El mejor LeBron James se pone al nivel de Jordan

LeBron James dijo esta semana que se votaría a sí mismo para el MVP (mejor jugador de la temporada en la NBA). Nadie se escandalizó ante la aparente prepotencia y falta de humildad del jugador de los Cleveland Cavaliers. El nivel que está exhibiendo, sobre todo en las últimas semanas, avalan su afirmación. Los motivos: “Cómo he trabajado mi cuerpo, lo que ha pasado con nuestro equipo todo el año, cómo hemos tenido tantas lesiones y demás problemas de esa naturaleza, jugadores entrando y saliendo. He tenido que trabajar mucho para tratar de mantener esto a flote… Definitivamente me votaría”.

La estrella de los Cavs no tiene derecho a intervenir en esa elección, en la que votan periodistas, ni es el principal favorito al galardón. Las quinielas de los analistas predicen que será James Harden, el escolta de los Houston Rockets, quien obtendrá el MVP por su enorme temporada individual y porque su equipo conseguirá el mejor registro de victorias, muy por encima del conjunto de Cleveland. Pero cuando empiecen los playoffs y haya que jugarse el título, todo el mundo sabe que la sombra de LeBron se hará más grande.

Lo que ya nadie puede quitarle al 23 de los Cavs es la marca histórica que consiguió en la madrugada del jueves. James puso en 866 el número de partidos consecutivos anotando 10 o más puntos. Lo hizo aportando 41 puntos en la victoria ante Charlotte Hornets (105-118), equipo del que es propietario Michael Jordan, con quien LeBron comparte el récord, de momento. Algo muy raro debe pasar para que el de los Cavs no destrone al mítico Air la próxima madrugada ante los Pelicans.

El cuatro veces ganador del premio de Jugador Más Valioso (MVP) de la liga anotó 10 o más puntos en un 99,3% de sus partidos como profesional, el porcentaje más alto en la historia de la NBA. La racha de James se remonta al 5 de enero de 2007, cuando anotó ocho puntos en 3 de 13 lanzamientos de los Cavaliers en el partido que ganaron a los Bucks de Milwaukee y fue el último en el que no pudo llegar a los 10 tantos.

Mientras, la racha de Jordan se prolongó desde el 22 de marzo de 1986, cuando encestó ocho puntos con los Bulls en una derrota contra los Cavaliers, hasta el 27 de diciembre del 2001, que se quedó con seis tantos ya a la edad de 38 años y jugador de los Wizards de Washington, que aquella noche se enfrentaron a los Pacers de Indiana.

Más allá de récords y premios, la temporada de LeBron James está rozando lo sobrenatural. A sus 33 años demuestra una plenitud física de un jugador mucho más joven. No se guarda nada en cada partido y sus estadísticas son elocuentes: 27,6 puntos, 8,6 rebotes y 9,1 asistencias. En estos dos últimos apartados, King James está promediando los mejores números de su carrera, que ya va por su 15º año.

Esta plenitud no le sale gratis al cuatro veces MVP de la NBA. Esta semana los medios estadounidenses informaron sobre los cuidados y el dinero que dedica James a mantener su físico a tono. La cifra es 1,5 millones de dólares (1,2 millones de euros), un buen dinero pero apenas un pellizco en los 27 millones de euros que tiene de salario. Y es que LeBron no escatima en entrenadores personales, médicos, cámaras hiperbáricas y todo tipo de tratamientos y tecnología para mimar su cuerpo. La estrella aprovecha casi cada minuto libre para entrenar o recuperarse, lo hace incluso cuando viaja de su ciudad, Akron, a Cleveland.

Todo el esfuerzo va encaminado a conseguir su cuarto anillo, algo que esta temporada no parece fácil por el bajo rendimiento de los Cavaliers, terceros en el Este, pero lejos de los primeros. Si en los playoffs no logra el nivel que quiere, es probable que El Rey busque nuevo destino para el curso que viene. Candidatos hay muchos (Lakers, Sixers, Blazers...), como se ha encargado de demostrar la guerra de carteles en las carreteras estilo Tres anuncios en las afueras. Lógicamente todo el que pueda pagarle irá a por él, porque, pese a sus 33 años y los cientos de partidos en sus piernas, LeBron James está mejor que nunca.