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La Real Sociedad cambia gratis a los aficionados las camisetas de Iñigo Martínez

El club donostiarra quiere resarcir a los aficionados que ahora se encuentran con una equipación maldita tras fichar por el Athletic

Íñigo Martínez en su presentación con el Athletic.
Íñigo Martínez en su presentación con el Athletic. LUIS TEJIDO (EFE)

Nada más conocerse el fichaje, mediante el pago de la cláusula de rescisión, de Íñigo Martínez por el Athletic, la Real Sociedad acuñó la frase (inicialmente lanzada por boca del presidente de Consejo de Administración, Jokin Aperribay): “Ya es historia”, en un intento de borrar la huella de su paso por la Real y, al mismo tiempo, minimizar los daños causados por su urgente fuga a Bilbao. La frase ha triunfado en San Sebastián y ya suena a modo de hashtag. Incluso, la Real Sociedad ha ido más allá y anuncia en su página web que el club cambiará a los aficionados que lo deseen a partir de mañana viernes la camiseta de Íñigo Martínez, por otra con el nombre de otro jugador y con la nueva publicidad. Los problemas que mantiene con las autoridades chinas la empresa patrocinadora de la Real Sociedad, Qbao.com, han obligado al conjunto donostiarra a concluir su relación comercial y recientemente ha llegado a un acuerdo para que sea Euskaltel el nuevo patrocinador hasta el final de temporada.

La decisión de borrar la imagen de su exjugador intenta resarcir a los aficionados que ahora se encuentran luciendo el nombre de un futbolista que en mayor o menor medida ha recibido la reprobación generalizada de la afición y que va a defender los colores del Athletic, el “eterno rival”. Sin duda se trata de una situación muy común en los equipos de fútbol desde que se popularizaron las camisetas con el nombre del jugador preferido del aficionado y que por lo general resumía su identificación futbolística o personal. La salida posterior del club, su fichaje por el club rival, cualquier circunstancia personal, arruinaba la inversión, cada vez económicamente más costosa de la compra de la camiseta. Los casos de Figo, Luis Enrique, Ronaldo o Neymar, entre otros, ilustran la orfandad de la camiseta original en manos del comprador abandonado.

La Real ha querido solucionar ambas cosas a la vez. Más que condenar a la historia a Íñigo Martínez, lo ha borrado de la camiseta (la historia del club no se escribe solo con tinta) y ha ofrecido un servicio a sus aficionados que le evitará a muchas de ellos guardar en el cajón una camiseta que ahora mismo goza de poco pedigrí en la afición realista. El tiempo irá borrando heridas (como se borraron las de otros casos sonados: Loren y Joseba Etxeberria, los principales de muchos más. Y entonces sí, Íñigo Martínez será historia en la Real. Hoy mismo comenzó a serlo con la presentación en Anoeta de su sustituto en el equipo, el mexicano Héctor Moreno, procedente del Roma, y anteriormente central del Espanyol.

En cualquier caso, el affaire por el fichaje de Íñigo Martínez no dará más vueltas, lejos de aquellas rotura de relaciones más simbólicas que reales, escenificaciones a veces exageradas e inútiles por todas las partes. Como dijo en rueda de presa Jokin Aperribay, tras el caso Íñigo Martínez: “¿romper relaciones? ¿Para qué? Si no hay relaciones”. Una decisión que sí adoptó Osasuna cuando el Athletic pagó el pasado verano la cláusula de 450.000 euros del juvenil Jesús Areso para incorporarlo al Bilbao Athletic, su segundo equipo.

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