Carroll: “Seguimos teniendo fuego competitivo”
El escolta del Real Madrid, uno de las piezas indelebles de la era Laso, repasa su pasado, presente y futuro de blanco en el inicio de la temporada de la Euroliga
Tiene cara de niño, manos de pianista y alma de artificiero. Jaycee Carroll (Wyoming, EE UU, 1983) fue misionero antes que triplista, llegó a España en 2009 y, tras dos temporadas en el Gran Canaria como máximo anotador de la Liga, se incorporó al Madrid de Laso “para hacer historia”. Lo ha ganado todo de blanco, pero afirma que en el depósito le queda mucha ambición. Antes de partir a Estambul para iniciar la Euroliga ante el Efes repasó su pasado, presente y futuro como madridista.
Pregunta. ¿Imaginó a su llegada tener un ciclo tan ganador?
Respuesta. Tuve la suerte de llegar junto a Pablo Laso. Desde el principio peleamos por imponer un estilo eléctrico que nos distinguiera. En los primeros entrenamientos vimos que éramos rapidísimos. Volábamos sobre la pista. Con Sergio Rodríguez y Sergi Llull corríamos como locos. Pablo tenía las ideas clarísimas y éramos los jugadores ideales para lo que quería. Nos encanta este estilo y hemos dado grandes años de baloncesto jugando así.
P. El club también apostó por la estabilidad.
R. El núcleo que creamos ha tenido muchísimo que ver con los éxitos. Se iban cambiando cosas pero permanecía la base. Este año ya es distinto y ha empezado a haber algunos cambios. Sergio Rodríguez está en Moscú, Llull está lesionado… quedamos Rudy, Felipe y yo. Veremos lo que se puede estirar el ciclo.
P. Formar parte de ese núcleo le ha permitido convertirse en el extranjero con más partidos en la historia del Madrid.
R. Es un orgullo. A finales del año pasado superé los 364 partidos de Louis Bullock y espero estar muchos años más. Tener un grupo sólido de nacionales y extranjeros con continuidad siempre dio éxitos al Madrid desde los tiempos de Luyk y Brabender. Ojalá se conserve la fórmula.
P. ¿Qué hitos marcaría en esta etapa?
R. Todo empezó con la Copa de 2012. Ahí descubrimos la victoria, fue muy especial. En ese momento el Barça era un gigante, llevaba muchos años ganándolo todo, pero les pillamos. Después, la mejor victoria fue ganar la Euroliga aquí en Madrid en 2015. Teníamos un equipo por el que nadie daba un duro durante el año, pero fuimos trabajando, luchando, ganado los partidos importantes… Llegamos al final de temporada con un nivel increíble, de físico, de confianza, y de dureza.
P. ¿Es de los que elogia los 13 títulos o de los que piensa que podían haber ganado alguno más?
R. Es dificilísimo ganar cada título. Hay muchos equipos peleando por lo mismo, influyen muchos factores a lo largo de una temporada… con todo eso soy de los que piensa: ‘¡qué bien lo hemos hecho!’. Trece títulos es una cifra que no está nada mal. Pero, por otra parte, también digo: ‘son 13, pero podían ser 15 o 20’.
P. ¿El final de la temporada pasada tuvo paralelismos con la de 2014 (con derrotas en la Final Four y la final de Liga)?
R. No acabamos bien y, la verdad, no sé muy bien por qué. Pero este año hemos vuelto con mucha determinación. Estamos muy enfocados en integrar a los nuevos por el bien del equipo, compartiendo el balón otra vez, corriendo… Vamos a ver qué pasa. Seguimos teniendo el liderazgo de algunos veteranos y las sensaciones son buenas.
P. ¿Se hizo largo el año?
R. Podemos quejarnos, podemos pensar que tenemos muchos partidos, pero al final no tomamos las decisiones y nuestra obligación es estar preparados para jugar bien todos los partidos. Eso sí, todos los equipos tendrán un bajón, que puede llegar en diciembre o en febrero, pero llegará. Veremos partidos malos porque el cuerpo y la mente tienen sus límites y será imposible sostener el nivel durante 10 meses.
P. ¿Han asumido ya la vida sin Llull?
R. No queda otra. No podemos estar cada día pensando en cómo sustituirle. Le queremos mucho y perder a un compañero por lesión es lo peor del deporte. Seguimos pensando en él, pero somos 16 jugadores que tenemos que jugar y ganar todo lo que podamos hasta que vuelva. Hemos perdido muchos puntos, mucha agresividad en defensa, mucha intensidad en ataque, pero hemos hecho grupo y confiamos en lo que tenemos y en lo que puede hacer cada uno. Nos creemos capaces de solucionarlo sin problema. Ahora equipos como Fenerbahçe y CSKA están por delante en los pronósticos, pero esto es largo.
P. ¿La llegada de Causeur y los rumores sobre el fichaje de Prepelic le afectan?
R. La competencia dentro del equipo siempre es algo sano. Cuando fichan jugadores de mi perfil la motivación es seguir trabajando duro. Aprendo de todos los que llegan. Quiero seguir demostrando mi calidad y ganando títulos… Cuando pasen los años es lo que va a quedar. En este club, por ejemplo, tienes que ganar por lo menos una Copa de Europa para ser alguien, pero si ganas dos ya entras en un grupo de elegidos.
P. ¿Cómo se conserva el hambre después de los éxitos?
R. El día que te quedas pensando en todo lo que has ganado es el día de parar y dejarlo. No estamos en ese punto. Seguimos teniendo fuego competitivo. Yo sigo teniendo mucha hambre, no solo de ganar partidos, sino también de pelear un rebote o luchar por un balón suelto en la pista. Es bonito ver cómo se va llenando el palmarés, pero los álbumes se repasan cuando te retiras. Seguimos intentando hacer historia y vamos a pelear por todo. La clave es mantener la identidad. La del equipo de este año todavía no la veo clara, pero día a día se irá armando. Dependerá de la mezcla con los nuevos, de crear automatismos...
P. ¿Cómo ve a Doncic? ¿Le van a pedir que haga lo mismo que con Eslovenia?
R. ¿Ganar? claro. Pero tiene que hacer su trabajo, nada más. Nuestro capitán es Felipe, él no tiene que hacer de capitán. Tiene que ser base y dirigir al equipo cuando esté en la pista, que es lo que le pedimos a los bases. Tiene tanto por delante que no debería mirar ya a lo que ha hecho. Tendrá más presión, pero es sencillo aguantarla si disfrutas en la pista.
P. ¿La puntería es talento, genética o trabajo?
R. Una mezcla de todo. Pero, en la vida y en el deporte, he visto muchas veces como el trabajo gana al talento. Por eso no hay que parar de trabajar duro.
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