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FÚTBOL FEMENINO | ATLÉTICO, 2 - MADRID CFF, 2

El Wanda vive una fiesta con el fútbol femenino

Más de 22.200 espectadores hacen del derbi Atlético-Madrid CFF un espectáculo que termina en empate y complica la Liga a las colchoneras

Las jugadoras del Atlético celebran el segundo gol en el Wanda.
Las jugadoras del Atlético celebran el segundo gol en el Wanda.A. MOLINA (ATLÉTICO)

El pronóstico anunciaba lluvia. Lluvia y fútbol. Lluvia y goles. Lluvia y emociones acompañadas de fuertes vientos del sur y altas probabilidades de un nuevo récord en el fútbol femenino. El Wanda Metropolitano abría por primera vez sus puertas a las mujeres para disputar el derbi madrileño entre el Atlético Madrid y el Madrid CFF y la expectativa era muy grande. Más de 50 medios acreditados y 20.000 entradas vendidas eran solo un indicio de lo que sucedería después. Aunque no llovió, sí que hubo fútbol, goles y emociones. El número oficial reveló que 22.202 aficionados dijeron presente en el coliseo rojiblanco, la tercera mejor asistencia en un partido de fútbol femenino en España.

Lo único que opacó la fiesta fue el empate (2-2). El Atleti llegaba líder, a un punto de distancia del Barcelona, y necesitaba ganar para seguir dependiendo de sí misma a solo siete fechas para el final del campeonato. Un gol de la centrocampista Kaci a los seis minutos de partido parecía dar comienzo a una noche soñada, pero rápidamente el Madrid los despertaba con un tanto de Jade Boho. La 9 del equipo rival convertía un gran gol de vaselina ante una mala salida de la portera Lola Gallardo y cumplía con la ley del ex. Ángel Villacampa, entrenador del Atleti, era un espejismo del Cholo Simeone: eléctrico se movía de un lado para otro sin parar de dar indicaciones.

El Atleti era mejor y lo demostraba en cada jugada. Llegaba con facilidad al arco rival por la banda derecha de Amanda Sampedro, la 10 y capitana del equipo, y hacía todo lo posible para lograr el segundo gol. El del desempate. El que convirtió Marta Corredera a los 17 minutos. Ahora sí ganaba 2-1 el equipo local y demostraba por qué era el único puntero de la Liga Iberdrola. El Madrid no conseguía cruzar la mitad de cancha y el encuentro parecía definido desde muy temprano. Hasta que otra vez apareció Jade Boho. La delantera blanca recibió un excelente pase de la capitana Saray y se escurrió entre las dos centrales rojiblancas para definir de zurda. Gol y empate 2-2 en solo 35 minutos de partido.

El duelo estaba a la altura de las circunstancias y el Frente Atlético cantaba sin parar ante el asombro de los niños que veían por primera vez al equipo femenino del Atleti en el Wanda. No llevaban la camiseta de Griezmann ni la de Koke, sino la de Lola Gallardo y Marta Corredera, entre otras. El árbitro pitó el final del primer tiempo a los 46 minutos y las jugadoras rojiblancas se metieron en el túnel con la calma de quien sabe que es dominador y cree poder ganar.

Pero el segundo tiempo fue muy diferente. El Madrid empezó a defender mejor y el Atleti a atacar peor. El técnico Villacampa realizó un cambio ofensivo a los 57 minutos sacando del terreno a la defensora Kenti Robles y metiendo a la extremo Andrea Falcón. En cambio, el entrenador rival hizo lo contrario. Sacó a la 10, Alba Mellado, para sumar otra defensora. El panorama era claro: al Atleti no le alcanzaba con un empate mientras que al Madrid esa igualdad le sabía a victoria.

No tuvo el conjunto rojiblanco ninguna jugada clara de gol en el segundo tiempo. Lo más emocionante fue la salida de Jade Baho, la goleadora, que recibió una ovación. Y una ola que recorrió todo el estadio durante un rato largo. El resto fue hacer tiempo por parte del equipo visitante y ni los seis minutos que adicionó el árbitro fueron suficientes para el Atleti.

A diferencia de las dos veces que el conjunto femenino jugó en el Vicente Calderón, esta vez no hubo celebraciones ni selfies ni tiempo extra para familiares y amigos en el estadio. El empate es como una derrota porque el domingo juega el Barça y las pueden superar. La primera experiencia en el Wanda quedará en el recuerdo, pero tendrá una pizca de amargura. La pizca de Jade Boho que todavía festeja con sus compañeras la (casi) victoria blanca.

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