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El golf se pone el pantalón corto

Los jugadores pueden disputar por primera vez un torneo oficial en bermudas, en contra de la tradicional etiqueta

Juan Morenilla
George Coetzee en el Dunhill Golf Championship en Sudáfrica.
George Coetzee en el Dunhill Golf Championship en Sudáfrica.C. KOTZE (EFE)

Jugando a 40 grados bajo el sol de Sudáfrica, la estricta etiqueta que manda en el golf puede hacer una histórica excepción. Por primera vez en un torneo oficial, los golfistas pudieron este jueves jugar en pantalones cortos, si así lo querían, una ronda de competición. La inédita imagen tuvo lugar en el Alfred Dunhill Championship, en Malelane, en el noreste sudafricano. El termómetro tocó los 40 grados, y para el fin de semana se espera que alcance los 45. Frente a la canícula, los rectores del circuito europeo masculino abrieron la mano y cambiaron, aunque de momento solo sea por un torneo, una normativa forjada en la tradición.

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“Me parece bien, es de sentido común con el calor que hace”, explica el madrileño Gonzalo Fernández Castaño, que este jueves participó en la primera jornada del torneo. “Yo he jugado de largo porque jugando de corto en la vuelta de prácticas me había quemado las piernas, pero es una buena norma. Estamos en el siglo XXI, hay que adaptarse y modernizarse. Y si eso ayuda a popularizar el golf, bienvenido sea”, añade el español.

Ese intento de alejarse de la imagen elitista que acompaña siempre al golf también está detrás de algunas propuestas para cambiar las normas de etiqueta. El inglés Tommy Fleetwood, uno de los mejores golfistas mundiales en la actualidad, llegó a sugerir que pueda jugarse en chándal o en pantalones deportivos para que sea un deporte “de fácil acceso para los niños”. La idea provocó un terremoto y abrió un crudo debate entre quienes piden un cambio y quienes no quieren ni oír hablar de alterar la tradición.

“No es elitismo, es nuestro estilo. Si nos ponemos así, haciendo caso a las modas, le quitamos la esencia a nuestro deporte”, sostiene el malagueño Miguel Ángel Jiménez, de 55 años. “La etiqueta se ha de mantener. Al baloncesto no se juega con gorra, ¿no? Pues en el golf lo mismo, hay unas normas”, añade Marta Figueras Dotti, exjugadora española y actual presidenta del circuito europeo femenino.

Pese a las voces en contra, procedentes de los sectores más conservadores, el golf ha ido dando pequeños pasos hacia esa modernización y adaptación a los cambios de la sociedad. Primero fue el circuito europeo el que permitió las bermudas en las jornadas de entrenamiento; luego se apuntó el circuito estadounidense, siempre en las rondas de prácticas, y ahora el cambio, aunque sea de manera temporal, ha llegado a la competición oficial. Muchos golfistas jugaron este jueves en pantalones cortos. Otros, sintiéndose extraños, mantuvieron la costumbre pese al calor. “Ha hecho 40 grados y el fin de semana va a hacer 45 en Sudáfrica. Yo he jugado de largo porque me siento más cómodo, y si juego de corto las piernas se me queman. Pero es normal el cambio. Seguro que será el primer torneo de muchos, porque con estas temperaturas de largo se sufre mucho”, comenta el catalán Pablo Larrazábal.

La etiqueta es una piedra difícil de mover. En España, cada club tiene su reglamentación. Los hay más estrictos, sobre todo aquellos que tienen una mayoría de socios británicos, tradicionalmente más reacios a los cambios. Muchos clubes tienen prohibido, por ejemplo, jugar en vaqueros o con pantalones con muchos bolsillos, o con camisetas sin cuello. Existe en ciertos ámbitos un deseo de que esa etiqueta no se altere, como un hecho diferenciador del golf respecto a otros deportes, aunque otra parte de los aficionados es partidaria de un volantazo.

En el caso de las mujeres, en los torneos autonómicos se recomienda que el pantalón no sea más corto de la altura a la que llega la mano extendida estando de pie. En el ámbito profesional, no hay una normativa de centímetros cuando las golfistas juegan con falda, aunque no pueden llevar camisetas que carezcan a la vez de mangas y cuello. Las normas de etiqueta son casi tan antiguas como el propio juego. Aunque, a 40 grados, bien vale una excepción.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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