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Tenistas y premios, ¿rebelión a la vista?

Los jugadores de la ATP, liderados por Djokovic, maniobran con el objetivo de recaudar más dinero procedente de los premios de los Grand Slams e incrementar así las ganancias de los más modestos

Novak Djokovic celebra el triunfo tras su primer partido en Melbourne.
Novak Djokovic celebra el triunfo tras su primer partido en Melbourne.DEAN LEWINS (EFE)
Alejandro Ciriza

Nadie sabe nada. O sí. O, los pocos que se pronuncian sobre el asunto, dicen saber más bien poco o que la cosa no va con ellos. Pero hay una realidad que ha trascendido: el pasado viernes, antes de que arrancase en Melbourne la primera gran cita de la temporada tenística, casi un centenar de jugadores se reunieron antes del torneo en un encuentro que tuvo un motor con nombre propio: Novak Djokovic. Según adelantó el diario The Times, este citó a sus compañeros, entre los que figuraban todos los pesos pesados del circuito de la ATP; el serbio, ganador de 12 grandes, tomó la voz y habló muy claro: los jugadores, los verdaderos protagonistas del negocio, deben percibir más dinero por los ingresos que obtienen los Grand Slams.

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Considera Djokovic que el 7% que ganan actualmente es una cifra escasa, o desde luego irrisoria en comparación con otros deportes; caso de la NBA, por ejemplo. El de Belgrado se refirió al 50% que obtienen las estrellas del baloncesto estadounidense y subrayó el desequilibrio. Invitó también, según informan varios medios británicos, a la creación de un sindicato para velar por los derechos colectivos de los tenistas y reforzar el espíritu colectivo, porque son conocidas las fortunas que ganan las estrellas y los jugadores de primera línea, pero no tanto las dificultades de los que oscilan en la zona pantanosa del tour.

Y, ¿por qué Djokovic? Fue él la voz cantante porque actualmente preside el Consejo de Jugadores de la ATP, el bloque formado por todos ellos para lidiar con los altos estamentos del tenis mundial: sus propios rectores, la Federación Internacional de Tenis (ITF) y los propietarios de los torneos. Nole recibió el respaldo mayoritario de sus colegas durante el verano de 2016 y será su escudo y altavoz hasta el próximo mes de junio. El exnúmero uno pretende implementar varios cambios –el sistema de puntuación del ranking, entre otros–, pero su iniciativa fundamental afecta a las dotaciones económicas destinadas a torneos menores.

Esto, lógicamente, ataña sobre todo a jugadores de perfil modesto que tienen dificultades para costearse los gastos que implica su profesión: viajes, médicos, estancias, entrenadores y especialistas… Es ahí donde Djokovic quiere dejar una muesca personal. “No hay boicot, no”, se arrancó. “Muchas cosas de las que habéis escrito se han exagerado un poco y se han sacado de contexto”, señaló a los periodistas. “Me habéis retratado como alguien avaricioso que quiere más dinero y planea un boicot; os respeto, pero muchas cosas no son ciertas. Simplemente, los jugadores queríamos hablar de unas cuantas cosas y eso no es malo. Solemos hacerlo dos o tres veces al año y tal vez de ahora en adelante lo hagamos más. No se habló de un boicot ni nada de eso. Es todo lo que puedo decir”, explicó.

Nadal: “Hablar mal sobre nuestro deporte no ayuda”

Nadal, durante su partido contra Mayer.
Nadal, durante su partido contra Mayer.PAUL CROCK (AFP)

Continuó Djokovic con evasivas y le siguieron la rueda otras voces. Rafael Nadal no se pronunció de inicio, después de su debut –“ahora es el momento de jugar al tenis y nada más”, manifestó el de Manacor el pasado lunes–, pero este miércoles finalmente se posicionó cuando un reportero italiano le insistió. “El problema de todo esto es cuando hablas de dinero y al final esto no es un tema de dinero”, comenzó en inglés; “no sé al cien por cien qué está ocurriendo o no, pero de alguna manera es bueno que los jugadores hablemos sobre qué queremos o qué no, eso es todo. No es sobre unión o no unión. Olvidad esto. Solo hablamos sobre qué cosas van bien en el circuito y sobre qué se puede mejorar, eso es todo”.

Acto seguido lanzó una arenga a favor de su deporte. “Creo que en los dos últimos años el tenis ha mejorado mucho para los jugadores con un ranking bajo. Sé que hace un par de años peleamos con los torneos, no en un sentido negativo, pero peleamos con ellos para que los jugadores con un ranking bajo tuvieran más dinero para poder continuar sus carreras. Un deporte es grande no solo cuando las estrellas ganan dinero, sino cuando genera empleo. Si hay 300 personas viviendo del tenis es mejor que solo 100. Es mi opinión y si podemos ayudarles, fantástico”, expresó.

Un deporte es grande no solo cuando las estrellas ganan dinero, sino cuando genera empleo RAFAEL NADAL

“Hablar mal sobre nuestro deporte no ayuda. Tiene cosas fantásticas y debemos promocionarlo de la mejor manera posible. Probablemente nuestro deporte es más global que el fútbol, aunque el fútbol, en términos de dinero y millones de aficionados, lo es más. No podemos compararlos. El fútbol es otro deporte, el golf es otro deporte. Debemos luchar por mejorarlo y conseguir nuestras propias metas”, concluyó Nadal, ya en tercera ronda tras el 6-3, 6-4 y 7-6 a Leonardo Mayer.

“Fue únicamente una conversación, nada más. Creo que hay que hacer algo con los porcentajes”, expuso el sudafricano Kevin Anderson, mano derecha de Nole en el Consejo. “Sé que no te va a gustar, pero he vuelto después de seis meses sin jugar y no tengo absolutamente nada que decir sobre esto. He vuelto y eso para mí es mucho más importante que el resto de las cosas”, le regateó el suizo Stan Wawrinka a un reportero hace un par de días. “No sé de dónde sale esto”, se sorprendió el joven Alexander Zverev, llamado a ganar mucho peso a corto plazo. “Estuvimos muchos jugadores allí y habló sobre todo Djokovic, pero de mi boca no salió una palabra. Yo estoy aquí para jugar”, zanjó el alemán, de 20 años.

Aumentos en todos los Grand Slams

Dimitrov devuelve de revés durante su partido de la segunda ronda.
Dimitrov devuelve de revés durante su partido de la segunda ronda.Scott Barbour (Getty)

En cualquier caso, los tenistas han maniobrado. Y lo hicieron precisamente después de que el director del Open de Australia, Craig Tiley, confirmase que aumentará los premios del torneo de forma significativa: en cinco años pasarán de los 45 millones de euros actuales hasta los 82. Mientras, en 2017 el US Open distribuyó 50 millones de euros (un 9% más que el año previo), Wimbledon 37,3 (un 12% más) y Roland Garros 36 (otro 12% extra).

A lo largo de su carrera, Nadal ha cosechado 77,5 millones de euros por sus méritos sobre la pista exclusivamente, 12,9 en 2017; los ingresos de Roger Federer por sus trofeos ascienden a 91,5 (10,6 el año pasado) y los de Djokovic a 89,8, llegando a los 17,1 en la temporada de 2015, su ejercicio de máxima bonanza; el tunecino Jalek Maziri, número 100 actual, ha facturado en toda su carrera 1,9 y el número 200 del listado, el argentino Guido Andreozzi, 420.000 euros; el número 300, el egipcio Youssef Hossam, 25.000.

Pero, silencios, arengas y cifras aparte, la asamblea salió a la luz y la polvareda está cogiendo forma en Melbourne Park. Al parecer, la conciencia socialista de Djokovic le ha hecho dar un paso al frente y el resto responde al toque de corneta. ¿Tendrá impulso el levantamiento?

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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