Doncic descose al Armani Milán con 27 puntos y 41 de valoración
La joya eslovena lidera una trabajada victoria del Madrid (100-90), líder tras tres jornadas
Con la excelencia como rutina, Luka Doncic sigue liderando al Madrid, compensando las ausencias, y asombrando al mundo del baloncesto. La joya eslovena comenzó la Euroliga con 27 puntos y 32 de valoración ante el Efes y, en menos de dos semanas, ya ha batido el registro. Doncic descosió al Armani Milan, con 27 puntos, ocho rebotes, cinco asistencias, 10 faltas recibidas y 41 de valoración en 27 minutos en pista, y firmó la tercera y trabajada victoria continental de los blancos que, desde la derrota en la Supercopa, suman ocho triunfos con una imagen cada vez más sólida a pesar de los problemas. Un parcial de 20-0 entre el minuto 32 y el 36 sentenció un duelo y desmontó la resistencia de Goudelock, Gudaitis y Micov (55 puntos entre los tres).
Las revoluciones de Campazzo y Doncic (10 puntos en los primeros ocho minutos) superaron de inicio a las de Theodore y Goudelock y el Madrid se hizo con el mando de las operaciones en un gobierno que, sin embargo, tardó en consolidarse (28-22, m. 9). Micov sostuvo al Armani en los minutos más aplicados de los madridistas y, con su tercer triple de la noche, colocó poco después por delante al conjunto italiano (39-43, m. 15). De nuevo con Radoncic y Maciulis ejerciendo de cuatro, con Ayón y Felipe multiplicándose en su sincronizado relevo, y con buenos minutos de Taylor y Randle, los blancos compensaron las ausencias pero extrañaron los automatismos de su rotación. Para contener a Micov, Laso probó incluso con Doncic como acompañante de Ayón en la pintura durante el segundo cuarto. Pero nada evitó que al descanso la estadística reboteadora revelara los parches (7-15). Gudaitis se sumó a la producción anotadora de los de Pianigiani y los vaivenes dejaron la contienda igualada al descanso (54-54).
Coincidiendo con su tercera fecha del calendario, la Euroliga afronta su primera semana con doble jornada; la primera de las cinco que se amontonan en el todos contra todos de 30 jornadas. Una carrera sin respiro, porque en febrero se distancian los partidos pero solo para hacer hueco a la Copa. Una competición maratoniana de siete meses con meta en Belgrado en el mes de mayo. Una secuencia de sobresfuerzos a ritmo NBA con picos como el que afronta en estos días un Madrid diezmado. Con solo 12 de sus 16 jugadores disponibles -Llull, Kuzmic, Randolph y Thompkins son baja- y uno de ellos en plena adaptación (Randle), los blancos disputarán cuatro encuentros en siete días (Unicaja, Milán, Zalgiris y Burgos) con desplazamientos a Kaunas, el jueves, y Burgos, el sábado.
Se esperan soldados de reemplazo ante la plaga de lesiones. “Ficharemos un pívot y no será americano, ya tenemos tres extracomunitarios (Ayón, Randle y Thompkins) y nos volveríamos un poco tarumbas”, anunció Laso este lunes. El esloveno Gasper Vidmar (2,08m y 30 años), ahora en el Banvit turco, es el que tiene más papeletas. Vendría con una doble función: ocupar la vacante de Kuzmic y continuar con la eslovenización del equipo (el curso que viene se espera también a Prepelic) para arropar al máximo posible a Doncic. Se trata de replicar el ecosistema de la selección campeona de Europa y sumar motivos para tantear la continuidad del niño prodigio más allá de este verano.
Mientras sigue en Madrid, Doncic continúa presumiendo de talento y encadenando exhibiciones. Acaparando los focos y el balón atajó en un santiamén el parcial de 0-6 con el que el Armani se presentó en la pista tras el entreacto. Con la misma defensa voraz con la que derritió hace unos días al CSKA, el Madrid pasó del 54-60 del minuto 32 al 74-60 cuatro minutos más tarde tras una antideportiva de Goudelock sobre el propio Doncic y un contraataque de videoteca de Campazzo y Ayón. En ese tramo, Doncic anotó otros 12 puntos, un recital que dejó hecho un trapo al Armani. Lo remendaron entre Gudaitis y Micov con un 0-8 de parcial que cortó la tormenta madridista. Pero, para entonces, el Madrid ya había encontrado la fórmula. Tres triples, de Causeur, Taylor y Campazzo, acabaron con los miedos y sentenciaron el partido después de que Goudelock estirara la rendición del equipo italiano hasta el 92-89 a falta de dos minutos.
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