Sito Pons: “Estamos demasiado bien acostumbrados, el éxito nos desborda”
Cuando Sito Pons y Álex Crivillé ganaron sus títulos mundiales, hace 20 y 30 años, las dos ruedas eran un deporte del que todo el mundo hablaba. Hoy el calado de los éxitos de un fuera de serie como Márquez es otro. Así lo ven los dos expilotos en esta charla
Cuando termina la charla, Álex Crivillé (Seva, Barcelona; 49 años) pide una foto con Sito Pons (Barcelona, 59 años). “No tenemos ninguna juntos”, reclama. Y ambos posan, sonrientes, lejos de los circuitos en los que se conocieron. Hace 30 años que Sito ganó su segundo título de 250cc; han pasado 20 años desde que Crivillé ganara el Mundial de 500cc. Y Honda quiso celebrarlo con ellos en el Salón de la Moto de Barcelona. Hoy se reencuentran en el circuito de Jerez, donde ambos tienen una curva con su nombre –a partir de hoy la tendrá también Dani Pedrosa– y donde este fin de semana se celebra el GP de España.
EL PAÍS. ¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de los títulos de 250cc que ganó Sito?
Alex Crivillé. Recuerdo su estrategia, cómo pilotaba, cómo estudiaba a los rivales, cómo les ganaba. Era muy listo, el más listo de todos. En aquella época 250cc era una categoría muy seguida. También 125cc.
Sito Pons. Yo cuando pienso en el título de 500cc de Crivillé pienso en que me hubiera gustado que lo ganara con mi equipo.
A. C. Ya gané una carrera…
S. P. Su primer podio en 500cc lo hizo en nuestro equipo; era nuestra tercera carrera juntos, en Malasia, 1992. Luego consiguió también su primera victoria [Assen, también 1992]. Me hizo mucha ilusión verle ganar el Mundial porque aquel era nuestro objetivo, que un español fuera campeón de 500cc. Cuando dejé de correr quise traspasar lo que sabía a otro piloto. Y Alex era el que estaba más preparado, el que tenía que lograrlo. Y cumplió. Lo hizo mejor incluso de lo que todos creíamos. Pero, claro, tuvimos que esperar unos años. Cuando pasó sentí que había ayudado en algo. Entre todos, hemos contribuido a los éxitos del motociclismo español.
A. C. Lo que conseguimos juntos en mis primeras dos temporadas hizo que se me abrieran las puertas del equipo de fábrica. Porque para ser campeón tienes que estar en un equipo de fábrica. Sito fue la plataforma que me lanzó a Honda.
EL PAÍS. Los dos siguen vinculados al Mundial de Motociclismo, ¿cómo ha cambiado?
A. C. Ha cambiado todo: la seguridad en los circuitos, la indumentaria de los pilotos, las motos, que no tienen nada que ver…
S. P. Ahora hay mucha más inversión que antes y las fábricas están más implicadas. Antes era menos profesional, ahora es menos cercano. Una evolución que han hecho prácticamente todos los deportes. Además, la penetración del motociclismo en la sociedad ha cambiado por la proliferación de cadenas o plataformas de pago. Para la juventud antes esto era monotemático. Cuando Álex ganó el Mundial había siete millones de personas viendo la carrera. Cuando Marc Márquez ganó el título el año pasado igual había un millón, como mucho.
A. C. Es un circo que ha crecido mucho, pero antes iban 200.000 personas a llenar el circuito de Assen o el de Jerez.
S. P. Hoy hay menos gente delante de la tele. No significa que sea menos popular en relación con otros deportes, sino que hay menos gente pendiente de esos deportes que antes copaban la oferta televisiva.
Un niño con cinco años tiene que ir al cole, no perder el tiempo en moto Sito Pons, dos veces campeón del mundo de 250cc
A. C. Además, hoy las categorías pequeñas son la plataforma para llegar a la categoría reina.
S. P. Porque ya ha habido muchos que han ganado antes. Cuando uno consigue una cosa por primera vez es muy importante; a la que llega el campeón número 25 ya no lo es tanto. En España hemos tenido tan buenos pilotos y hemos ganado tanto que ahora solo se valoran los títulos en MotoGP. El listón en nuestro país está muy alto. Cuando yo gané aquello era algo único que no había pasado nunca antes en la historia. Lo mismo pasó con Alex. Pero el mérito de un podio sigue siendo mucho.
A. C. Cuando gané el título de 125cc los aficionados me hicieron tal recibimiento en el aeropuerto, que la comitiva llegó hasta Seva: 60 kilómetros con motards detrás de mí. ¡Y solo era 125cc!
S. P. Estamos demasiado bien acostumbrados. Pero eso es algo bueno, ¿eh? Estamos muriendo de éxito. El éxito nos desborda.
EL PAÍS. ¿Creen que los niños de 10 años deberían competir?
S. P. No es buena dinámica.
A. C. Yo empecé muy joven también. Con 14 conseguí el campeonato de España júnior, con 18 empecé en el Mundial. Y con 22 años ya estaba en 500cc.
S. P. El problema es que hoy la gente cree que si llegas a MotoGP con más de 22 años ya vas tarde, pero no es así.
A. C. Mira a Rossi, con 40…
S. P. Está mal que los niños empiecen a competir en moto tan temprano. Yo decidí correr en moto porque yo quería, no porque quisiera mi padre. Los niños tienen que hacer las cosas a su edad. Y un niño con 5 o 6 años tiene que ir al cole y estudiar, no perder el tiempo yendo en moto. Además, es peligroso. Y luego pasa lo que pasa, como con los accidentes que hemos visto. Con 15 o 16 ya puede uno empezar a correr.
A. C. ¿Pero, hablamos de competición? Porque a ir en moto uno aprende de pequeño.
S. P. Sí, de competición. Y tan pequeños no es necesario. Mis hijos empezaron a ir en moto de pequeños, pero a competir solo con 16 o 17 años. Puedes empezar a competir a los 18 y no pasa nada. Yo empecé con 18 y gané dos títulos. Además, entonces tenías que tener el carnet; sin carnet no había licencia. Lo importante es que seas bueno, no la edad que tengas. Rossi, con 40 años, ha estado a punto de ganar las últimas dos carreras.
En Austin, Márquez falló. Los campeones somos cabezones Álex Crivillé, campeón del mundo de 125cc y 500cc
EL PAÍS. ¿Qué cabe esperar de este campeonato?
A. C. Aunque Marc esté cuarto del Mundial, está a nueve puntos del líder, que es Dovi. En Austin cometió un error propio de campeones, de querer ganar marcando la diferencia. Sabía que era favorito, que era el más rápido, pero los campeones también somos humanos y cabezones. Y podemos fallar. Él falló en un momento de la temporada en que se puede fallar, en que toca arriesgar, marcar distancias. Ya llegará el momento de asegurar el podio y mirar por el título. Creo que está más en forma que el año pasado y tiene una Honda más competitiva, para mí sigue siendo el claro dominante de la temporada, el favorito. Habrá carreras en las que no tendrá rival. Será una temporada de esas como las que hacía Doohan. En alguna veremos a Dovizioso, a Rossi, y confiemos en que estén Viñales o Rins.
S. P. En Europa no será tan fácil. Dovizioso le plantará cara en el Mundial. Porque le tiene tomada la medida. Aunque creo que es el único piloto que podrá pelearle el campeonato.
A. C. La competencia es mayor, pero…
S. P. Hay mucha más competencia que antes, si miras los tiempos los pilotos están más igualados. Pero luego Márquez marca la diferencia. Y lo hace él, no la moto. Que, además, sea Rossi el que termine segundo, da qué pensar. Significa que Marc es muy bueno, pero también que los demás tienen que dar un paso al frente, como hizo Rins en Austin.
Todo ha cambiado, como advertía Crivillé. Algunas cosas para bien, otras, no tanto. Y así termina la charla, con los dos expilotos debatiendo sobre los logros de Márquez, independientemente de que pilote una Honda —“El que marca la diferencia es el piloto, no la fábrica”, señala Crivillé—; sobre la evolución de Yamaha —“Ya no hay crisis, ¡Rossi fue segundo en Argentina!”, dice Pons—; o sobre quién será el piloto del que hablaremos la próxima década. “Hay pilotos jóvenes muy buenos. Lo hemos visto con Quartararo. Cualquiera de esos pilotos puede ser el próximo Márquez. Aunque a Marc le queda tanto que quizá es precipitado buscarle relevo”, indica Sito. “Es joven todavía. Será más bueno con el paso de los años”, cierra Crivillé.
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