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La banda propulsa a Bale

El galés, reacio a desempeñarse como extremo, muestra sus mejores virtudes en la banda izquierda y pone en evidencia su predilección a jugar por el centro y la derecha

Bale, en un jugada durante el Real Madrid-APOEL.
Bale, en un jugada durante el Real Madrid-APOEL. Paul White (AP)

Sergio Ramos y Marcelo se miraron de forma instintiva al ver que el cuarto árbitro levantaba la tablilla con el número 11 iluminado. Conscientes de la convulsa relación que mantiene Gareth Bale con el público del Bernabéu, los dos capitanes se arrancaron a aplaudir en un intento de conseguir el fervor de la hinchada y evitar la reprimenda para el atacante galés. Era el minuto 81 de partido y el Madrid goleaba al APOEL. De poco sirvió. La afición, como ya hiciese semanas atrás, despidió a Bale con más pitos que vítores. El muchacho enfiló la banda contrariado, al trote, con el único ánimo de Ramos por el camino. Ni una de sus noches más certeras en el Bernabéu en los últimos meses le sirvió para templar el agitado momento que atraviesa en el arranque de su quinta temporada en el Madrid.

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Reacio a desempeñarse como extremo izquierdo, el rol de rematador de Cristiano y la presencia de cuatro volantes en el once obligaron a Bale a arrancar ante el APOEL desde la posición que le encumbró en la Premier y de la que ahora reniega. Por ese carril explotó sus virtudes y evidenció que su capacidad de generar peligro crece de forma exponencial cuando abandona el flanco central del ataque para caer a los costados. “Todo lo que hizo fue por la izquierda. Es la posición que más le conviene a él y también al equipo”, analiza Jorge Valdano. En media hora, Bale le sirvió tres balones de gol a Cristiano, que aprovechó solo el primero. Parecía sentirse cómodo y productivo el galés tras varios meses desconectado, buscando su sitio en un equipo cada vez más propenso al toque que a la carrera, su gran virtud.

Por ello resultó paradójico verle apurado por abandonar cuanto antes la banda izquierda para dejarse caer por el centro o la derecha. Entienden Bale y su entorno que desde esas zonas se encuentra más cerca del gol. “Da la sensación de que no le interesa ser extremo, quizás entiende que desbordar y asistir a Cristiano no es la misión para una estrella”, valora Valdano. Una decisión poco comprensible si se atiende a que sus actuaciones de mayor trascendencia llegaron siempre por esa zona. En 2010, con 20 años y siendo lateral del Tottenham, eclipsó por primera vez los focos con un triplete y un ejercicio de potencia y disparo por la banda izquierda de San Siro en un partido de Champions ante el Inter. Fue la exhibición más prodigiosa que se le recuerda.

“Yo le utilizaba en la banda izquierda. Rendía muy bien y se desarrolló en esa zona. Por sus características y condiciones naturales donde mejor funciona es ahí”, cuenta Juande Ramos, su entrenador en el Tottenham en la temporada 2007-2008. “Estaba cómodo en la banda. Arrancando desde el lateral, con su potencia, era dueño de todo el carril”, asegura el técnico, que dice que nunca se plantearon centrar su posición. “Nunca tuvimos ese debate. Él se sentía muy cómodo en la izquierda y es dónde había jugado siempre”. De extremo también dejó su mayor fogonazo en el Madrid, en aquella supersónica carrera ante Bartra que le dio a los blancos la Copa del Rey de 2014.

"Para acercarle al gol le alejaron del juego"

La idea del cambio llegó tras su primer año en España, cuando él y su representante, Jonathan Barnnett, solicitaron jugar por el centro, donde, sin espacios, es más previsible y estéril. “El prestigio y el precio le confundieron a él y su entorno. Para acercarle al gol le alejaron del juego”, considera Valdano. Para Juande, la modificación táctica es una decisión de los técnicos y no del jugador. “Con su potencia y su disparo quizás buscaban una diagonal desde la derecha para encontrar el tiro con la izquierda. No creo que sea algo suyo el haber cambiado de posición”.

Bale, al ser sustituido.
Bale, al ser sustituido.Paul White (AP)

El miércoles, pese a no estar todavía en su punto máximo de forma, mejoró sus prestaciones en el rato que se dejó ver por ese flanco. Se reconectó con el equipo y participó en los tres goles del Madrid. Su mejor rato en lo que va de temporada no le valió la exención del Bernabéu. Más cuestionado que nunca, las recientes broncas de la hinchada se ciernen cada vez más sobre él. La falta de gol que sufre desde la pretemporada, su aislamiento del juego combinativo y el empuje de Isco y Asensio precipitan el ruido sobre reconsiderar la condición de intocable que de momento le garantiza Zidane. "Vino a España como sucesor de Cristiano y ahora mismo es el debate está en si debe ser titular o no", dice Valdano. 

El Bernabéu no ha tenido reparos en bajar el pulgar ni en señalarle. Ni su mejoría al partir desde la banda izquierda ante el APOEL le otorgan por el momento el indulto a un Bale empeñado en confundir su zona de confort.

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