Moyà: “Cuando no caigan trofeos me lloverán palos”
Aunque su discurso tiene un sinfín de trazos propios del tenista en activo, la mente del mallorquín procesa con la frialdad del entrenador. En 2018, sin Toni, su rol tendrá todavía mayor protagonismo
El paso del tiempo ha sido benévolo con Carlos Moyà (Palma de Mallorca, 41 años), que reclama educadamente medio minuto para atender su teléfono móvil antes de conversar. Conserva el mismo porte y el torso robusto de hace una década, como si hubiese dejado de jugar hace dos días en lugar de hace ocho años. Este fin de semana lo hizo en el Club de Tenis Puente Romano de Marbella, donde elevó la segunda edición de la Senior Masters Cup, cónclave de ilustres veteranos.
En la actualidad le aguarda su gran aventura con Rafael Nadal y el porvenir dice que el próximo año, Toni a un lado ya, tendrá un rol todavía más protagonista en el equipo del campeón. Aunque su discurso tiene un sinfín de trazos propios del tenista en activo, su mente procesa con la frialdad del entrenador. Durante la charla irrumpe su hija Carla (7) para demandar atención, pero acata sin rechistar la orden de su padre, del técnico, tomando asiento y guardando silencio.
Pregunta. ¿Qué significado tiene ver a Nadal, un deportista que lo ha ganado todo, dando brincos sobre Federer como si se hubiera adjudicado otro Grand Slam en lugar de la Laver Cup?
Respuesta. Resume a la perfección el carácter de Rafa y la ilusión que le pone a todas las cosas, la ilusión que le hace ganar, sea lo que sea... A mí me encantó esa imagen tanto desde el punto de vista del entrenador como el del aficionado, porque el ver a Rafa saltando encima de Roger para abrazarle va a quedar para la historia. Creo que nunca antes había sucedido algo similar, que dos rivales con tanta rivalidad en la pista se lleven así y se aprecien tanto. No es fácil que ocurra algo parecido.
P. Dice que no le sorprende en absoluto lo que ha hecho Nadal esta temporada. ¿De verdad esperabais conseguir todo lo que se ha conseguido?
R. Sí, claro que sí.
P. Pues hace un año y medio había quienes ya enterraban deportivamente a Nadal.
R. ¿Pero quién lo enterraba? ¿Qué gente lo enterraba?
P. No pocos aficionados, analistas, periodistas…
En España también hay anti-Nadales y también anti-Federer, anti-Barça, anti-Madrid…
R. Ya me has contestado…
P. Pero la opinión de ellos también puede ser válida, ¿no?
R. Bueno, depende de qué aficionado. Quizá la del anti o la del aficionado de lejos no tanto…
P. ¿Pero hay anti-Nadales?
R. Sí, claro que los hay. Hay anti-Nadales, anti-Federer, anti-Barça, anti-Madrid…
P. ¿Incluso en España también hay anti-Nadales?
R. Pues supongo que sí, claro que sí… No, lo que en realidad le quiero decir es que toda la gente que está metida dentro del mundo del tenis, jugadores y técnicos, todos los profesionales de esto, nunca enterrarían a alguien como Nadal, Federer o Djokovic, nunca. Es como si ahora enterrásemos a Djokovic… [hace un aspaviento]. Grave error, sería ridículo.
P. Pues hay gente que asegura que Novak no va a levantar cabeza.
R. Pues eso, grave error, grave error. Yo creo que nadie que esté en el mundo del tenis, y no le hablo de periodistas o aficionados, sino de la gente que lleva toda la vida en esto y ha jugado, pueda pensar algo así.
P. O sea, los que de verdad sabéis de esto.
Nadie que viva dentro del tenis enterraría a alguien como Nadal, Federer o Djokovic
R. No sé si somos los que sabemos de esto, pero sí los que estamos en esto día tras día. Creo que es muy difícil encontrar a alguien de nuestro entorno que pueda enterrar a deportistas tan grandes como ellos.
P. Se le pregunta siempre sobre qué le ha aportado usted a Nadal pero, a la inversa, ¿qué le da Nadal a usted?
R. Obviamente, debido a mi corta carrera yo trato de aprender constantemente, intento ser una esponja. Primero, creo que me ha enriquecido mucho el haber estado con Raonic el año pasado y ahora con alguien tan diferente como Rafa. El haber podido trabajar con un tenista con un estilo de juego tan diferente al que nos han enseñado a nosotros, a lo que ha sido mi juego y al que caracteriza al tenis español, es buenísimo. De Milos a Rafa pasas de un jugador a otro que es totalmente lo contrario. Para empezar, porque uno es diestro y el otro es zurdo, que aunque pueda parecer una tontería, es muy importante, y después porque el tipo de juego es radicalmente distinto. Entre los dos me han enriquecido mucho como entrenador.
P. ¿Ha sido muy grande el salto de uno a otro?
R. Obviamente a Rafa le conocía más, pero el hecho de estar ahora dentro del equipo hace que vaya descubriendo muchas cosas que me sorprenden día a día. El hecho de estar junto al que probablemente es el deportista español más grande de la historia y uno de los mejores tenistas de todos los tiempos me aporta muchísimo, obviamente. Me hace mejorar y aprender constantemente.
P. ¿Ha sido algo así como pasar de pilotar un McLaren a un Ferrari en su máxima expresión?
Es probable que haya tocado techo como técnico. Es difícil que supere lo que estoy viviendo con Rafa
R. Bueno, en el momento en que me uní al equipo de Rafa el Ferrari era Raonic y el McLaren era Rafa… Uno estaba el tres del mundo y el otro el nueve, ¿eh? [risas]. No, a ver, bromas aparte está claro que pasas de llevar a un crack como Raonic, repito, tres del mundo, a llevar un Ferrari pero de hace un año, que a lo mejor no está en su mejor momento pero que sabes que ha sido muy grande y que a la que se pongan varias piezas en su sitio va a volver a ser muy grande. Enseguida te das cuenta de la grandeza de ese jugador, de todo lo que conlleva. Cuando llego a los torneos veo todo lo que conlleva Rafa Nadal, te das cuenta de la grandeza de este jugador. En la situación que estoy actualmente, es difícil por mi parte aspirar a algo más importante que entrenarle a Rafa.
P. Entonces, como técnico, ha tocado techo demasiado rápido, ¿no?
R. Es probable, es probable. Creo que nunca voy a poder superar esto que estoy viviendo ahora; no consiguiendo, sino viviendo.
P. Bueno, pero a usted también le corresponde una cuota del éxito, también consigue. ¿Por qué los entrenadores se desmarcan de los premios?
R. Es la verdad. A ver, está claro que esto es un equipo y que cada pieza aporta en el engranaje de este equipo, pero al final, el piloto del equipo es siempre el jugador. Él es el que decide y toma decisiones, el que se lo curra día a día y pasa horas en la pista, el que vive con la presión de jugar y tener que ganar todos los días… Por eso el mérito mayor es sin ninguna duda del jugador.
P. Usted y Nadal son íntimos amigos desde hace muchos años. ¿Qué matices nuevos de él ha descubierto en estos 10 meses?
¿Yo el poli bueno y Toni el malo? ¿Y quién dice que yo no ejerzo de poli malo con Rafa?
R. Antes coincidía con el x horas el día, porque una vez que me retiré prácticamente no le veía; tenía contacto con él pero no convivía con él, y ahora convivo con él. Ahora te das cuenta de ciertas cosas porque estás conviviendo bajo el mismo techo y lógicamente ves algunas cosas nuevas, ves intimidades que incluso conociéndole tanto como yo le conocía te llaman la atención.
P. ¿Qué tipo de detalles?
R. Son cosas personales, no es necesario que las cuente… ¡Pero nada del otro mundo, eh! Son intimidades.
P. Los técnicos son exigentes. ¿Le pone algún pero a este año de Nadal?
R. Yo creo que no. Aunque siempre se puede conseguir un poco más, creo que este año se ha conseguido lo máximo. Creo que está siendo una temporada increíble, con dos Grand Slams, una diferencia de casi 2.000 puntos para acabar como número uno… Yo creo que es complicado conseguir algo más que esto. No le pongo ningún pero. Solo hay que intentar terminar como número uno para ponerle el colofón a un año espectacular. Ojalá se cumpla.
P. En 2018 ya no estará Toni en el banquillo. De algún modo, a usted le va a tocar ejercer el papel de poli malo que él desempeñaba hasta ahora, ¿no es así?
R. Bueno, ¿y quién dice que yo no ejerzo de poli malo?
P. Los entrenamientos y el día a día no lo transmiten.
R. Yo tampoco diría eso. Quizá mi manera de exigirle a Rafa sea distinta a la de Toni, pero yo tengo muchas conversaciones privadas con él cuando no hay nadie y eso la gente no lo ve. Está claro que la exigencia de Toni a lo largo de todos estos años ha sido muy grande y puedo entender que desde fuera la imagen que se perciba sea esa.
P. Cuando el viento soplaba en contra, hace uno o dos años, se apuntaba directamente a Toni. ¿Considera que se ha sido injusto con él?
R. Yo creo que es uno de los entrenadores más valorados de la historia del tenis, así lo creo. A la gente le gusta opinar… Cuando la pelota entra eres un genio y cuando no entra lo contrario… Lo mismo dirán de mí el próximo año; ahora va todo fenomenal, pero habrá un momento en el que no caerán trofeos y pasaremos momentos duros, y la gente pedirá cambios y me lloverán palos. Esto funciona así.
P. Entonces, ¿a usted también se le atizará?
R. Es probable, es probable… En el tenis, en el deporte y en la vida en general todo es muy inmediato, y yo no tengo ninguna duda de que todos tenemos un crédito que a unos se les agota antes que a otros. Si has conseguido mucho, se te agota poco a poco, y si no has ganado mucho se pierde mucho más rápido. Lamentablemente, todo funciona así y soy plenamente consciente de ello.
P. Para cerrar y cambiando radicalmente de tercio. A las puertas del 1-O, ¿usted qué opina de todo lo que está ocurriendo?
R. Es un tema complicado. Me da pena que se haya llegado a eso… Solo digo que ojalá Cataluña siga siendo España el lunes.
P. Entonces, no está de acuerdo con el tuit del futbolista Gerard Piqué.
R. Yo solo le digo que ojalá Cataluña siga siendo España el lunes.
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