La garantía del tercer Marquitos
Marcos, carrilero del Chelsea, se incorpora a La Roja como sustituto de Alba y sin tiempo para experimentar. Lopetegui le elige por su resistencia a la presión
El sentido de la oportunidad distingue a Marcos Alonso Mendoza (Madrid, 1990). El tercer Marquitos de la saga en vestir la camiseta de la selección después de su abuelo Marcos Alonso Imaz y de su padre Marcos Alonso Peña, saltó este martes al campo de prácticas de Las Rozas por primera vez. Con el paso ligero de quien se encuentran cómodo, gozando del momento, como un habitante de toda la vida de la concentración de La Roja, en donde jamás había estado. A sus 27 años acude a la llamada de Julen Lopetegui con el equipo hecho. Viene para coronar la larga marcha del ciclo que conduce al Mundial de Rusia sin haber sido incluido en ninguna de las ocho convocatorias previas, pero con el puesto casi fijo.
“Con retraso o no, lo importante es que estoy aquí”, dijo este martes, cuando le preguntaron por la dilación, a pesar de completar campañas distinguidas en la Fiorentina y en el Chelsea desde 2014. “Estoy muy agradecido y concentrado en los amistosos con Alemania y Argentina y en adaptarme rápidamente al equipo”.
Marcos es lateral zurdo. Esta condición, unida al pasaporte español, supone una carga para cualquiera de los futbolistas de la actual generación. En España no abundan los delanteros centro, ni los centrales de primera categoría, pero hay puestos superpoblados. Los grandes laterales izquierdos son multitud. La competencia es feroz. Marcos aterriza en la plantilla para desempeñar una misión clave: sustituir a Jordi Alba en caso de accidente. Alba ha sido titular en 11 de los 16 partidos de la actual fase mundialista, entre amistosos y jornadas oficiales. Cuando faltó, casi siempre le sustituyó Monreal, actualmente lastrado por una serie de lesiones de tobillo y espalda que le han hecho perderse 17 partidos con el Arsenal desde octubre.
Yuri (PSG), Bernat (Bayern), Grimaldo (Benfica), Gayá (Valencia) y Escudero (Sevilla) eran los otros candidatos a reemplazar a Monreal. El seleccionador se decantó por Marcos. Le avala su extraordinaria fiabilidad.
Lopetegui le conoce desde su etapa en el Castilla, a donde llegó procedente del Unión Adarve, el pequeño club del barrio del Pilar, en el norte de Madrid, modelo de centro formativo y caladero de la cantera madridista. El técnico, que en alguna ocasión llamó a Escudero pero sin hacerle debutar, sabe lo que puede ofrecerle su última elección. Los experimentos concluyeron en diciembre. A dos meses del Mundial, se impone no dar un paso en falso.
"Tendré que adaptarme"
Marcos acredita estabilidad en las peores condiciones. Pocos exámenes miden el sentido competitivo como las situaciones críticas. Más que por un periodo problemático, el Chelsea discurre desde hace meses por una línea de descomposición en todos los estamentos. Junto con Kanté y Azpilicueta, Marcos ha sido de los pocos futbolistas del club londinense que han mantenido un rendimiento constante. Sin apenas sufrir lesiones, sin dejarse alterar por el contexto, ha expresado lo mejor de sus facultades de forma regular. Lo ha hecho como carrilero. Repartiendo sus deberes entre la cobertura, los apoyos al mediocampo y las llegadas al área contraria con precisión de relojero. Su interpretación del 3-5-2 ha sido perfecta en un equipo que administra la pelota con usura. Tres asistencias y siete goles en 40 partidos esta campaña consagran su instinto de llegador y su gatillo fácil, herencia de familia y de su etapa de extremo juvenil.
La única duda que reconoció Lopetegui fue la adaptación del jugador al estilo y el orden de la selección, en donde tendrá que asociarse con los volantes y los atacantes para elaborar en campo rival. “No creo que sea un problema", dijo el jugador; "cuando llegué a la Fiorentina la duda era si podría jugar de carrilero con una línea de tres centrales. Ahora vuelvo a una línea de cuatro, como he jugado la mayor parte de mi carrera. Tendré que adaptarme porque llevo unos años como carrilero. Pero estoy convencido de que es un puesto en el que puedo jugar”.
El tercer Marquitos no vacila. Ni ante porteros contrarios ni ante desafíos de última hora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.