Griezmann, la presión de volver a ser el ‘Príncipe’
El delantero francés, menos participativo en el juego e irregular ante el gol, afronta su temporada más compleja en el Atlético tras amagar con su marcha al United
Terminado en el último entrenamiento del Atlético de Madrid en el Cerro del Espino, Antoine Griezmann se empleó en practicar los lanzamientos de penalti y los libres directos junto a Saúl y Koke. En la antesala de un partido grande para su club, el empeño con el que se afanó en los golpeos describieron a un jugador que percibe la presión de liderar a un equipo que necesita de su mejor versión. Hasta el momento, salvo en San Mamés, no ha sido el futbolista dominante y determinante que le ha llevado a asomarse al escalafón que ocupan Messi y Cristiano Ronaldo.
Necesita Griezmann un partido que termine por borrar sus jugueteos veraniegos con el Manchester United. Esos flirteos y amagos y su meteórico ascenso en el escalafón salarial de las estrellas del fútbol mundial le han puesto ante una temporada compleja. Para bien o para mal todo lo que suceda al Atlético equipo rodeará a su figura. En este curso, más que en ningún otro, Griezmann está sintiendo la presión de justificar su estatus como jugador referencia. Ya le ha sucedido en Francia, donde las críticas sobre su liderazgo en el campo afloraron cuando su selección se complicó el pase al Mundial tras haber perdido en junio en Suecia y empatar a cero con Luxemburgo en septiembre. El seleccionador francés Didier Deschamps no mostró preocupación, pero sí dejó entrever que no está en su mejor momento: “No estoy preocupado, pero si los jugadores pueden estar a su mejor nivel, es más fácil para nosotros”.
“Estoy muy decepcionado con Griezmann. Desde la Eurocopa le hemos confiado las llaves del camión y está cada vez peor. El equipo ha girado alrededor de él durante un año. Es intocable y eso no es bueno. Él tiene derecho de estar en el banquillo de vez en cuando. Ya no lo veo inspirado, y este jugador apestaba a fútbol”, le criticó el exdelantero internacional Christoph Dugarry tras su gris actuación en la victoria ante Bulgaria hace una semana. Tras ese partido, Griezmann apeló al bloque y al practicismo. Entonó un discurso castrense poco común entre los peloteros habilidosos. Su reflexión evocó los postulados de Simeone. “Era necesario defender bien. Me encantan este tipo de partidos. Fuimos un equipo de soldados”. Su respuesta a las críticas fue una asistencia y un gol ante Bielorrusia que le valieron a Francia su billete al mundial.
Menos participativo
En el club observan al jugador pizpireto de siempre. El jueves acudió al aeropuerto de Barajas ataviado con la camiseta de Uruguay par[a recibir a Godín y a Giménez, que regresaron también con el pase a Rusia en el bolsillo. En los despachos se aguarda su reacción porque aprecian que el equipo tiene la solidez de siempre, pero que necesita un punto más en la creación y en la contundencia en los últimos metros. También se reflexiona sobre lo que le cuesta encontrar su mejor forma en los inicios de temporada.
En algunos partidos se ha visto a un futbolista menos intervencionista. Con menos predisposición a enganchar juego. La presencia de Correa o Vietto como sus parejas de ataque han podido restar esa presencia porque los dos bajan mucho a recibir. “Antoine siempre ha tenido en estos años diferentes formas de jugar. Creo que el año pasado ya participaba menos en el juego y fue mucho más contundente ante el gol. Para nosotros es determinante y decisivo para la parte ofensiva”, advierte Simeone. El técnico también dejó entrever esa presión que rodea a su futbolista más valioso. “Lo más fresco que esté mentalmente será mejor para que el equipo pueda resolver situaciones ofensivas”, convino Simeone, que también admitió que Griezmann puede sentirse más cómodo con un delantero de referencia: “Posiblemente se sienta más cómodo con una punta más del estilo de Torres, Gameiro o Vietto. Ahora lo está acompañando Correa, que sale más a jugar y quizá eso le pueda perjudicar, pero Ángel está bien y va a jugar”.
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