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Boca y River definen la Supercopa con el regreso del fútbol con dos hinchadas

El Superclásico sirve de termómetro para terminar con la prohibición de público visitante en los estadios

El delantero uruguayo Rodrigo Mora se toma una selfie con fanáticos de River que llegaron a la concentración.
El delantero uruguayo Rodrigo Mora se toma una selfie con fanáticos de River que llegaron a la concentración.Télam
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El Superclásico entre River y Boca de este miércoles es, “para la Superliga, para la AFA, para la seguridad, para el gobierno, para todos”, una prueba de fuego en el afán de que vuelva el público visitante a los estadios. Así lo definió alguien que circula los pasillos de la Superliga, el ente que organiza la liga argentina, pero que nada tiene que ver con la Supercopa que enfrenta este miércoles a los dos equipos -e hinchadas- más importantes del país. Una copa inventada hace poco y que a pocos importaría si no cruzara a los dos tanques del fútbol argentino. Por un lado, Boca, el campeón de la regularidad, por el otro, River, un especialista de los ‘mata mata’ o partidos de eliminación directa. La cita es desde las 21 (hora argentina), en Mendoza, al pie de la cordillera de Los Andes a 1.000 kilómetros de Buenos Aires. Las carreteras, esta vez, estuvieron muy vigiladas.

La movilización de personas hacia la cuarta ciudad más importante de Argentina se ha convertido en una cuestión de Estado. Desde el viernes pasado hay gente del ministerio de Seguridad dispuesta en Mendoza. El organismo centraliza un trabajo que involucra a 1.500 policías, en conjunto con cinco provincias, para controlar las rutas que unen a la tierra “del buen sol y del buen vino” (como se le llama a Mendoza) con Buenos Aires. Así, los retenes dispuestos tanto en la ruta nacional 7 -para la parcialidad de Boca- y las 5, 226, 188, 143 y 40 -para los de River- ya se toparon con algunas sorpresas.

Un retén en Realicó, provincia de La Pampa, controló 42 buses con hinchas de River. El resultado fue la captura de un hombre que tenía una causa abierta por cohecho y seis personas con prohibición de asistir a los estadios por tener antecedentes. Además, se incautó armas corto punzantes, entre ellas, un hacha más propia de un ataque de playa vikingo que de un partido de fútbol. “Cuando veamos un micro con hinchas de River que vengan por la ruta de Boca, y viceversa, los acompañaremos con Gendarmería hacia la ruta correspondiente. En principio tratamos de tener a las parcialidades separadas en tiempo y espacio”, explicó a EL PAÍS Guillermo Madero, director del área de espectáculos deportivos del ministerio de Seguridad. El cargo también explicó que se dispusieron refuerzos de policías locales en estaciones de servicio y paradores.

El hacha incautada en un retén de Gendarmería.
El hacha incautada en un retén de Gendarmería.Ministerio Seguridad

El flujo de gente se notaba desde la semana previa. Los buses mezclaron a los lobos solitarios de uno y otro equipo que, sin problemas, compartieron cervezas y cargadas. Las compañías aéreas liquidaron sus boletos y un aéreo que en época normal cuesta entre 2.500 y 4.000 pesos (unos 150 dólares) se disparó a 10.000 pesos (casi 500 dólares), el mismo valor que un vuelo a Colombia, o dos a Río de Janeiro. Incluso, los pocos asientos disponibles se vendían con escala en Santiago de Chile y unas 12 horas de espera. Sin embargo, Mendoza se vistió de los colores más populares de Argentina y desde el lunes, los grupos de hinchas se cruzaban en las calles cantando y cargándose, armando una permanente bomba de tiempo desactivada con la fuerte presencia de familias enteras que tomaron el partido como un paseo.

Dos hinchadas

Carlos Tevez saluda de lejos a los hinchas al llegar a Mendoza.
Carlos Tevez saluda de lejos a los hinchas al llegar a Mendoza.Télam

Pasaron muchos años desde el último Superclásico oficial a dos tribunas, una vieja costumbre que le da al fútbol argentino un color muy atractivo. Muchas veces, superior a la calidad de los partidos. La necesidad de anunciantes hace que los directivos de la Superliga presionen al gobierno y las fuerzas de seguridad para el retorno del fútbol con visitantes. El Superclásico de Mendoza marca el debut del programa Tribuna Segura 2.0, aprovechando que por primera vez en la historia -sí, recién en 2018- todo el estadio tendrá una red de wifi, especialmente contratada por la firma Torneos, que organiza el evento. Así, el ministerio de Seguridad implementará el reconocimiento facial de los asistentes, que se suma al control por DNI que en más de un año ya restringió el ingreso a 1.141violentos y encarceló a 286 procesados en 531 operativos.

“Superliga está trabajando para tener otro tipo de espectador, no el que irá en este partido y el modelo de visitantes que tenemos nosotros en la cabeza es otro, no es este”, advirtió el propio Madero. “Queremos un espectador controlado desde que compra el ticket, cuando ingresa y se controla la identidad y dentro de su tribuna, con un estadio seguro y donde estén sentados. Es un trabajo progresivo”, remarcó, y recomendó: “La organización del fútbol tiene que tener mayor inversión en seguridad”. No obstante, no caben dudas de que un éxito en cuanto a la seguridad en este partido aceleraría los procesos.

El Fútbol

Para ambos equipos el partido es una piedra en el camino. Boca, puntero desde hace más de 500 días, es el campeón de la regularidad. Un plantel donde los suplentes empujan con fuerza por prestigio y rendimiento, le da al entrenador Guillermo Barros Schelotto la posibilidad de alistar siempre un once de calidad. Es por eso, y por algunas concesiones arbitrales, que se encamina al bicampeonato de liga.

River, en cambio, se ha convertido en un equipo apático, pero que puede despertar cuando algo motiva a sus jugadores, muchos de ellos sobrevivientes de aquella final en Japón contra el FC Barcelona. Marcel Gallardo, quien aceptó quedarse en el cargo un año más, administra un plantel en pleno recambio generacional. Por un lado, cuenta con hombres probos, por el otro, con juveniles a prueba. Y sabe que una victoria en tierras cuyanas, ante el rival que ya eliminó en los ‘mata mata’ de la Sudamericana 2014 y la Libertadores 2015, le daría a los suyos un gran empuje anímico para el torneo continental de este año. El gran objetivo de ambos. Claro que, en suma, el ganador levantaría otra copa. Una de esas que antes de jugarla, no le importa a nadie, pero que será motivo de burla desde el silbatazo final y hasta la eternidad.

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