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Sevilla - Barcelona: Duelo de pitos y apoyos al himno ante el Rey en un palco con muchas ausencias

Ni Cifuentes, ni Carmena, ni Colau acuden a la final de la Copa. Tampoco el presidente de Cataluña, pendiente de investidura cuatro meses después de las elecciones

Momento del himno en el Wanda. (FOTO: SUSANA VERA / REUTERS).
Rafael Pineda

Los pitidos al himno y al Monarca en la Copa del Rey se han convertido en tradición. Los escuchó don Juan Carlos en la de 2009, que enfrentó al Athletic de Bilbao y al Barcelona, y los escucha ahora su hijo, Felipe VI. En cuanto ha arrancado el himno este sábado en el Wanda Metropolitano, ha arrancado la pitada, pero esta vez se ha encontrado enfrente a aficionados que lo tarareaban a voz en grito. Un duelo entre seguidores del Barça y del Sevilla. El abucheo sonó fuerte, pero también el apoyo por parte de la afición andaluza. 

Don Felipe ha escuchado ese duelo de pitos y tarareos en un palco algo huérfano de autoridades y reflejo de la complicada coyuntura política. No estaba la presidenta de la comunidad anfitriona, Cristina Cifuentes, en pleno escándalo por su máster; ni el presidente catalán, pendiente aún la investidura cuatro meses después de las elecciones autonómicas. Tampoco acudieron la regidora de Barcelona, Ada Colau; ni la de Madrid, Manuela Carmena, de viaje oficial en Costa Rica. Al término del encuentro, cuando le ha enfocado la cámara y antes de abandonar el Wanda Metropolitano, se han escuchado de nuevo pitidos al Rey.

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Por parte del Gobierno ha asistido el ministro de Cultura y Deporte, íñigo Méndez de Vigo; el titular de Interior, Juan Ignacio Zoido; y la de Defensa, María Dolores de Cospedal. Desde Andalucía se han desplazado la presidenta de la comunidad, Susana Díaz, y el alcalde sevillano, Juan Espadas.También ha estado presente en el palco el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Entre las autoridades del mundo del fútbol también hubo sonoras ausencias. No estaba el presidente de la federación, porque ocho meses después de la detención, suspensión y destitución de Ángel María Villar, acusado de corrupcion (está en libertad bajo fianza) aún no se han celebrado las elecciones para elegir a su sustituto. Ha faltado, además, el presidente de la liga, Javier Tebas, que alegó una cuestión familiar. En el palco sí se encontraba el seleccionador nacional, Julen Lopetegui, y su predecesor, Vicente del Bosque.

Polémica con las camisetas

La Asamblea Nacional Catalana (ANC) denunció en su cuenta de Twitter que la policía estaba requisando camisetas amarillas a los aficionados que pretendían mostrar con ellas su solidaridad con los políticos presos. La policía ha asegurado que no había ninguna instrucción en ese sentido y que no le constaba que se hubieran producido decomisos, aunque algunos vídeos mostraban que sucedió en algunas ocasiones. Durante el encuentro, las esteladas convivieron con banderas de España. El Barcelona decidió no hacer ninguna medida oficial de protesta, sin embargo, el presidente del club, Josep Maria Bartomeu, justificó hace unos días los silbidos: “Quiero pensar que cuando, de manera mayoritaria, nuestra afición se ha expresado silbando, no lo ha hecho por menospreciar ningún símbolo, sino en protesta por determinadas actitudes contra el pueblo de Cataluña en los últimos años",dijo.

Las medidas de seguridad en torno al Wanda Metropolitano han sido impresionantes. Los aficionados tuvieron que pasar hasta tres anillos de seguridad para acceder a las localidades y el Wanda, de 68.000 espectadores, vivió un ambiente espectacular. En el fondo donde se encontraban los aficionados barcelonistas llamó la atención la presencia de algunas banderas de España e incluso de Andalucía, aunque es cierto que había una gran cantidad de aficionados con la camiseta de la senyera y algunas, también, de color amarillo.

En el fondo de la afición del Sevilla convivieron banderas de España con las de Andalucía, aunque la mayoría de las banderas y los símbolos exhibidos fueron del propio equipo. Cerca de 26.000 sevillistas se desplazaron hasta Madrid y eran ligera mayoría en un estadio que vibró en unos prolegómenos donde la Federación montó hasta una ceremonia previa de mucho colorido.

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