Diego Lainez o la tenacidad del novato
El Betis encuentra en el jugador mexicano, de 18 años, el revulsivo que necesitaba
Quique Setién puede confiar en Diego Lainez. El jugador mexicano, un chico de 18 años al que le faltará curtirse pero no valentía, ha dado un paso adelante cada vez que le requieren. El joven ha empezado a acumular sus primeros minutos en un Betis ferviente que intenta colarse a la final de la Copa del Rey, saltar el listón en la Europa League y mantenerse entre los puestos europeos de LaLiga española.
Lainez llegó al Betis la primera semana de enero y, desde ese momento, la prudencia ha sido la palabra clave en el conjunto verdiblanco. Las altas expectativas de México se filtraron en su equipaje: el chico tenía a sus espaldas una trepidante carrera que le llevó a debutar en Primera con 16 años en el club más laureado y mediático, el América. Su meteórico ascenso ha supuesto, también, una lección y una esperanza para los juveniles mexicanos, que hasta ahora han visto obstaculizadas sus aspiraciones. En buena medida, por el gran número de futbolistas extranjeros en la máxima categoría del balompié en el país norteamericano: 178 en el actual torneo. Los dirigentes de los clubes, por su parte, también han truncado la exportación de los jugadores, con valoraciones, en muchos casos, exhorbitantes. Lainez, sin ir más lejos, le costó al conjunto andaluz 17,5 millones de dólares: una cantidad modesta para las cifras que se manejan en el fútbol europeo, pero alta en los estándares americanos.
“Destaco su desequilibrio, su buen manejo con los dos perfiles, pero lo que más me sorprendía era su carácter. ¡Apenas iba a cumplir los 17 años y no se achicaba en el último tercio de la cancha!”, analiza para EL PAÍS el entrenador argentino Ricardo La Volpe. Fue el técnico que le hizo debutar en América cuando todavía era un adolescente, una decisión que devino en una incredulidad generalizada. Lainez respondió a golpe de talento. Puro regate y tesón.
Este jueves, el chico maravilla anotó su primer gol: un tiro fortuito en los asfixiantes últimos minutos contra el Rennes en la Europa League (3-3). Era, también, su primer juego en un torneo europeo. Sus verdaderas cualidades, sin embargo, no solo se limitan a los vídeos recopilatorios de goles, sino a esa cadencia con la que lleva el balón, a la capacidad de imán que convertirse en el centro de atención de los defensores rivales, lo que le lleva a recibir todo tipo de patadas y, también, a provocar faltas a favor de su equipo. Contra el equipo francés, Lainez ingresó de urgencia en el minuto 27 para reemplazar al lesionado Junior Firpo. Desde su desembarco, el muchacho ha sido titular en un par de juegos: contra el Athletic en LaLiga y contra el Espanyol, en los cuartos de final de la Copa del Rey. Ha sumado minutos cruciales en su primera campaña a nivel estelar. En el torneo liguero ha jugado en seis ocasiones.
“A veces le cuesta ubicarse, tiene que corregir cosas en cuanto al aspecto posicional, pero hace cosas interesantes: desequilibra. Nos puede dar muchas cosas como hoy con el gol. Lo primero que he pensado es que iba a centrar. Lo ha hecho bien, para eso lo hemos traído, para que nos dé cosas y vaya creciendo”, desgranó Setién, su técnico, una vez terminado el choque de Europa League. “Le queda mucho por aprender cuando juega como volante porque también debe retroceder para defender bien”, agrega La Volpe, su mentor.
Andrés Guardado, el otro mexicano del Betis, ha fungido como su escolta en el club sevillano. En cada dura entrada de un rival, el experimentado mediocampista de 32 años ha acudido a salvaguardarlo. Contra el Espanyol, en Copa, el juvenil recibió los alegatos y reclamos de un furibundo Víctor Sánchez, que incentivaba al mexicano a llevar una rutinaria discusión a los golpes. Allí estuvo su compatriota y mentor para protegerle.
Lainez, cobijado también por uno de los grandes cazatalentos de México —Jesús Ramírez—, abandera la nueva generación de futbolistas llamada a abanderar el Tri del futuro. En el PSV brillan Hirving Lozano y Érick Gutiérrez, mientras que Raúl Jiménez, exjugador del Atlético, ha encontrado la ruta del gol con el Wolverhampton inglés. “Por su edad se le puede considerar una gran promesa de México, pero debe agarrar experiencia. Sabe cómo generar una ofensiva agresiva. No será un Messi todavía, pero es zurdo, livianito y explosivo. Debe desarrollar la capacidad para dar el último pase”, explica La Volpe.
Al aprendiz Diego Lainez, nacido en el nuevo milenio, aún le queda un largo proceso para refinar su ingenio. Durante el camino, México, ávido de un fenómeno, se encandila.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.