Los barras dejan sin entrenador a Independiente, el último campeón de la Sudamericana

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Hace siete días todo era alegría. Independiente ganaba una final en el Maracaná por segunda vez en su historia y se consagraba campeón de la copa Sudamericana. Esa historia, la del Rey de Copas, en parte fue recuperada por Ariel Holan, un entrenador nada convencional, que revolucionó al club de Avellaneda, luego de ser subestimado por muchos, por venir del hockey. Sin embargo, el hombre demostró agallas en octubre, cuando el líder de los ultras, Cristian Bebote Alvarez, intentó extorsionarlo para que le pague 50.000 dólares. El entrenador se negó y el violento terminó tras las rejas. El apoyo que esa acción despertó en la gente -multiplicada al lograr la copa- y su propio amor por Independiente no alcanzaron para evitar que renuncie.

El entrenador publicó una extensa carta en su cuenta de Twitter en la que deja en claro que su alejamiento es por razones que exceden al fútbol. “La integridad física de mi familia, de alguno de mis colaboradores y la mía propia estuvo en grave riesgo. Una situación que no estoy dispuesto ni a tolerar, ni a convivir y creo que ningún trabajador debería aceptar”, manifestó y advirtió: “Es inconcebible que el DT y su familia tengan que movilizarse con custodia policial por todos lados, día y noche. Mi prioridad absoluta es mi familia y su tranquilidad. Eso no es negociable”. El club confirmó el alejamiento con un tuit en el que auguran: "Es apenas un hasta luego. Gracias por devolvernos la identidad. Nos volveremos a ver, de eso no quedan dudas".

Fue duro el trabajo que tuvo que hacer Holan desde que arribó al Rojo, en los últimos días de 2016. El club atraviesa un renacer institucional luego de varios años de descarrilamiento, que lo sumergieron en deudas. Un síntoma de esa decadencia fue el descenso del equipo a segunda, en 2013. Hoy su presidente es Hugo Moyano, el sindicalista más poderoso de Argentina en las últimas décadas y en su comisión directiva está el secretario de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo. Este último, impulsor de la denuncia penal cuando Holan fue extorsionado, y que permitió el arresto de Alvarez.

Pero dice el dicho que siempre hay una manzana podrida en el barril. Uno de los vicepresidentes de Independiente, Noray Nakis, fue detenido hace pocas semanas y debe afrontar cargos por asociación ilícita. La figura afrontan una decena de ultras que también fueron arrestados y que tenían vínculos con el dirigente. Incluso se difundieron audios en los que Nakis y Alvarez arreglaban la compra de un albergue transitorio que en ese momento estaba ocupado por los trabajadores, tras un conflicto gremial.

No es la primera vez que la influencia de Bebote Alvarez en Independiente motiva una renuncia. En 2014, el presidente Javier Cantero dimitió luego de una larga y tensa disputa con el ultra. El presidente había prometido al asumir echar a los barras incrustados en los pasillos de la institución. Cantero no sabía que en la propia institución, algunos de sus compañeros le abrían a los violentos las puertas que él intentaba cerrar. La crisis económica en la que Independiente seguía inserto y una mala racha deportiva motivaron su salida.

“Es por ello que yo quiero dejar el camino libre para que el presidente pueda continuar con la recuperación institucional iniciada y yo dar un paso al costado. Es una decisión muy difícil, que he tomado racionalmente en el seno familiar y es indeclinable”, lamentó Holan a una semana de dedicarle a su padre el título continental.