Nadal ante el ‘Annapurna’

Territorio sin ley, Wimbledon propone un atractivo ejercicio de supervivencia de cara a las dos próximas semanas. Pese a la singularidad del major británico y de que esta le desplazase de segundo a tercer favorito del cartel, Rafael Nadal logró evitar en el trazado hacia la final un hipotético cruce con Novak Djokovic, actual número uno y campeón de la última edición. Ahora bien, el sorteo del cuadro no fue benévolo, ni mucho menos. Le esperan curvas al balear.

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Finalmente, Nadal, doble campeón en Londres (2008 y 2010), cayó en el lado de Roger Federer y por lo tanto podría coincidir con el suizo en las semifinales, no encontrándose con el serbio hasta el episodio definitivo del torneo. Sin embargo, la ruta que deparó el sorteo efectuado este viernes en el All England Lawn Tennis & Croquet Club ofrece obstáculos considerables, con el añadido de que Wimbledon siempre esconde trampas en todas las esquinas.

El español abrirá fuego el martes, contra el japonés Yuichi Sugita, 258 del mundo y procedente de la fase de clasificación. Y hasta ahí las concesiones. Tras el estreno, un Annapurna por delante. En la segunda ronda, al mallorquín podría corresponderle un envenenado cruce con el australiano Nick Kyrgios, que ya le apeó en 2014 y se ha convertido en un azote para él en los últimos tiempos, con declaraciones fuera de tono y la eliminación de este curso en Acapulco.

Luego, a priori, afrontaría un duelo con el joven Denis Shapovalov o Jo-Wilfred Tsonga. El primero, joven de 20 años, venció a Nadal hace dos años en Canadá y aunque desde entonces ha aflojado el pistón, sigue siendo un rival peligroso; mientras, el francés encara la recta final de su carrera, pero asiste siempre como un adversario a evitar sobre césped, dada la efervescencia de su servicio. Luego llegarían dos escollos de grandes dimensiones como Marin Cilic (octavos) y Dominic Thiem (cuartos), antes del teórico reencuentro con Federer y en el caso de inclinar al rey de la hierba, el choque con el temido Djokovic.

Juventud para Nole, exigencia para Muguruza

Nole tendrá un arranque exigente el lunes frente a Philippe Kohlschreiber y en su recorrido, aclarado ante la ausencia de Nadal, irrumpen nombres de nivel como los de Dusan Lajovic; un joven que se ha destapado esta temporada, Felix-Auger Aliassime; el insurgente Stefanos Tsitsipas, que ya ha doblegado a los tres colosos del circuito y se ha asentado en el top-10; y el cañonero Kevin Anderson, al que tumbó el año pasado para alzarse con su cuarto trofeo en Londres.

Mientras, Federer viene de conquistar su décimo cetro en Halle y con el aderezo histórico de ser el monarca de la hierba. Ocho veces ha triunfado en Wimbledon, su jardín y el marco imprescindible en el que debe sostener su imperio en la carrera por ser el tenista con más Grand Slams de todos los tiempos. Empezará el martes con el sudafricano Lloyd Harris (87 del listado) y a priori no afronta un cuadro especialmente exigente, aunque observa con recelo a Lucas Pouille, Jan-Lennard Struff o Kei Nishikori, antes de la traca final.

En clave femenina, Angelique Kerber defiende la corona que obtuvo en la anterior edición y a Garbiñe Muguruza le aguarda un reto voluminoso. La campeona de 2017 debutará el martes contra la brasileña Beatriz Haddad Maia (121), pero en la tercera ronda ya podría toparse con la número uno actual y reciente ganadora en Birmingham, la australiana Ashleigh Barty. En su zona del cuadro coincide además con la propia Kerber, potencial adversaria en los cuartos, y en la siguiente estación chocaría con la amenazante Kiki Bertens.