La graduación europea de Isco

Con la Copa de Europa por delante, nada suele ser lo que parece en el Real Madrid. Bacheado en la Liga, por su inopinado mal pie en el Bernabéu, su mejor partido del curso lo selló en Dortmund. Allí dejó sonado a uno de sus dos adversarios de rango en esta fase de grupos. El otro es el Tottenham, que ya en la primera jornada puso en la lona al Borussia. Un clásico del fútbol inglés con estrechos lazos madridistas en los últimos tiempos (César Sánchez, Soldado, Woodgate, Van der Vaart, Adebayor, Juande Ramos, Modric y Bale). Un club con más eco que palmarés: dos títulos ligueros —el último hace 56 años—, dos Copas de la UEFA (1972 y 1984) y una Recopa (1963). Hoy es un buen equipo. El mejor vivero doméstico de la selección inglesa y un conjunto capaz de navegar entre la opulenta élite de la Premier pese a ser una institución vendedora. Segundo en el último campeonato, hoy ocupa la tercera plaza. Enfrascado en la construcción de un nuevo estadio —esta temporada juega en Wembley—, la entidad ha puesto empeño en contener el gasto. De ahí que Mauricio Pochettino, su técnico, tenga que profundizar con el que ha sido su espinazo en las últimas temporadas.

Las únicas incorporaciones reseñables del verano fueron el defensa colombiano Davinson Sánchez y el ariete español Fernando Llorente. El Tottenham ya era un conjunto muy cuajado, con Lloris, capitán de Francia, en la portería, dos zagueros belgas con recorrido, Alderweireld y Vertonghen, el pivote Dier, los enganches Eriksen y Dele Alli, y el goleador Kane, el mejor anotador de la Premier en las dos últimas campañas. Alguien que puede presumir de una hoja de servicios similar a la de Cristiano Ronaldo: ambos han marcado 43 tantos durante este año. Si Kane es un tormento para las zagas rivales, el danés Eriksen y el inglés Alli —sancionado hoy— son sus mejores mensajeros en una escuadra a la que le gusta que la pelota circule, proclive a articular el juego lo máximo posible.

Once partidos lleva el Madrid sin sucumbir ante un contrario inglés. No lo hace desde que cayera con estrépito en Anfield frente al Liverpool de Xabi Alonso y Fernando Torres en marzo de 2009 (4-0). Pero en nada se parece este Madrid a aquel que zozobraba con Juande Ramos en el banquillo —precisamente el último técnico en ganar un título con los Spurs, una Carling Cup en 2008—.

Zinedine Zidane deslizó ayer que el doble duelo con el Tottenham —el de Wembley programado para el 1 de noviembre— dirimirá el liderato del grupo. Por ello, la cita abrirá un paréntesis en las rotaciones del preparador francés. Casemiro y Varane, no convocados para el duelo de Getafe, se alistarán de inicio, lo mismo que Modric e Isco, suplentes la última jornada de Liga. Con Carvajal lesionado, lo mismo que Bale y Kovacic, lo previsible es que Nacho ocupe su posición en el lateral derecho. Keylor Navas, también ausente ante los getafenses por unas molestias, será el guardameta titular.

En definitiva, una alineación fetén para encauzar aún más el tránsito por la Copa de Europa. Un torneo en el que Zidane no dio mucho hilo a Isco la pasada temporada. Pero hoy (20.45, Antena 3), la visión del francés sobre el malagueño es otra. “¿En qué ha cambiado su situación? En que sabe que es un jugador importante y cada vez que juega lo hace mejor”, afirmó Zidane. El galo también subrayó que Isco “puede jugar en varias posiciones, pero cerca de los delanteros es mejor para él”. Justo lo que minutos antes había expuesto, también en rueda de prensa, el propio futbolista andaluz. La “confianza que da la continuidad” y no hacerse eco de los medios de comunicación fueron los argumentos de Isco sobre su gran despegue en el Madrid. Una progresión que no se escapa a los grandes clubes de Europa. Incluido el Tottenham, que ya sondeó su contratación. Lo admitió Pochettino: “Todo entrenador tiene el deseo de fichar a los mejores e Isco es de los mejores del mundo. Lo he visto en diferentes clubes y siempre tuvo una creatividad fuera de lo normal. Está en su plena madurez y su magia está a simple vista”.

Frente al Tottenham, en el gran escaparate de la Copa de Europa, el volante malagueño tendrá otra gran ocasión de demostrar que al Madrid no solo le etiquetan Sergio Ramos o CR. Cada día hay más de Isco en este Madrid. Solo queda su certificado en la Champions.