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Cuatro partidos para cambiar la historia

Si el Barça cierra el título liguero sin derrota alguna, será el tercer equipo en lograrlo tras el Athletic y el Madrid, en los años 30

Jordi Quixano
El Athletic que formó en la final de la Copa de 1930.
El Athletic que formó en la final de la Copa de 1930.WEB DEL ATHLETIC CLUB

Festejada la Liga en Riazor, los futbolistas del Barça dejaban una coletilla en sus declaraciones que expresaban la última ambición. “Tuvimos momentos difíciles y los superamos sin conocer la derrota. Increíble”, señaló Messi, en referencia a un curso en el que no han contado ningún tropiezo en la Liga, algo histórico porque solo en dos ocasiones de las 87 ediciones se ha logrado tal gesta. “No haber perdido ningún partido ante estos competidores es una barbaridad”, se sumó Busquets. “Si hay que recordar esta Liga será porque todavía no hemos sido derrotados”, dijo Iniesta. Les quedan cuatro duelos (Madrid, Villarreal y Real Sociedad en casa; Levante, a domicilio) para igualar al Athletic (1929-1930) y al Madrid (1931-1932). En el segundo escalón del podio están el Madrid (1968-1969 y 1988-1989), además del Barça (2009-2010).

1929-1930. Athletic. ‘El doblete de Mr. Pentland’.

Los maletines no son un fenómeno actual en el fútbol sino que es algo histórico, como demuestra que en la primera ocasión que hubo ascensos y descensos en la Liga —fue en la segunda edición del torneo, en el curso 1929-1930—, la federación envió delegados a los campos para evitar posibles amaños. No preocupaba, sin embargo, lo que ocurriese en el Racing Santander-Athletic porque el equipo bilbaíno podía cerrar la temporada sin manchurrón alguno en su historial. Gesta que completó (2-3 en el duelo del Viejo Sardinero) para firmar 12 victorias y seis empates —solo había 10 participantes en la edición—, con 63 goles a favor por 28 en contra.

Con Blasco como portero —un fenómeno con los guantes que se exilió y acabó sus días en México por culpa de la Guerra Civil—, conquistaron el Zamora. Pero los elogios se los llevó, sobre todo, la primera delantera que se recitó de memoria en el país, pues Lafuente, Iraragorri, Unamuno (Bata cogió su sitio al año siguiente porque el ariete se marchó al Betis), Chirri II y Gorostiza, que fue el Pichichi con 20 dianas. Un extremo izquierdo, la Bala Roja, que tenía tanta facilidad para descontar rivales como para enredarse con el alcohol, según contaron después sus compañeros.

Pero el éxito también se le atribuye en gran medida al técnico inglés Fred Pentland, apodado El Bombín por su inseparable sombrero, como la pipa primero y los puros después. A él —que se le conocía como Mr. Pentland y que consagró el sobrenombre de mister al entrenador que se utiliza hoy en día— se le atribuye la novedosa formación de 2-3-2-3 en vez del 2-3-5, el lema de que “el partido más difícil es el del domingo que viene” y también un gusto por el pase corto y por el ataque posicional porque entendía que dos regates eran demasiados. “Eso significa que no están bien colocados”, señalaba. Todo un éxito porque también vencieron al Madrid en la final de la Copa; el primer doblete.

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1931-1932. Madrid. Un título a la defensiva y con polémica.

Con 10 triunfos y ocho empates, el Madrid (que perdió la corona de su escudo y la denominación de Real tras la recientemente proclamada Segunda República) logró conquistar su segundo laurel liguero gracias al entramado defensivo del equipo, a unos zagueros que se ganaron un nombre —Quinconces y Ciriaco— y un portero que marcó época: Zamora. A pesar de que hubo cuatro equipos que materializaron más goles, el conjunto de Lippo Hertza recibió solo 15 tantos, por los 23 que encajó el Athletic, a la postre segundo en el campeonato. Un título, además, conquistado en la última jornada y repleto de polémica como describen las páginas de la hemeroteca de Mundo Deportivo.

Al Madrid, acechado por el Athletic, le bastaba con un punto para coronarse y debía hacerlo en el campo de Les Corts, del Barça. Un duelo bien polémico porque el colegiado Insausti anuló un tanto azulgrana por fuera de juego y después, a falta de un minuto y con el alirón blanco en el bolsillo, decretó un penalti a favor del Barça para las tablas finales. “No lo hubiera señalado si el rival hubiese estado por delante”, lamentó Zamora, desde el vestuario y con una toalla como único atuendo. “El árbitro le ha regalado el empate al Madrid. No es justo que se decida así un resultado”, replicó Samitier, que bajó a las dependencias arbitrales para que hiciera constar en acta las protestas del club azulgrana. Ocurrió que le acompañó un directivo e Insausti lo despachó con educación al tiempo que también puso en el acta que el público le había lanzado piedras —“y alguna me ha tocado”, dijo a los reporteros— y un cuchillo del monte “que por fortuna estaba cerrado”.

Con los ánimos revueltos, la Guardia Civil escoltó al árbitro hasta que se marchó del estadio en taxi. La crónica del rotativo, sin embargo, reconocía. “No sería lógico que nadie osara discutir los merecimientos del Madrid, el once más regular de la Liga. Si alguien le ha superado en potencia ofensiva, en eficacia defensiva nadie ha logrado aproximársele”.

Tres equipos con un único tropiezo

Aunque no dejó el historial impoluto, poco le faltó al Madrid de 1968-1969, que cogió el liderato en la jornada dos y no lo soltó. Campeón a falta de tres jornadas, cerró el curso con 18 triunfos, 11 empates y una derrota ante el Elche, que llegó justo después del alirón. Con Betancort bajó los palos, De Felipe y Sanchís como referentes defensivos, Zoco y Pirri en la sala de máquinas y Amancio —fue el Pichichi junto a Gárate (Atlético)— y Gento como goleadores, el equipo de Miguel Muñoz logró el octavo triunfo liguero en sus últimas nueve ediciones, además de firmar 27 jornadas sin perder, récord que superó la Real en 1980 (32) y que ahora ostenta el Barça de Valverde (41, que son los 34 de este curso más siete que ganó el equipo de Luis Enrique al final de la Liga pasada).

El Madrid, 20 años más tarde, fue de nuevo una apisonadora en la Liga 1988-1989, también en una Copa que le valió el cuatro doblete de su historia. Firmó 25 triunfos, 12 empates y una derrota ante el Celta. Bajo las órdenes de Leo Beenhakker, la Quinta del Buitre (con Sanchís, Míchel, Martín Vázquez y Butragueño —Pardeza ya estaba en el Zaragoza—) sometió a los rivales gracias también a la puntería de Hugo Sánchez (27 goles), el segundo en la tabla de goleadores porque Baltazar (Atlético) logró 35 dianas, el segundo mejor registro hasta entonces, solo superado por Zarra (1951). Fue, además, el año en el que Schuster jugó de blanco tras salir a malas del Barça.

La penúltima gesta ocurrió en el curso 2009-2010, en el segundo año de Guardiola en el Barça, equipo que selló una hoja de servicios con 31 triunfos, seis empates y una derrota —contra el Atlético con los goles de Forlán y Simão—, además de 98 goles a favor por tan solo 24 en contra. El laurel, sin embargo, no llegó hasta la última jornada porque el Madrid no se rindió. Sí lo hizo este año, y el Barça de Valverde se proclamó campeón. Queda por ver si también le gana a la historia.

Los otros retos de los azulgrana

La Bota de Oro. Messi suma 32 goles (64 puntos) y encabeza, una vez más, la lista por la Bota de Oro, que certifica al mejor goleador de Europa. Le restan cuatro partidos y tiene una ventaja escasa pero significativa con Salah, delantero del Liverpool, que contabiliza 31 goles (62 puntos), aunque solo le queden dos partidos para cerrar la Premier. Por detrás está Inmobile, punta del Lazio, con 29 redes.

Premio 'Zamora'. Se le ha complicado a Ter Stegen el galardón al mejor portero del año porque ha encajado 21 goles —entre otras cosas porque el Barça lleva cinco partidos recibiendo al menos un tanto—, por los 18 que ha recibido Oblak (Atlético).

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