seguridad, le hubiera dado el empate en el marcador y una importantísima inyección de entusiasmo. El resto de la partida fue relativamente cómodo para el escandinavo, quien se perfilaba así como vencedor del torneo a falta de dos partidas.
Pero, de pronto, en su esperado camino de rosas aparecieron algunos baches, hasta el punto de que tomó cuerpo una idea rebuscada pero verosímil: el campeón estaba en un nirvana, tal vez extasiado y enamorado de sí mismo por su obra maestra en la partida inaugural de la jornada. Y eso le hacía perder concentración y objetividad. Tal sería una explicación lógica de por qué su apertura en el tercer asalto fue extraña y poco ambiciosa. Pero aún hubo más: la posición de las blancas era cómodamente sostenible con un juego pasivo, mas Carlsen atacó y provocó que el centro se abriera, cuando saltaba a la vista que eso era malo para él porque le dejaba en clara desventaja estratégica.
Para colmo, el neerlandés disponía en ese momento de cinco minutos más en el reloj. Sin embargo, para gran alegría del noruego, Giri no es Carlsen, sobre todo en lo que se refiere a exprimir ventajas hasta la última gota. A pesar de que todas las condiciones le eran favorables, con una posición cómoda y muy superior, Giri cometió un par de imprecisiones y además acabó con menos tiempo que Carlsen, lo que le llevó a ofrecer un decepcionante empate.
Pero aún le quedaba una bala, con las piezas blancas. Y el neerlandés volvió a lograr una posición prometedora, ligeramente ventajosa. Carlsen reconfirmó que seguía en el nirvana, porque su defensa no tenía nada que ver con el vigor que habitualmente muestra el escandinavo en ese tipo de situación. Giri jugó muy bien hasta que logró una posición netamente ganadora y con dos minutos todavía en el reloj. Apenas había dificultades técnicas; las jugadas letales eran bastante lógicas. Sin embargo, por razones psicológicas -quizá porque no terminaba de creer que estaba a punto de provocar el desempate relámpago en la final contra el campeón del mundo-, Giri dilapidó su enorme ventaja, y el empate se firmó poco después.
Carlsen ya estaba clasificado para la Gran Final (9 al 20 de agosto) del circuito que lleva su nombre porque ganó el primer torneo de la serie, Magnus Carlsen Invitational, del 17 de abril al 3 de mayo. También lo está el ruso Danil Dúbov, vencedor del segundo, Lindores Abbey, del 19 de mayo al 3 de junio. Si el mismo jugador gana más de un torneo, la plaza libre se adjudicará a quien haya logrado mejores resultados en la clasificación combinada. El siguiente, último clasificatorio para la Gran Final, será Leyendas del Ajedrez, del 21 de julio al 5 de agosto, cuya nómina aún no se ha publicado. Antes del 10 al 12, se jugará la 33ª edición del Magistral Ciudad de León, este año por internet, con Leinier Domínguez (EEUU), Maghsoodloo (Irán), y los españoles Alexéi Shírov y Jaime Santos. Sin olvidar el Campeonato Iberoamericano por internet, que está a punto de terminar.
La principal conclusión deportiva de los numerosos torneos rápidos por internet celebrados durante la pandemia con gran éxito de audiencias es que hay varios jugadores capaces de ganar un duelo corto a Carlsen, pero nada indica que su reinado corra peligro en la modalidad rápida, como ya había quedado claro en las partidas lentas desde enero de 2019. Fue entonces, en el torneo de Wijk aan Zee, mes y medio después de retener el título tras el desempate rápido contra Fabiano Caruana en Londres, cuando el noruego aplicó lo aprendido del revolucionario programa AlphaZero, como se explica más arriba en esta crónica. Fruto de ello es que muchas ideas que antes quedaban alojadas en su intuición por falta de atrevimiento, ahora se ven sobre el tablero. Y el campeón es todavía más fuerte que antes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.