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Raonic, el desafío gigante de Moyà

El exjugador encuentra en el canadiense, un pegador que no termina de alzar el vuelo, el estímulo necesario para entrenar. "Es un reto bonito. Tiene el deseo de convertirse en un grande"

Alejandro Ciriza
Raonic firma autógrafos a los aficionados.
Raonic firma autógrafos a los aficionados.ISSEI KATO (REUTERS)

Carlos Moyà, uno de los grandes iconos de la historia del tenis español, tiene ante sí un gran desafío. En concreto, uno que se encuadra en los 196 centímetros y los 98 kilos que alcanza Milos Raonic, el primer alumno del extenista español. El pasado 2 de enero, después de rumiar muy bien su decisión y de acordar una entente que nació en Asia, donde se conocieron, Moyà anunció que a partir de este curso tutelaría al canadiense, de 25 años, un jugador que desde que ingresase en el profesionalismo (2008) apuntaba muy buenas maneras, pero que progresivamente ha ido perdiendo fuelle.

Acepto porque es un jugador con talento y que hará al 1000% lo que se le diga para mejorar" Carlos Moyà

Raonic, actualmente 14º en el listado mundial —llegó a ser número cuatro y es prácticamente un fijo en el top-10 desde hace dos años—, tiene en su brazo derecho un bombardero. Sin embargo, su mente se quiebra con facilidad y le cuesta desplazar su cuerpo. Se dice que es un tenista de un registro único, el arquetipo de gigantón sacador, un pegador nato. Pero detrás de esa voluminosa fachada en la que otros encuentran un lastre, Moyà aprecia una mina de oro. “Decido entrenar ahora porque se me presenta un proyecto bonito. Lo que me decide a juntarme con Milos es el potencial que tiene, el que no haya alcanzado aún su techo, el que él tiene el deseo de ser un grande, la dedicación que le pone...”, recita a través del teléfono, desde la remota Melbourne.

El vínculo nace cuando el mánager de Raonic —en su día del ruso Marat Safin— tanteó la disponibilidad de Moyà y este, al que ya le picaba el gusanillo y que había tenido una experiencia previa en el banquillo español de la Copa Davis (de octubre de 2013 a septiembre de 2014), contempló el reto. ¿Por qué? “Porque es un jugador con talento y que hará al 1000% lo que se le diga para lograr sus objetivos”, precisa el mallorquín, ganador de Roland Garros en 1998 y exnúmero uno; “él tiene unas armas muy claras, que son el servicio y la derecha. Es un jugador totalmente de ataque, pero no se trata solo de pegar fuerte. Estamos potenciando el que pueda variar su juego”.

Raonic, durante el enfrentamiento contra Robredo.
Raonic, durante el enfrentamiento contra Robredo.SAEED KHAN (AFP)

Desde hace tiempo, Moyà ha tenido sobre su mesa diversas ofertas para entrenar. Sin embargo, hasta ahora no se había decantado por ninguna puesto que prefirió concederle prioridad a la vida familiar. Casado y con tres hijos, ahora se complementará con otro técnico (Riccardo Piatti) para asesorar a Raonic, que con tres años emigró desde Pogdorica (Montenegro) a Montreal. Allí creció viendo los partidos de Pete Sampras, su ídolo, y también acostumbra a seguir a los Raptors de la NBA.

Tan solo ha ganado ocho títulos de rango menor. Su tope competitivo son las 'semis' de Wimbledon

“Tiene un juego parecido al que tenía yo”, describe Moyà. “Pero el suyo es más ofensivo y el mío era un poco más defensivo, con más movilidad. No ha terminado de despegar porque tuvo algunas lesiones importantes en el pasado y además cada uno madura a una edad diferente. Él lo está haciendo ahora, porque todavía no está hecho como jugador; ahora se tarda más en ser un jugador completo que cuando competía yo”, añade desde las antípodas el preparador; “tiene el físico que tiene, pero para lo pesado que es no se mueve nada mal. Aunque nunca va a ser un corredor de primera fila, puede mejorar mucho y en eso estamos nosotros”.

De momento, Raonic tan solo ha ganado ocho títulos de rango menor. Su tope competitivo son las semifinales de Wimbledon y las finales de dos Masters 1.000: Montreal (2013) y París-Bercy (2014). Ayer batió a Tommy Robredo (7-6, 7-6 y 7-5) y en su alianza con Moyà se adivina un alto grado de ambición. “Él busca ser el número uno y ganar Grand Slams. Si me vinieron a buscar es porque yo he vivido esa situación y supe manejarla bien”, concluye el técnico. En 2016, atención a Milos Raonic.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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