El futuro de Fernando Alonso: Indy, WEC y la triple corona
Tras el adiós a la F-1, el asturiano se podrá dedicar a tiempo completo a buscar la gloria en otras disciplinas, con especial atención en las 500 Millas
De alguna forma, Fernando Alonso lleva desde el año pasado despidiéndose de la Fórmula 1, la disciplina que se lo ha dado todo en su carrera. Un adiós gradual, quizá para paliar el dolor de una ruptura traumática, primero con su aventura en las 500 millas de Indianápolis y poco después en el Mundial de resistencia, los dos destinos que ahora se abren en su futuro inmediato. De hecho, el propio presidente de la Indycar, Mark Miles, se apresuró tras el anuncio a ofrecer unas declaraciones de urgencia sobre la posible llegada del español: "El anuncio ha despertado las expectativas de los aficionados de la Indycar, que esperan que Alonso compita en la edición de 2019", indicó el empresario. "McLaren está trabajando para tener todos los acuerdos en su sitio, y nosotros apoyamos su esfuerzo. No espero que esto se resuelva hasta final del año", añadió.
Lo único seguro, de momento, es que cuando se levante del MCL33 por última vez en el GP de Abu Dhabi, el próximo 25 de noviembre, aún le quedarán en 2019 tres citas con Toyota en la Supertemporada de resistencia: una que nunca ha disputado, las 12 Horas de Sebring (16 y 17 de marzo), y dos que ya lucen en su palmarés desde este año: las 6 Horas de Spa (4 de mayo) y las 24 Horas de Le Mans (15-16 de junio).
Fue precisamente en esta última prueba, en el mítico circuito de Le Sarthe, donde el asturiano dio el paso más importante en su intento por convertirse en el piloto total y emular a Graham Hill, el único corredor que ha logrado la conocida Triple Corona del automovilismo. Con el triunfo en Le Mans, donde su aportación fue clave tras una preciosa exhibición nocturna, y con las dos veces que se coronó en el GP de Mónaco, a Alonso ya solo le queda las 500 Millas de Indianápolis, que en 2017 intentó sin éxito después de que el motor Honda de su monoplaza dijera basta y no le dejara disputar las últimas vueltas cuando mantenía opciones claras de victoria.
En Francia, con la corona de ganador todavía alrededor de su cuello, no descartó su viaje a la Indy lo antes posible: “Es cierto que cuando tienes Le Mans y solo falta uno te llama un poco más”, indicó el asturiano, entonces aún reacio a precisar su futuro.
Al mismo tiempo, al otro lado del Atlántico, crecían los rumores en el paddock. “Le gustó mucho su experiencia en Indianápolis. Todos sabemos que las tres grandes es una meta que tiene clara en su cabeza, por lo que no me extrañaría en absoluto que estuviera en las 500 Millas y con ello esté valorando de verdad hacer la temporada completa en Indycar”, opina el catalán Oriol Servià, toda una institución en la competición norteamericana, donde corre desde hace 18 años, aunque en los últimos cuatro solo lo haya hecho en citas puntuales.
Servià tiene claro que la Indy le puede dar a Alonso eso que le ha acabado centrifugando fuera de la Fórmula 1: su excesiva previsibilidad, que al comienzo de cada temporada ya se pueda anticipar los únicos dos equipos que pueden optar a la victoria.
“Durante mucho tiempo fue un problema de solo un año, porque al siguiente se rehacían los coches. Ahora, la reglamentación solo permite muy poca evolución de una temporada a otra y tenemos dominios como el de Mercedes. Por eso Fernando se ve muy quemado”, desgrana el piloto de Pals, en contraste con el espectáculo de la Indy: “Ahí puede escoger al menos cuatro equipos que tienen posibilidades de luchar por la victoria cada fin de semana y en el campeonato”.
El mensaje de Servià coincide plenamente con el que Alonso dio en varias ocasiones durante su experiencia en las 500 Millas. Allí, se ganó el respeto de su equipo, Andretti Autosport, de la parrilla, y de la afición, que lo ovacionó mientras se retiraba de su monoplaza averiado. Él, por su parte, aprovechó para volver a demostrar su pericia en la pista con igualdad entre los monoplazas además de tantear un mercado poco explorado para su marca. También exhibió su dominio de la puesta en escena, tan bien recibida en un ecosistema rendido al show, como cuando en la rueda de prensa posterior a la carrera bebió de un brick pequeño de leche en homenaje a la tradición que cada año hace el ganador.
El lunes, la cuenta oficial en Twitter de la Indycar alimentaba los rumores sobre una llegada próxima de Alonso citándole para comer después como respuesta al tuit donde el asturiano ponía fecha al anuncio que ayer acabó desvelándose. Justo después del comunicado, el guiño provino desde el perfil del circuito de las 500 Millas, ofreciéndose para negociar. "A mi me atraería volver ", exclamó el pasado fin de semana Hunter-Reay, compañero de Alonso hace dos temporadas y ganador de la Indycar en 2014. "Pasé tiempo con él y sé que tiene más hambre que nunca de ganar", añadió.
“Que vuelva solo hace que la carrera sea más excitante, tendré la suerte de volver a compartir pista con nuestro campeón del mundo”, celebra Oriol Servià. “Y como dije la otra vez, y casi pasó, ojalá estemos los dos luchando por la victoria en la última vuelta... y acabe llevándomela yo”.
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