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El encaje de Messi

De Guardiola a Valverde, los técnicos han buscado la mejor manera de acoplar al 10 en un Barça que necesita conceder menos goles

Ramon Besa
Messi, antes del entrenamiento del viernes.
Messi, antes del entrenamiento del viernes.JOSEP LAGO (AFP)

El Barça necesita atacar bien para poder defender, mejor o peor, con independencia del rival, esta noche (20.45, Movistar Partidazo) el Atlético en el Wanda. No hay partido más ilustrativo que el último disputado en casa contra el Betis: 3-4. La derrota fue sangrante para los azulgrana porque aumentó a 18 la cuenta de goles encajados en 12 partidos de Liga. Al equipo de Valverde de nada le sirvió que Messi marcara dos goles y protagonizara alguna jugada excelente ante un adversario que jugó precisamente como si fuera una de las mejores versiones del Barcelona.

El resultado fue más sorprendente todavía si se tiene en cuenta que los azulgrana habían conseguido muy buenos resultados en ausencia del 10 ante el Madrid, Rayo, Cultural Leonesa y en el doble enfrentamiento con el Inter. No se trata de relativizar la importancia del argentino, el número 1 del mundo y el jugador que marca las diferencias en el Barça, sino de subrayar que el encaje de Messi en el sofisticado sistema barcelonista es decisivo para que el equipo no sea vulnerable incluso ante contrarios como el Rayo, el Leganés o el Betis.

Guardiola no paró de dar vueltas a la alineación hasta que encontró en la posición de falso 9 el puesto ideal para Messi. A ningún delantero centro clásico, ni siquiera a Eto’o o Ibrahimovic, le resultó fácil convivir con el argentino, más a gusto con jugadores como Henry, Villa o Pedro.

Tito Vilanova conquistó la Liga de los 100 puntos con un fútbol más directo y vulnerable y un Messi goleador: 46 goles en 32 apariciones después de sufrir una lesión que le apartó de la Champions.

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Tata Martino por el contrario incluso orilló al 10. “Nos interesaba que tocara menos la pelota para que cuando interviniera fuera más decisivo”, afirmó después de que el Barça fuera eliminado de Europa por el Atlético.

Luis Enrique apostó incluso por Luis Suárez como delantero desplazado a una banda hasta que intervino Messi. El argentino regresó al extremo derecho como en tiempos de Rijkaard y el Barça conquistó el triplete con el tridente que completaba Neymar. Vendido y reventado el grupo a favor de los delanteros, el contragolpe fue imparable hasta la huida del brasileño al PSG.

Valverde optó entonces por juntar a Messi y Luis Suárez a cambio de ganar un centrocampista y desplegarse a menudo a partir de un 4-4-2. Hasta que la partida de Iniesta y Paulinho el pasado verano, y la recuperación de Dembélé y la afirmación de Coutinho le han llevado a estirar más el equipo y a mezclar a jugadores distintos: al inicio se juntaron los cuatro magníficos (Coutinho, Dembélé, Messi y Suárez) y al final Arthur sustituyó a Dembélé, mientras Coutinho dejaba la demarcación de interior para pasar a la delantera y ocupar el puesto de falso 11. El partido de Wembley contra el Tottenham marcó uno de los puntos álgidos del Barça. Hasta que se lesionó Messi contra el Sevilla. El entrenador recurrió a Rafinha y, por momentos, a Dembélé, como sucedió cuando el Madrid buscaba el empate en el Camp Nou antes de caer por 5-1. Los azulgrana funcionaron estupendamente en ausencia del 10 porque fueron consecuentes con el estilo azulgrana: posición, posesión y sobre todo la presión mostrada en tiempos de Guardiola.

La presión era alta y sincronizada, el equipo jugaba muy junto en campo contrario y se defendía con la pelota, los esfuerzos se repartían de manera solidaria y el liderazgo era asumido por Luis Suárez. El encanto se rompió contra el Betis, día de la reaparición de Messi, con la ausencia por lesión de Coutinho y la alineación de Malcom, goleador el partido anterior en Milán. Al equipo le va mejor atacar por la izquierda con un diestro (Coutinho, Neymar, Arda) que con un zurdo (Malcom), que además le niega aire y campo a Jordi Alba. No funcionaron las dos bandas, y menos todavía la derecha por la tendencia de Messi a buscar las zonas interiores y centrales, circunstancia que compromete defensivamente a Rakitic y más a Sergi Roberto. Junior encontró una vía de salida excelente mientras Tello martilleaba por el carril derecho para suerte de un Betis que supo atraerse a los centrocampistas azulgrana ante la falta de presión de Messi, Luis Suárez y Malcom. El Barça no supo replegarse ni correr hacia atrás y se comió las transiciones del equipo de Setién.

Desajustes

Los barcelonistas no apretaban ni bien ni mal, ni nueve ni 11, siempre desajustados, y sorprendentemente, a diferencia del Betis, no se atrevían a salir con el balón jugado desde su área, espantados por la agresividad de los descolgados delanteros verdiblancos y el excelente juego entre líneas de Lo Celso, Carvalho y Guardado, todos muy a gusto con el 3-5-2. El Betis le quitó la pelota al Barça, siempre encontró al tercer hombre para tirar la línea de pase y al Barça le faltó presión y control, sobre todo porque Arthur es un jugador de fútbol corto y al pie, todavía poco profundo y ambicioso, sustituido en los malos momentos por Arturo Vidal.

La ausencia de Rakitic juega a favor del chileno para el partido del Calderón, más aún desde que Coutinho no entrara en la convocatoria, todavía sin el alta. Valverde es consciente de que las aspiraciones del Barça pasan antes que nada por encontrar una alineación equilibrada y también a la medida de Messi después del escarmiento del Betis. El 10 necesita del equipo y el equipo no puede delegar en el 10.

Los azulgrana se relajan a veces con la presencia de Messi, capaz por sí solo de ganar un partido, y en cambio en su ausencia en ocasiones se tensionan, responsabilizan y solidarizan, incluso tienden a ser más efectivos porque saben que no cuentan con los goles del artillero de Rosario. Los peores resultados se han dado además ante rivales de menos entidad, mientras que ha respondido en evites complicados, sobre todo en la Champions. La trayectoria en LaLiga ha sido más irregular, incluso en el Camp Nou, circunstancia que obliga al técnico a buscar el punto de encuentro ante la visita al Atlético.

Aseguran en el Camp Nou que el 3-4 del Betis sirvió para evidenciar los defectos del Barça de la misma manera que el 2-4 ante el Tottenham expresó las virtudes; ambos partidos tienen en cualquier caso dos puntos en común: Messi metió dos goles en cada uno y Ter Stegen tomó seis entre los dos pese a ser uno de los mejores porteros del mundo. Marcar muchos tantos no significa atacar bien en un equipo como el Barça. El Pichichi no siempre garantiza la Liga.

El nuevo plan de Piqué: “Quiero comprar un equipo de fútbol”

Sabe Gerard Piqué que cuando se quite por última vez la camiseta del Barcelona, necesitará dos años alejado del club para luego poder presentarse a las elecciones presidenciales porque así lo indican los estatutos. Es su deseo desde hace tiempo y tarde o temprano lo intentará. Sabe, además, que no quiere ser el presidente post-Messi porque entiende que el club puede pasar por una pequeña depresión como siempre ocurre cuando un jugador de época se acaba. E, inquieto como es, desde hace poco también sabe que quiere cambiar el mundo del fútbol como lo ha logrado con el tenis, ahora que ha creado la nueva Copa Davis en el circuito.

"Tengo dos proyectos", explicó el central azulgrana en una entrevista a L'Equipe; "Uno pasa por crear una nueva competición de fútbol. O utilizar una competencia ya existente". Presumiblemente, será en pretemporada. El otro proyecto es tanto o más ambicioso. "Quiero comprar un equipo de fútbol", soltó Piqué como una bomba, sin especificar nada más, categoría o país. Futbolista y empresario, Piqué cuenta que dentro de poco tiempo se sabrá más sobre sus aspiraciones, pero desde su entorno ya advierten que, tozudo como es, no parará hasta conseguirlo.

En clave Barça, además, el Borussia Dortmund confirmó que este lunes, en la asamblea de compromisarios del club, hará efectiva la compra de Paco Alcácer, que estaba cedido por dos millones de euros. Ahora, el club alemán depositará otros 21 millones que pueden alcanzar los 26 con las variables del contrato, como los partidos disputados y los títulos conseguidos. “Hemos hecho saber al Barcelona que ejecutaremos la opción de compra. Paco se ha convertido en parte esencial de nuestro equipo”, resolvió el director del Dortmund, Michael Zorc.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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