LeBron James se corona rey de un All Star 2018 que recupera toda su magia
El equipo de la estrella de los Cavaliers se impone al de Stephen Curry (145-148) en un competitivo y emocionante duelo
La NBA se salió con la suya. El All Star revivió con la nueva fórmula y el equipo de LeBron James ganó al de Stephen Curry (145-148) en un duelo espectacular, interesante, muy competitivo. El partido se decidió en el último segundo gracias a la excelente defensa del equipo de LeBron que encerró en la esquina primero a Stephen Curry y en última instancia a DeRozan.
LeBron James fue designado el MVP del All Star por tercera ocasión en su carrera. Sus números, 29 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias en 31 minutos, están a la altura de su éxito en transmitir la garra y el empeño por jugar con la máxima seriedad y deseo de victoria, algo que se había echado de menos en las últimas ediciones del All Star.
EQUIPO STEPH, 145; EQUIPO LEBRON, 148
Equipo Stephen: Harden (12), Stephen Curry (11), DeRozan (21), Antetokounmpo (16), Embiid (19) –equipo inicial-; Horford (6), Draymond Green (3), Towns (17), Lowry (4), Lillard (21) y Klay Thompson (15).
Equipo LeBron: Kyrie Irving (13), Westbrook (11), LeBron James (29), Kevin Durant (19), Anthony Davis (12) –equipo inicial-; Aldridge (0), Paul George (16), Drummond (4), Walker (11), Dragic (2), Oladipo (7) y Beal (14).
Parciales: 42-33, 36-45, 34-33 y 33-39.
Staples Center de Los Ángeles. Unos 18.000 espectadores.
Se lanzaron 28 tiros libres, un detalle revelador. No son muchos, pero nada que ver con los ocho que tiraron en las ediciones de 2017 y de 2016. Un síntoma más de la excesiva distensión con que se tomaban los jugadores el All Star. En esta ocasión, sin embargo, el final fue muy reñido y los jugadores del equipo de LeBron pidieron incluso que se revisara una de las últimas jugadas en las que hubo dudas si el último en enviar el balón fuera fue Embiid o Durant.
Al final, un fallo de Antetokounmpo a falta de 16 segundos, seguido de una canasta de Westbrook a falta de 10 puso el 145-148 en el marcador. Y la defensa del equipo de LeBron en esa última jugada sentenció en favor de su equipo, ganador a pesar de que, a lo largo de los días anteriores, tuvo que sustituir a cuatro jugadores lesionados: Cousins, Kevin Love, Porzingis y John Wall.
El equipo de Curry, dirigido por Mike D’Antoni, lanzó 65 triples, pero solo acertó 17 veces. Ese fue uno de sus mayores problemas. Curry no estuvo fino y se quedó en 11 puntos después de anotar solo tres triples de los 11 que lanzó. DeRozan y Lillard, con 21 puntos cada uno, fueron los mejores en el equipo de la estrella de los Warriors, que contó con una buena aportación de su compañero Klay Thompson, con 15 puntos.
Pero Kevin Durant, por una vez, elegido por LeBron cuando se confeccionaron los equipos, sumó en contra de sus compañeros en los Warriors y complementó la labor del 23 de los Cavaliers con 19 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias. Durant asistió a su excompañero en los Thunder, Westbrook, que añadió 11 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias. Paul George aportó 16 puntos y Drummond y Beal, 14 cada uno.
LeBron en fin consiguió que las estrellas destilaran la mezcla ideal de calidad y competitividad. Todos deseaban olvidar los correcalles en que había derivado el duelo de un tiempo a esta parte. La ausencia total de esfuerzo defensivo e intensidad había provocado puntuaciones astronómicas. La pasada temporada, en Nueva Orleans, se estableció el récord, con 374 puntos, tras la victoria del Oeste por 192-182. Pero a nadie dejó satisfecho aquel partido tan inocuo, sin intensidad, con defensas de plastilina.
La NBA tomó cartas en el asunto. Puso fin al duelo entre los equipos de la Conferencia Oeste y la Conferencia Este y se sacó de la manga el nuevo sistema por el que los dos capitanes, LeBron James y Stephen Curry, se encargaban de elegir alternativamente a los jugadores que iban a formar en sus equipos sin discriminar por conferencias. Además, también estableció un premio de 100.000 dólares para cada uno de los integrantes del equipo ganador.
Más allá de estas modificaciones, está claro que lo realmente decisivo fue la actitud de LeBron, Curry y todos los jugadores, también deseosos de elevar el nivel y el interés por el partido. Ya en una de las primeras jugadas, LeBron voló por encima de Embiid en la lucha por un rebote y los dos se fueron al suelo. Poco después Durant punteó un triple a su rival por un día Stephen Curry. Y Towns y Drummond lucharon bajo los tableros como si se tratara de un partido oficial. El All Star recuperó la competitivad, el interés y la emoción.
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