El inquietante maná del fútbol andaluz
Un saudí compra el Almería por 20 millones mientras en Málaga la afición se subleva contra el jeque catarí
Tres de los seis equipos andaluces pertenecientes a LaLiga se encuentran en manos de inversores extranjeros. El Granada, en Primera División, es propiedad del empresario chino Jiang Lizhang, quien pagó 37 millones en junio de 2017 a la familia italiana Pozzo para hacerse con el control del club. El Málaga, de Segunda, pertenece desde 2010 a Abdullah Bin Nasser Al Thani (el inversor extranjero que más tiempo lleva en el fútbol español), quien acordó la compra de la entidad por 30 millones a la familia de Lorenzo Sanz, expresidente del Real Madrid. El pasado viernes, el Almería pasó de las manos de Alfonso García a las del empresario saudí Turki Al Sheikh. En apenas una semana de negociación, el club andaluz cayó en manos de un nuevo dueño que se ha comprometido a pagar 20 millones de euros, asumiendo, a su vez, una deuda del club estimada en algo más de siete millones.
De momento, la realidad muestra un panorama desolador después de la irrupción de estos inversores en el fútbol andaluz, por más que la expectación se haya desatado en Almería con la llegada del nuevo inversor y el catarí Al Thani brindara dos años gloriosos al Málaga entre 2011 y 2013. La situación en este último equipo tiende a ser muy complicada en el aspecto económico. El jeque, después de una inversión inicial en fichajes de 102 millones entre 2010 y 2012, dejó de gastar dinero con el equipo en la Liga de Campeones para generar a su favor 150 millones en plusvalías entre 2013 y 2018. En 2018, el Málaga bajó a Segunda para iniciar un camino que lo tiene al borde del colapso. “El Málaga tiene transitoriamente prohibido inscribir nuevos jugadores”, certifican fuentes de LaLiga.
El motivo es simple. El Málaga no se ajusta a las normas de control financiero instauradas por la patronal. “Espero que la propiedad esté a la altura de esa responsabilidad que supone ser propietario del club”, expresaba Francisco de la Torre, alcalde de Málaga. Después de agotar sin éxito los algo más de 20 millones del seguro de descenso la pasada temporada, el Málaga está obligado a vender jugadores. El jeque no se da por aludido y no autoriza las ventas necesarias (Ontiveros al Villarreal, por ejemplo) para sanear las cuentas y poner fin al bloqueo. El enfado del presidente de LaLiga, Javier Tebas, es mayúsculo. Políticos malagueños han recibido la llamada de Tebas para intentar arreglar la situación. El Málaga corre el riesgo incluso de no ser inscrito por su desajuste salarial. LaLiga teme otro caso Reus. La afición prepara manifestaciones, mientras el jeque no firma las operaciones del director deportivo, Caminero, para paliar la situación.
Turki Al Sheikh ha entrado en el Almería como un auténtico huracán. La ciudad andaluza ha visto cómo en apenas una semana se ha producido un vuelco total en una entidad que ha cambiado de entrenador, director general y director deportivo en dos días. El nuevo propietario, según el perfil redactado por el Diario de Almería, es asesor de la monarquía de Arabia Saudí y tiene experiencia en el mundo del fútbol al haber sido dueño del equipo egipcio Pyramids. Después de intentar comprar a equipos como el Amiens francés, los asesores del saudí le indicaron que el mercado español era el más adecuado para invertir y progresar en el mundo del fútbol. Turki Al Sheikh fue ya el responsable la pasada temporada del desembarco de jugadores saudíes en LaLiga.
Una operación rocambolesca por la que nueve futbolistas llegaron al fútbol español. Algo que le sirvió para entablar contactos con el organismo que dirige el fútbol profesional. El nuevo propietario, que no dudó en firmar la compra del club con la camiseta de su equipo, ha puesto ya a un nuevo entrenador, Pedro Emanuel, técnico luso que viene de entrenar al Al-Taawoun saudí. Los políticos almerienses celebran que, por el momento, el dirigente no les haya hablado de ninguna operación urbanística. Eso sí, ha pedido el uso en exclusiva del estadio Juegos del Mediterráneo, gestionado por el Ayuntamiento de la ciudad andaluza y en donde entrenan deportistas de diversas disciplinas además del propio Almería. Ubicado en seis suites de un hotel de lujo cercano a la capital almeriense, Turki Al Sheikh ha prometido grandeza para el club andaluz, que el pasado curso acabó en la décima plaza de Segunda División. Algunos aficionados, no obstante, miran de reojo a lo que ha pasado en el Málaga. O en Granada, que de vuelta a Primera bajo la tutela del empresario chino Jiang Lizhang, ha sufrido un correctivo de LaLiga. La masa salarial de la plantilla se ha visto reducida en 4.239.000.
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