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Nadal, un mariachi feliz en Acapulco

El español derrota a Fritz en la final (6-3 y 6-2, en 1h 14m) y suma su tercer triunfo en México, completando una semana redonda: “Es importante, venía de tener un comienzo de año mejorable”

Nadal, con un gorro de mariachi, celebra su triunfo en Acapulco. En vídeo, fragmento del partido.Vídeo: David Guzmán (EFE) / reuters
Alejandro Ciriza

Posaba Rafael Nadal feliz, de nuevo con un sombrero de mariachi y mordiendo el Guaje de Plata, el trofeo en forma de pera que le acredita como vencedor de la última edición del torneo de Acapulco. Suma tres ya el balear, campeón en 2005, cuando todavía era casi un niño, y después en 2013, la última vez que se disputó sobre tierra batida. Ahora, siendo un treintañero en toda regla, casado y con una colección abrumadora de éxitos –85 premios individuales, 101 en total y 19 grandes–, festeja por tercera ocasión en México, un lugar que le aporta buenas vibraciones y donde este domingo (6-3 y 6-2 a Taylor Fritz, en 1h 14m) cerró una semana perfecta desde el plano competitivo.

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“Significa añadir un título muy importante a mi palmarés, y ganar aquí siempre es único por la cercanía que tengo con el público mexicano. Me gusta ganar en cualquier sitio, pero hay muchas cosas que unen a España y este país. Además, he estado en Cozumel y Cancún, aunque todavía no conozco DF… Siempre que vengo aquí percibo una hospitalidad fantástica y eso siempre es especial”, expresaba el de Manacor, sonriente a más no poder porque a la inyección de energía de estos días le añadió su primer laurel de la temporada, que arrancó con algunas curvas por una cuestión de timing.

“Es un título importante para mí, en un momento importante de la temporada. Venía de tener un comienzo de año no malo, pero sí mejorable, porque llegué un poquito saturado; no tuve demasiado tiempo de descanso al final de la temporada pasada, así que esta semana era importante para coger confianza. Me voy con el objetivo más que cumplido”, apuntó Nadal, hegemónico ante otro rival que pudo hacer bien poquito. Lo intentó Fritz, un estadounidense que se desenvuelve con pericia sobre la arcilla, pero que se encontró delante con un muro que no ha dejado escapar un solo parcial en los siete últimos días.

Excepto un leve y lógico lapsus en el despegue ante Pablo Andújar y la tímida réplica de Miomir Kecmanovic, el mallorquín fue abriéndose paso hacia la pera que ahora muerde sin oposición. Kwon y Dimitrov ni siquiera consiguieron hacerle cosquillas, y su nivel de juego ha ido en franca progresión. Fantástico estímulo de cara a lo que se avecina, las citas de Indian Wells y Miami, y oportuna respuesta a Novak Djokovic, vencedor el día previo en Dubái: si tú ganas, yo también. No hay tregua entre ambos, al parecer llamados a protagonizar a dúo una temporada algo deslucida por la repentina salida de Roger Federer hasta finales de junio, cuatro meses, debido a una lesión en la rodilla.

Triunfó Nadal este domingo y, de esta manera, son ya 17 los cursos en los que gana al menos un título. Arrancó en Sopot (Polonia), 2004, y desde entonces siempre ha sumado. Además, terminó con la sequía española en estos dos primeros meses de 2020, en los que ningún jugador nacional había logrado atrapar ningún trofeo. Y lo hizo Nadal con holgura y sin apuros, implacable ante Fritz. El estadounidense, de 22 años y 35º en el listado mundial, trató de imponer esa derecha potente que le define, pero él cortó por lo sano y abordó con decisión el objetivo. Dictó con el drive y se lució al resto ante un buen sacador; redujo a la mínima expresión la cifra de errores (8) y apuntilló sin miramientos.

Fritz resistió hasta el octavo juego, pero lograda la primera rotura el duelo se desniveló y Nadal navegó a placer. En el segundo set volvió a soltar un estacazo, rompiendo al quinto, y se convirtió en el ganador más veterano (33 años) de un evento en el que en 2005, tres lustros atrás, casi nada, se coronó como el campeón más joven. “Lo único que confío en haber hecho por el tenis es haber dejado un buen ejemplo para los niños y niñas; después, ganar o perder es parte del deporte. Si hay una cosa que me gustaría poder decir es que he transmitido cosas positivas dentro y fuera de la pista”, zanjó el mariachi Nadal, que el 2 de marzo disputará una exhibición en Atlanta y luego jugará otra (Eisenhower Cup) antes de emprender el asalto al Valle de Coachella.

CRECE LA RENTA DE DJOKOVIC

Curiosamente, Nadal (33 años) y Djokovic (32) no alzaban un título en la misma semana desde hacía siete años, y entonces también celebraron en Acapulco y el emirato, respectivamente. En 2010, los dos también se sincronizaron, cuando el español se adjudicó Tokio y el serbio Pekín. En el presente mantienen un mano a mano en el que, de momento, va imponiéndose el balcánico, que esta semana ha conseguido retener el número uno.

De hecho, la que arranca será la 281ª en lo más alto del ranking, divisando no demasiado lejos las 310 de Federer. El de Belgrado aterrizó en Dubái con 325 puntos de ventaja sobre Nadal, al que le arrebató el trono el pasado 3 de febrero al imponerse en el Open de Australia, y ahora la renta crece a su favor puesto que ha sumado 500 puntos en el emirato y el balear 455 en México, dado que el año pasado alcanzó la segunda ronda.

Este lunes, Djokovic amanecerá con 370 puntos de ventaja: 10.220-9.850.

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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