McLaren prepara su exorcismo

“No podemos entrenarnos así”. Ese fue el mensaje que Fernando Alonso soltó por la radio hace ahora justo un año, en Montmeló, cuando estrenó el MCL32, el monoplaza con el que McLaren y Honda pretendían comenzar a obtener sus frutos después de dos primeros cursos de relación de lo más pobres. En aquella primera toma de contacto, el asturiano solo pudo completar 29 vueltas en contraste con las 128 que dio Sebastian Vettel con su Ferrari. Un problema en el depósito del aceite provocó que el propulsor se calentara y obligó al español a regresar al taller tras el primer giro, el de instalación. Siete horas más tarde, Alonso volvió a salir ya con la segunda unidad de potencia, que todavía dejó más incertidumbre que la primera. “Tenemos muchos problemas con el freno motor, otra cosa para añadir a la lista de un balance horrible”, resumió el bicampeón del mundo a sus técnicos, a través de la radio, según queda claro en el documental Grand Prix Driver, disponible para los usuarios de Amazon Prime.

La reedición del acuerdo con Honda como motorista con vistas a 2015 se vendió como una apuesta ganadora, pero casi termina por llevar a la bancarrota a la segunda escudería con mejor palmarés en la historia de la Fórmula 1. En el pasado campeonato, el ovetense y Stoffel Vandoorne, su compañero, sumaron 30 puntos, 333 menos que Lewis Hamilton, el campeón. McLaren hizo público a mediados de septiembre, durante el Gran Premio de Singapur, la rescisión del contrato con la compañía japonesa y la firma del que a partir de ese momento le vincularía con Renault, en un dúo inédito hasta la fecha. De aquel anunció han pasado ya más de cinco meses en los que no han dejado de suceder cosas: Alonso confirmó que disputará las 24 Horas de Le Mans con Toyota tras haber corrido ya las de Daytona –terminó el 38º–. Lo que ocurre es que todo eso es secundario si tenemos en cuenta que lo que se pone en juego a partir de este lunes en los primeros test del año puede ser la viabilidad y la supervivencia de un símbolo como McLaren, que de alguna forma afronta una especie de exorcismo con tal de deshacerse de los fantasmas de los últimos tres años.

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La cúpula de la estructura es plenamente consciente de la trascendencia que tienen para la viabilidad de la empresa las ocho jornadas de ensayos que se presentan desde este lunes en Montmeló. Su voluntad de romper con el pasado más inmediato puede apreciarse hasta en el cambio de decoración del monoplaza, que recupera el color naranja de aquellos prototipos de la marca de hace medio siglo. A la espera de ver el potencial real que puede llegar a ofrecer el MCL33, el bautizo que se llevó a cabo el viernes en Navarra no ofreció mayores dolores de cabeza, algo que ya supone un contraste con aquel tortuoso estreno de hace un año en el ‘Circuit’. “A todos los aficionados les quiero decir que están por llegar tiempos mejores después de otros con muchos problemas. Ahora el equipo es más fuerte y sólido respecto a los últimos años”, resumió Alonso, que será el primero en saltar a la pista —se entrenará el lunes y el miércoles—, antes de dar el relevo a Stoffel Vandoorne, que lo hará el martes y el jueves.

En la F-1 actual, los propulsores mandan por encima de cualquier otro aspecto del coche. De los 61 grandes premios celebrados desde 2015, los triunfos se los reparten los equipos oficiales de Mercedes (47), de Ferrari (9), y allí aparece la excepción de Red Bull, que incorpora motores de un tercero, Renault en este caso. El hecho de disponer de una formación propia, en la que militan Carlos Sainz y Nico Hulkenberg, puede llevarle a uno a dudar de que el suministrador del rombo vaya a ofrecerles a Red Bull y a McLaren su mejor material.

Ferrari, Red Bull y el Halo

Aunque McLaren será uno de los principales focos de estos primeros entrenamientos, la atención estará dividida en otros puntos. Habrá que ver si Ferrari consigue que el SF71H sea la herramienta definitiva que permita a los de Maranello, con Sebastian Vettel como estilete, pasar a ser una amenaza real para Mercedes y Lewis Hamilton, su principal estrella. También será interesante ver la propuesta de Red Bull, que sobre el papel debería medirse con McLaren en la pelea por ser el mejor equipo motorizado por Renault. Y luego está la irrupción del halo, el dispositivo obligatorio introducido para proteger la cabeza de los corredores y que genera defensores y detractores en la misma proporción, tanto en los pilotos como en la hinchada.