La pelea de hermanos entre Checo Pérez y Esteban Ocon

Sergio Pérez terminó la temporada pasada como el empleado del año en Force India. Sus participaciones incidieron para que la escudería se quedara con el cuarto lugar de constructores. Su 2017 lo visualizaba como su salto a un equipo mayor, hasta que miró por el retrovisor y ahí se adelantaba Esteban Ocon, su nuevo compañero para la temporada, y también su ogro.

Ocon, un novato de 21 años, sedujo a la constructora de Vijay Mallya por su capacidad para pelearle a la calidad de Max Verstappen en la Fórmula 3 y así ocupó el lugar vacante que dejó Nico Hulkenberg.

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El plan de Pérez iba muy bien en la primera parte del campeonato mundial al puntuar en 15 carreras seguidas desde el Gran Premio de Alemania de 2016. La marca del mexicano era inédita para un chico que en sus inicios deslumbró a Sauber. En el circuito de España, Checo rozó el podio luego de terminar cuarto, aunque en Mónaco un choque con un Toro Rosso le cortó la racha.

Las rencillas con Ocon comenzaron en Canadá cuando el nacido en Guadalajara, Jalisco no quiso, desde el cuarto sitio, que le adelantara pese a que el francés tenía neumáticos más frescos y con un ritmo mejor como para superar a Ricciardo. La discusión entre ambos le abrió camino a Sebastian Vettel para rebasarlos. Adiós al podio para Force India.

Como si se tratara de una pelea entre hermanos, en Azerbaiyán, Checo había completado 21 vueltas y estaba en la tercera posición. Esteban Ocon buscó adelantarse y, de manera extraña, le pegó a su monoplaza. Los mecánicos remediaron el daño, pero a la vuelta 41 el coche del mexicano no dio para más. “Mi compañero de equipo no me dio más espacio y acabó con la carrera de los dos”, responsabilizó Pérez a su compañero.

En Bélgica volvieron a colisionar los egos de los dos pilotos. En una disputa por una posición el alerón del francés impactó sobre el neumático trasero derecho del coche de Sergio Pérez y fue pinchado. Sobre la relación entre los dos, Ocon fue tajante: “dentro del coche somos profesionales, pero fuera está rota”.

“Después de Bélgica yo fui a buscarlo. Lo mejor era que habláramos los dos a solas. Los dos estábamos perdiendo credibilidad, reputación ante la Fórmula 1. A partir de ahí nuestra relación mejoró”, comentó Pérez previo al Gran Premio en México. Incluso en una de las actividades lúdicas, Sergio Pérez enfrentó a Esteban Ocon en un partido de fútbol. “No estoy aquí para estar detrás de él, sino para presionarlo tan fuerte como pueda”, replicó Ocon. Las instrucciones del equipo se han enfocado en mantener el cuarto lugar del campeonato de constructoras.

Los aficionados mexicanos, protectores con el que consideran el prócer moderno de su automovilismo, recibieron de manera positiva al piloto galo. “Estaba esperando una recepción complicada esta semana”, refirió Ocon, quien aseguró a Motorsport en un tono irónico que recibió amenazas de muerte a través de mensajes de Twitter.

La discordia alejó a Pérez de cualquier posibilidad de salir de su escudería en 2018 y firmó una temporada más. La siguiente campaña será clave para empezar a mandar su currículo. “No me importaría estar en cualquier equipo, siempre y cuando tengan un auto competitivo para ganar. Que por lo menos tenga un año para demostrar que puedo ser campeón”, admitió Checo durante una conferencia de prensa y añadió “me gustaría tener de compañero a un campeón como Hamilton, Vettel o Alonso”.

En el campeonato de este año parte en el séptimo escalón. A falta de tres carreras, México, Brasil y Abu Dabi, Sergio Pérez es realista, “hay dos categorías en la Fórmula 1: los primeros tres equipos [Mercedes, Ferrari y Red Bull] y luego los demás”. El mexicano ve como una escena idílica colarse entre los primeros seis lugares en el Gran Premio de este fin de semana. En 2015 terminó en el octavo sitio y el año pasado en décimo. Su bálsamo es hacer la mejor carrera en su país, claro, si es que se lo permite su inesperado oponente.