Fernando Alonso: “Llegamos a Australia preparados”
A pesar de pasarse otro día casi entero sin rodar, el asturiano asegura que McLaren está mucho mejor que hace un año
Stoffel Vandoorne solo pudo dar 38 vueltas a Montmeló este martes por culpa de tres averías de diversa índole en su MCL33 –dos eléctricas y una hidráulica–. El contador de giros de Fernando Alonso se quedó clavado al día siguiente en 47 durante más de seis horas y media, desde las once de la mañana hasta las seis menos cuarto, minuto arriba minuto abajo, después de que el español fuera el responsable de la primera bandera roja de la jornada en el Circuit. En aquel momento, el mejor tiempo de Alonso era nueve décimas más lento del que había registrado Lewis Hamilton. Las cámaras de seguridad de Montmeló enfocaron el bólido naranja, completamente parado y abordando una de las vías des escape del trazado, en la curva siete, el tramo previo a la subida conocida como La Moreneta.
Mientras el coche era retirado de la zona en la trasera de un camión-grúa, los operarios esparcieron por el asfalto puñados de sepiolita, el componente que absorbe el aceite derramado y que evita que el piso resbale. La imagen evocó irremediablemente al calvario que acompañó a la escudería de Woking las tres últimas pretemporadas, en las que trató infructuosamente de encajar en su monoplaza el propulsor Honda y que esa alianza ofreciera un rendimiento a la altura de las expectativas. Finalmente no fue así y la cúpula de la estructura británica cortó por lo sano y se alineó con Renault, en una combinación inédita en la historia del certamen. Ambas compañías se están conociendo, y a la vista está que aún hay mucho trabajo por delante antes de conseguir que el segundo escudo más universal del campeonato recupere su estatus.
“El problema no ha sido del motor, aunque sí hubo una fuga de aceite que tu afectaciones en el propulsor, de modo que había que cambiarlo”, explicó Eric Boullier, el director de McLaren, ante la atenta mirada de Alonso, recién llegado de esa curva siete. El asturiano se quitó el mono y se puso cómodo, y esperó pacientemente en la carpa instalada en el paddock a que los mecánicos le repararan el monoplaza. Por allí pasaron sus padres y también Carlos Sainz (padre), con quien estuvo conversando un buen rato. A falta de 20 minutos para que la sesión concluyera, el ovetense salió disparado hacia su taller, de nuevo vestido de carreras, y dio otras diez vueltas antes de sentarse a atender a los periodistas.
La falta de kilómetros es lo peor que le puede pasar a un equipo durante el invierno, y más aún a uno que estrena suministrador de motores. Sin embargo, eso no parece preocupar al bicampeón del mundo (2005 y 2006), que hizo una lectura de lo más positiva del momento actual que atraviesa él y la marca que abandera. “La diferencia respecto del año pasado es, entre 0 y 10, un 11. No tiene nada qué ver. Lo hemos probado todo, tenemos las cosas muy claras a nivel de puesta a punto”, convino Alonso. “El año pasado fuimos a Australia sin apenas haber hecho ninguna salida. Ahora llegamos preparados. Sabemos el 99,99% de lo que queríamos saber sobre el coche”, añadió el de McLaren, que se quedó a casi dos segundos del registro de Daniel Ricciardo, récord absoluto oficioso de un trazado que acaba de ser reasfaltado. “Esa diferencia con Red Bull es mucho menos”, zanjó el corredor, que este jueves debería cederle el puesto a Vandoorne, para volver a entrenarse el viernes, última oportunidad antes de la primera carrera, en Melbourne, el próximo día 25.
