_
_
_
_

Asesinato de Celia Barquín: “He encargado una pistola eléctrica y no pienso salir sin ella”

El asesinato de Celia Barquín desata el miedo en el campus de la Universidad Estatal de Iowa, donde estudiaba la golfista

Pablo Guimón
Campo de golf donde apareció asesinada Celia Barquín
Campo de golf donde apareció asesinada Celia BarquínCharlie Neibergall (AP)

La muerte de la cántabra Celia Barquín, de 22 años, campeona europea aficionada de golf, ha caído como un mazazo sobre la comunidad universitaria de Ames, localidad de 60.000 habitantes en Iowa. La joven cántabra habría completado su licenciatura en ingeniería este semestre, y acababa de terminar su carrera deportiva en las competiciones universitarias de EE. UU. Lo hizo de manera tan exitosa que, el curso pasado, fue elegida la atleta del año en su universidad. Su entrenadora asegura que Celia lloró de emoción al saber que, este próximo sábado, se le reconocería el honor ante miles de personas en un partido de fútbol americano. El homenaje, después de que la golfista fuera asesinada el pasado lunes, será póstumo. Igual que el título de ingeniera civil que la universidad ha dicho que le otorgará.

Más información
Asesinada la golfista española Celia Barquín en un campo de golf de EE UU
El asesinato de Celia Barquín fue “un acto aleatorio de violencia”, según la fiscalía de Iowa
El día más largo de Puente San Miguel

La noticia de su muerte ha caído como un mazazo en Ames. La ciudad acoge el campus de la Universidad Estatal de Iowa, fundada en 1858, un centro público especialmente prestigioso en las disciplinas agrarias y técnicas. “Es excepcional, obviamente, pero no deja de ser inquietante que algo así pueda suceder a plena luz del día en una comunidad tan segura como esta”, dijo el comandante de la policía local, Geoff Huff.

Gabi Wilson, de 24 años, estudiante de Veterinaria llegada de Des Moines, la capital del Estado, pasea con sus amigas por el centro de la ciudad y no oculta su miedo. “Yo suelo salir a correr por ese camino que rodea al campo de golf”, asegura. “Ya no lo haré. Tengo un aerosol de pimienta, pero hasta ahora no lo llevaba siempre conmigo. Ahora he encargado una pistola eléctrica, y no pienso salir sin ella”. “Yo trato de no ir andando sola, siempre voy en coche”, añade Hannah Yearling, de 23 años y procedente de Cedar Rapids, al este de Iowa. “No conocía a Celia, pero su muerte ha sido un shock. Yo voy a clase al lado del campo de golf, y la zona está llena de residencias de estudiantes como nosotras”, explica.

El acceso al campo de golf, que estos días permanece cerrado, está rodeado por bloques de apartamentos para universitarios. En el exterior de la residencia The Grove, que vende su piscina comunitaria como reclamo para los jóvenes, pasea sola bajo la llovizna, escuchando música con cascos, Briana Manzano, estudiante de Psicología de 19 años. “Es terrorífico, da mucho miedo pensar que en una ciudad pequeña como esta pueda suceder algo así”, lamenta. “Tiendes a pensar que aquí no pasan esas cosas. Pero ahora la universidad nos ha mandado un email explicando medidas que debemos tomar, como cambiar nuestras rutinas, no andar solas o decir siempre a alguien dónde estamos”.

“La seguridad de los estudiantes es nuestra prioridad, pero con 36.000 matriculados no podemos garantizarla al 100%”, reconoce Katie Can, del decanato de estudiantes. “Nuestra comunidad universitaria es como una gran familia, de la que pasas a formar parte en cuanto llegas. Todos somos ciclones [el nombre con el que se conoce a los representantes de la universidad en las competiciones deportivas]. Son jóvenes increíbles, muy ambiciosos, como era Celia, con ganas de convertirse en ciudadanos del mundo. Esto ha sido un golpe muy duro, e inevitablemente ha alterado la vida en el campus”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_