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Nadal y Thiem, o cuando nadie merece perder

Por primera vez en un grande, el número uno levanta un 6-0 de arranque frente a un rival fabuloso que le exigió hasta el límite: “Fue un golpe, pero había que empezar de nuevo. Ha sido una moneda al aire”

Alejandro Ciriza
Nadal, durante el partido de cuartos contra Thiem en Nueva York.
Nadal, durante el partido de cuartos contra Thiem en Nueva York.JULIAN FINNEY (AFP)

Deporte en estado puro, del bueno, del auténtico, en esencia. Deporte en su máxima expresión, del que agita y remueve y emociona sea cual sea el desenlace, porque lo que ocurrió en la central de Nueva York no fue tanto una historia de vencedores y vencidos como la vida misma: un relato de subidas y bajadas, de sufrimientos, angustias y euforias; de baches, tropiezos, crueldades y volver a empezar; de, al final, algo tan humano y tan auténtico como un simple apretón de manos y un abrazo; de admiración recíproca porque la estación definitiva –la victoria o la derrota, en este caso– es más bien relativa cuando a lo largo del trayecto se ha disfrutado tantísimo.

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Y esta vez, la pista central de Flushing Meadows asistió a uno de esos duelos que no se olvidan. Ahora bien, como casi siempre, el fotograma final retrató a Rafael Nadal como ganador, habiendo superado una circunstancia extrema porque Dominic Thiem, un tenista como la copa de un pino, le hizo pasar las de Caín durante casi cinco horas. En un cuerpo a cuerpo precioso, el número uno se impuso por un suspiro, como el Nadal de toda la vida (0-6, 6-4, 7-5, 6-7 y 7-6), y será el que se enfrente a Juan Martín del Potro en las semifinales del US Open. El triunfó, pero el austriaco cedió con todos los honores.

“Ha sido un partido especial porque ha tenido de todo, ha pasado por muchas fases. Ha sido una moneda al aire”, contaba luego el mallorquín a los periodistas, habiéndose librado antes de un verdadero tsunami: durante un buen rato, Thiem se comportó como aquel Nadal que aprieta y asfixia, acribillando al rival en una primera manga que hubiera desmoralizado a cualquiera, que no al balear. Durante 25 minutos, Nadal estuvo a su merced. De repente, en frío, el austriaco despidió de su raqueta una tromba de golpes tremenda y fue devorándole mordisco a mordisco. Siete puntos, pudo hacer solo en ese primer tramo infernal.

Una situación excepcional en la carrera de Nadal, la de arrancar cediendo un set en blanco, que hasta ahora solo había encajado tres veces en un Grand Slam. Y en las tres cayó: US Open 2004 (Andy Roddick), Wimbledon 2006 (Roger Federer) y Open de Australia 2015 (Tomas Berdych). Thiem, al que le señalan como el heredero de su castillo de arena en París, fundiéndole al rozar casi el pleno en el servicio (12 puntos de 14), fabricando 13 golpes ganadores, cinco aces y cometiendo únicamente dos errores. Pero, ¿y cómo demonios se hace frente a un escenario tan sumamente hostil para que no te arrastre la corriente?

Del Potro, Djokovic y Thiem: tres partidazos

Lo explica Nadal. “No es el plan trazado antes de salir, evidentemente. ¿Qué cómo se acepta? Como se aceptan todas las cosas: con humildad y aceptando las cosas que van ocurriendo, intentando valorar cada pequeña mejora que uno va haciendo durante el partido”, introdujo. “En el primer set no ha habido partido y si luego empieza el segundo y me hace un break de entrada… estás ya es una situación muy desagradable. Al final aceptas que es un golpe, pero a la vez lo dejas a un lado y te dices que debes empezar de nuevo. Tienes que meterte en el partido y para eso tienes que ganar tu servicio por primera vez y después por segunda”, continuó. “Después he ganado el segundo set y el partido ha sido totalmente nuevo, abierto, de tú a tú”, resolvió.

Crecí viendo a Rafa jugar estos partidos. Espero que haya más y que el final sea distinto DOMINIC THIEM

El de Manacor ha sido protagonista esta temporada de, probablemente, los tres partidos más impactantes: contra Del Potro en Wimbledon, ante Novak Djokovic también en Londres y este último frente a Thiem, buen amigo y destinatario de un elogio desprendido. “Ha sido un partido al límite. Lo siento por él, porque es uno de los jugadores a los que más aprecio le tengo. Entreno de vez en cuando con él y tengo una muy buena relación. Es un compañero ejemplar. Tiene una gran actitud en la pista tanto en los entrenamientos como en los partidos. Me gusta la gente que se esfuerza para conseguir los objetivos, y Dominic es uno de estos jugadores que se esfuerzan a diario”.

En el partido más kilométrico del torneo, el austriaco (25 años, nueve del mundo) demostró que no está demasiado lejos del primer nivel. “Esta noche va a quedar para siempre en mi mente. El tenis es cruel a veces, este partido no merece un perdedor, pero tenía que ser uno”, indicó; “¿Si he aprendido algo? Aunque no fuera bien, tal vez haya sido el primer partido realmente épico que he jugado; antes he jugado algunos buenos, pero no tan largos”, añadió antes de clausurar una jornada inolvidable en Nueva York: “No me gusta perder contra nadie, pero creí viendo a Rafa jugar estos partidos épicos. Habíamos jugado 10 en tierra y ahora este. Espero que haya muchos más y que el final sea diferente”.

RESULTADOS DE LOS CUARTOS

CUADRO MASCULINO: Novak Djokovic, 6-3, 6-4 y 6-4 a John Millman; Kei Nishikori, 2-6, 6-4, 7-6, 4-6 y 6-4 a Marin Cilic.

CUADRO FEMENINO: Madison Keys, 6-4 y 6-3 a Carla Suárez; Naomi Osaka, doble 6-1 a Lesia Tsurenko.

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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