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Yamaha no sabe ni en qué año está

Viñales y Rossi inician los tests del 2018 con el chasis de 2016 mientras Zarco es rapidísimo con la criticada M1 de 2017

Nadia Tronchoni
Maverick Viñales estrena la temporada 2018 en Cheste.
Maverick Viñales estrena la temporada 2018 en Cheste. MANUEL BRUQUE (EFE)

Yamaha no sabe ni en qué año está. Después de una mala temporada, en la que por primera vez en los últimos diez años no ha conseguido que ninguno de sus dos pilotos oficiales termine entre los dos primeros clasificados –Viñales acabó tercero con tres victorias; Rossi, quinto, un mísero triunfo- la fábrica japonesa accedió el domingo pasado a que tanto uno como otro corrieran la última carrera con una moto prácticamente igual a la del 2016. Después de que el piloto español, en su desesperación, terminara llorando, como confesó él mismo, al bajarse de su M1 en la clasificación del sábado (terminó 13º), la casa de Iwata apostó por el cambio. Puestos a hacer el ridículo con la moto de este curso, por qué no probar suerte con la de la temporada pasada, esa con la que Zarco, el debutante del año, piloto del equipo satélite Tech 3, ha hecho carreras de escándalo (y sumado tan solo 32 puntos menos que Rossi en la general, sexto clasificado).

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Claro que, mientras Zarco se peleaba por ganar la carrera con Márquez y Pedrosa (finalmente el ganador), los dos pilotos oficiales las pasaban canutas. Otra vez. Rossi cruzó la meta del Ricardo Tormo en quinto lugar, pero a más de 13 segundos de la Honda; Viñales lo hizo en el 12º puesto, a más de 35 segundos, su peor resultado. Cierto es que les faltaban kilómetros este curso con aquella moto. Fue una decisión desesperada, por aquello de que tampoco perderían gran cosa dado que con la moto de este curso no tenían buenas sensaciones.

Este martes, de vuelta al trazado de Cheste para comenzar a trabajar en el desarrollo de las motos del próximo curso, Yamaha ha puesto, otra vez, el chasis de 2016 en las máquinas de Rossi y de Viñales. Y después de muchas vueltas y una caída tremenda del italiano, el intento ha dado resultado. Viñales ha cerrado la sesión (seis horas de rodar y rodar, de probar cambios, 80 vueltas acumuladas, más que nadie) como el piloto más rápido. “He vuelto a sentir que esta era mi Yamaha”, dijo. Aseguró que apenas habían cambiado un poco la puesta a punto para que las suspensiones trabajaran mejor. La mejora del agarre de la pista y la posibilidad de dar vueltas durante horas le devolvieron las buenas sensaciones con su moto. Hasta le gustó el nuevo carenado, con una suerte de alas aerodinámicas, que ha preparado la fábrica japonesa. Lo mismo le ocurrió a Rossi.

Lo desconcertante fue que a Zarco, con el pistoletazo dado a esta pretemporada del 2018, lo subieron a la moto del 2017 y rodó tan rápido como el español. Se quedó a dos décimas, fue consistente y se sintió cómodo. Con la moto que ha llevado de cabeza a Yamaha toda la temporada. “Con la vieja moto era capaz de ir rápido, con esta también, pero además gasto un 30% menos de energía, me da mejores sensaciones en frenada, es más estable y me permite preparar mejor la salida de la curva. Tendremos que trabajar en mejorar la tracción”, matizó, si bien dijo no encontrar nada que le gustara más en la moto antigua.

“Me alegro por él”, zanjó Rossi, que cree que el camino para desarrollar la máquina del próximo año es empezar a trabajar sobre la base del 2016, una moto que no era perfecta, pero que podían entender mejor.

Zarco se defendió ante la polémica acuciante, pues muchos se preguntan qué está pasando este curso en el box de Yamaha para que nada salga a derechas o sea tan difícil entender por qué ocurren las cosas. “Mi velocidad no puede ser un problema para Yamaha. Nunca escuché que tener un piloto rápido en tu marca sea un problema”, apuntó el francés. Viñales está de acuerdo: “Zarco está a un gran nivel. Nos ayudará a mejorar la moto, es una referencia para nosotros”.

Tres motos distintas en el ‘box’ de Márquez

N. Tronchoni, Cheste

No le fue mal la jornada al campeón del mundo. Dio muchas vueltas (70) y probó tantas cosas que no quiso sacar demasiadas conclusiones. Aunque, por su gesto se deduce que no tiene malas noticias. En su box había tres motos para hacer comparaciones: la de este curso, otra con pequeñas modificaciones de las que no quiso dar ninguna pista y que fue, precisamente aquella con la que hizo su mejor tiempo (tercero, a tres décimas de Viñales), y otra que es el prototipo de la moto del 2018.

De esta última dijo que “tiene tanto puntos positivos como negativos, aunque es pronto para hacer un balance”. Son tantos los cambios (motor nuevo, chasis nuevo), que necesitará tiempo para amoldarse a ella. Este miércoles tendrá otras seis horas para dedicarle, ya que ayer apenas dio unas pocas vueltas con ella.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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