Fernando Alonso: “Este motor no es un experimento”

En la primera jornada de ensayos de la historia del binomio McLaren Renault, Fernando Alonso completó 51 vueltas al circuito de Montmeló. En esas mismas circunstancias en el caso de Toro Rosso y Honda, Brendon Hartley fue capaz de dar hasta 93 giros al trazado catalán. Por más anecdótico que pueda parecer la diferencia de kilometraje entre los dos equipos que este invierno intercambiaron los motores de sus coches, algo innegable es que la escudería británica confiaba en llevar a cabo un estreno algo menos accidentado.

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El mejor tiempo del día se lo adjudicó Daniel Ricciardo con el Red Bull, que dicho sea de paso también incorpora un propulsor Renault. Tras los primeros kilómetros de la pretemporada, Mercedes, que ha encadenado los últimos cuatro dobletes, y Ferrari, parecen seguir circulando un paso por delante del resto. A poco más de una décima del australiano se quedó Valtteri Bottas, mientras que el tercero más rápido fue Kimi Raikkonen. El asturiano concluyó finalmente con el séptimo mejor registro, a 2,1 segundos del bólido energético y justo por detrás de Carlos Sainz, que solo se entrenó por la tarde (26 vueltas), y de Hamilton.

Alonso asomó del taller pasadas las nueve y diez de la mañana y dio una primera vuelta de instalación sin aparentes apuros. Los problemas emergieron poco más tarde, tras sus cuatro primeros giros cronometrados, cuando un problema con una tuerca mal anclada hizo que su monoplaza perdiera la rueda trasera derecha a su paso por la última curva de la pista. Un susto que provocó que el MCL33 terminara varado en la gravilla y los técnicos de la estructura de Woking (Gran Bretaña) se vieran obligados a trabajar en él durante algo más de dos horas. Con la mañana prácticamente perdida, la lluvia que comenzó a caer y el repentino descenso de la temperatura (7 grados a las cuatro de la tarde) limitó bastante la actividad, aunque Alonso fue de los que más kilómetros recorrió.

“Desde el punto de vista del rendimiento aún es muy pronto, pero creo que el paquete que forman McLaren y Renault tiene mucho potencial”, resumió el español, que quitó toda la importancia al percance que sufrió a primera hora. “En ese momento pensé en vosotros, los periodistas, y en el buen día que tendríais. El de la tuerca fue un problema minúsculo pero muy gráfico. Seguramente había seis box con la persiana bajada, los coches en mil piezas y muchos problemas. Pero eso no se ve”, soltó el ovetense.

Después de tres inviernos infernales por culpa de la fragilidad del propulsor Honda, Alonso opta en este nuevo capítulo de su trayectoria por una estrategia algo más conservadora y se muestra un punto más cauto. “En los últimos tiempos tuvimos ilusiones y decepciones. Estoy en un estado neutro, pero lo que no tengo es ningún motivo que me lleve a pensar que no vaya a ir bien. Este es uno de los mejores equipos de la historia de la Fórmula 1, y este motor ganó carreras el año pasado, que no es un experimento”, recordó el gancho al que se aferra la formación inglesa para tratar de darle la vuelta a una situación de lo más delicada. “Conozco al 80% de los miembros (de Renault) de mi época y sé lo bien que trabajan. Además, hay otros dos equipos con nuestra misma unidad de potencia (Renault y Red Bull), así que si tenemos algún problema nos será más fácil encontrar la solución”, razonó Alonso.

Con tal de retener a su principal reclamo, McLaren le ha permitido alistarse en el Mundial de Resistencia (WEC), además de cederle un espacio publicitario en el coche para que anuncie Kimoa, su marca de ropa. “El estado de ánimo en el equipo es genial. Sinceramente, nunca había visto a Fernando tan feliz como lo está ahora en un entorno de competición”, convino Zak Brown, consejero delegado de la escudería y uno de los principales impulsores de la aventura multidisciplinar de su corredor.