El ‘Totti’ de Tottenham
Harry Kane, el delantero centro del equipo londinense, de 24 años, destaca por su inteligencia extrema y, como el ídolo romanista, sueña con retirarse donde debutó
Los analistas que elaboran informes para los clubes de la Champions aseguran que los mejores futbolistas del mundo pueden clasificarse según los aspectos que desarrollan. Siguiendo esa escala, Messi es el más dotado para hacer más cosas distintas; Cristiano el que más remata; Neymar el que mejor dribla; y Kane es el que mejor emplea su cerebro.
A los 24 años, esa cualidad le ha colocado entre los jugadores más valorados que existen. Su visita al Bernabéu, esta noche, al frente del Tottenham, marca un hito en su trayectoria: será la primera vez que se mida a un grande de Europa fuera de Inglaterra.
“No he tenido tiempo de hablar con Harry”, respondió ayer Mauricio Pochettino, el director técnico de los spurs, cuando le preguntaron qué le había dicho a su jugador para prepararlo mentalmente para disputar el partido más complicado de su carrera en la Champions. “El sábado jugamos un partido muy duro contra el Bournemouth, el domingo recuperamos, hoy viajamos... Él está muy relajado. Los jugadores que saben que tienen esa calidad, saben que son suficientemente buenos para responder en todas las situaciones. Ellos siempre están igual. Quieren ganar. Y Harry quiere ganar. Nada más”.
Harry Edward Kane, nacido en 1993 en Walthamstow, en el norte de Londres, no parece un futbolista de su generación. No le gustan los tatuajes, desprecia los abalorios, carece de telegenia, y su pelo permanece invariablemente cortado de la misma manera simple y discreta, tal y como lo debió llevar su abuelo cuando emigró de Irlanda. La imagen, tan estimada en la era digital, no es su fuente de recursos. Su cuerpo tampoco. Es desgarbado y acentúa la escasa velocidad gestual con una chepa incipiente. Aquello que le convierte en desequilibrante es producto de una combinación de inteligencia y dominio del espacio y el tiempo.
“Harry es joven pero aprende a toda velocidad”, explicó ayer Hugo Lloris, el portero internacional francés, líder de la defensa del Tottenham. “Para nosotros es un gran privilegio tener jugadores así porque con ellos puedes aspirar a ganarlo todo. Su principal virtud es la finalización. Pero no es un jugador salido de ninguna parte. Trabaja muchísimo. Es tenaz. Mentalmente es muy fuerte. Es ambicioso. No se contenta con marcar cada partido. Quiere meter más de un gol. Es un ejemplo para nosotros y quiere mucho al club porque salió de la cantera”.
“Se emocionó”
A propósito de los sentimientos de su nueve, le preguntaron a Pochettino si se imaginaba a Kane jugando en el Madrid. “Él se emocionó muchísimo cuando vio la despedida de Francesco Totti de la Roma con 41 años”, respondió; “a Harry le entusiasma la idea del jugador que solo juega para un club. La despedida de Totti le dio una motivación especial para hacer lo mismo en el Tottenham. Espero que termine su carrera con nosotros porque es un ejemplo y un gran compañero”.
La trayectoria de Kane es tan infrecuente como su perfil. La mayoría de los niños que llegan a la elite recorren la cancha de adelante hacia atrás. Kane hizo al revés. Hasta los 15 años fue mediocentro. A partir de la categoría juvenil sus entrenadores comenzaron a utilizarle como volante de creación. En la posición de enganche metió goles con gran facilidad. Tanta que se hizo profesional ocupando la punta del ataque. En la temporada 2014-15 hizo 31 goles en 51 partidos oficiales, en la 2015-16 hizo 28 goles en 50; en la 2016-17, 35 en 38; y ahora suma 11 en 10 partidos combinados de Premier y Champions. En lo que va de año natural ha marcado 43 tantos. Igual que Cristiano.
Sin ser rápido se desmarca con puntualidad; sin parecer coordinado es un rayo con las dos piernas; sin ser un gran habilidoso regatea fácilmente; y sin ser potente es un tigre en el juego aéreo. Y, lo más complicado, eleva su rendimiento al máximo de sus posibilidades con una constancia única.
Harry Kane contra Sergio Ramos es el duelo de la noche.
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