La ‘normal’ genialidad de Messi
Su caso es tan claro que no necesitamos presentir su adiós para afirmar que ya es inmortal sin temor a equivocarnos
Existe un Olimpo del fútbol en el que solo cabe un selecto grupo de inmortales. Me refiero a ese reducidísimo elenco de leyendas como Pelé, Maradona, mi padre y unos pocos nombres más en la memoria de todos. Lo habitual es que los elegidos deban esperar a su retirada para obtener ese codiciado pase a la élite. Pero hay una excepción: Leo Messi. Su caso es tan claro que no necesitamos presentir su adiós para afirmar que ya es inmortal sin temor a equivocarnos. Los aficionados a este deporte acumulamos en nuestra memoria imágenes y recuerdos de sus hazañas que lo convierten en un jugador de otra dimensión, como ese pequeño club de revolucionarios. Se ha ganado con creces el derecho a estar entre ellos, sin necesidad de colgar las botas.
De ahí que no me sorprenda que haya ganado el premio The Best. Lo sorprendente es que no lo haya logrado antes. ¿Es merecido este galardón? Por supuesto. Durante la pasada temporada, Messi ganó su décima Liga y se convirtió en el jugador del Barcelona con más títulos en su historia. Y dejó momentos inolvidables para nuestra retina. El problema, igual, es que nos ha acostumbrado demasiado a sus genialidades y tendemos a considerarlas parte de la normalidad.
Entiendo, en cierto modo, los argumentos que apostaban por la opción de Virgil van Dijk, campeón europeo con el Liverpool, a modo de reconocimiento al papel anónimo de los defensas y, de paso, al crecimiento del fútbol holandés en los últimos tiempos. Y más en una edición que solo contaba con la Champions League, a excepción de la Copa América, como único torneo internacional para medir a los aspirantes al premio The Best.
Pero la realidad es que Messi es un justo ganador y un gran candidato a todos los galardones. Si no hubiera coincidido en la misma época de Cristiano Ronaldo, los dos habrían acumulado unos cuantos Balones de Oro más. Creo que no vale la pena entrar en el debate sobre quién acumula más méritos, ambos han competido, se han retado y eso les ha hecho mejores. Hemos disfrutado de su duelo de titanes. Y eso es parte del reconocimiento que ambos merecen.
Hablar de Messi es hacerlo de una pieza fundamental para el Barça. Más si cabe cuando consideramos las ausencias obligatorias por las últimas lesiones. Es normal que al conjunto blaugrana le cueste competir sin él. También era complicado para los míticos Chicago Bulls salir a la cancha sin un icono como Michael Jordan. Cuando Leo juega, la preocupación de los rivales se vuelca en frenarle en aquellos espacios donde se encuentra más cómodo, al tiempo que esa obsesión libera a sus compañeros para crear más oportunidades. Cuando no está, los contrarios tienden a tutear a los azulgrana, aunque no hay que olvidar que, sin él, golearon por 5-1 al Real Madrid la temporada pasada y más recientemente noquearon al Valencia por 5-2 en el Camp Nou. El gran reto del Barça, posiblemente uno de los más grandes de su historia, será la retirada de Messi y el complicado trabajo de restructuración que conlleve su vacío.
Puede que por la ausencia de su capitán el equipo blaugrana no esté firmando un gran inicio de temporada. Pero pienso que el Barcelona, el Real Madrid y el Atlético van a pujar mano a mano por el campeonato como en los últimos años. Dependerá, como siempre, de momentos de forma y de quién saque más partido de su plus de calidad.
Pero en este arranque de curso también resulta una bocanada de aire fresco el buen comienzo e irrupción en la zona noble de equipos de segunda órbita como el Granada. A China están llegando los ecos de su buen rendimiento por tener un propietario chino y yo me alegro especialmente, porque a mi club, el Chongqing Dangdai Lifan, y al portugués Tondela, nos une el mismo dueño, John Jiang, y el mismo gestor deportivo, Antonio Cordón. Casualmente, o no, los tres equipos estamos plantando cara a la competición con plantillas modestas pero aguerridas. En nuestra pretemporada en Granada tuve ocasión de conocer a Diego Martínez, un entrenador con las ideas claras, que mezcla carácter, presión alta y organización. Sin duda, una propuesta sin complejos que enriquece la competición.
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