Ricky y Sergio Rodríguez: dos metrónomos contra Schröder

En los días sin competición, el epicentro del Eurobasket se traslada del pabellón Sinan Erdem al hotel Renaissance Polat. Un coloso acristalado, de 25 plantas y 438 habitaciones, ubicado a cinco minutos del aeropuerto internacional Atatürk, con impresionantes vistas al mar de Mármara. En él se concentran las ocho selecciones con aspiraciones a coronarse en Estambul el próximo domingo. Jugadores, técnicos, directivos, agentes, voluntarios, empleados, turistas, caza-autógrafos y periodistas, comparten galerías, estancias y ascensores en un trajín en el que también hay tiempo para gestar estrategias. Los desvelos de Sergio Scariolo pasan ahora por parar a Dennis Schröder, el demonio alemán. “Es un cliente complicado. Muy complicado hasta para Ricky, que es un gran defensor. Tendremos que aplicarnos mucho en su defensa”, avisa el seleccionador, que cuenta para la misión con su excelsa pareja de bases, clave en la victoria ante Turquía en octavos.

Ricky Rubio y Sergio Rodríguez hacen de España la selección que más asistencias da en el torneo (24,5 de media por partido, frente a las 15,5 de Alemania) y la que menos balones pierde (11,2). En suma, el equipo con mejor control del juego. “Es un dato que habla muy bien de cómo estamos manejando la pelota y de nuestro equilibrio entre el riesgo que conlleva el talento y el control que nos da la concentración”, analiza Scariolo.

La fórmula de los dos bases en pista, que cuajó en el último partido de la preparación ante Lituania en Vilnius, se ha demostrado un valor en alza cuando las defensas rivales se cierran sobre los Gasol. “Dependiendo del partido, es muy importante tener dos piezas a la vez en el campo que puedan jugar el pick and roll, que sepan elegir los tiempos y los momentos. Están acertados en el tiro y eso está atrayendo muchas ayudas del rival. Es crucial mover mucho y bien la pelota. Cuantos más buenos pasadores tienes, mejor juegas y más difícil se lo pones al rival”, desarrolla el seleccionador.

Juntos o por separado, Ricky (1,93m) y El Chacho (1,91m) contienen rivales elevando la presión y desmontan defensas asistiendo o anotando. Ejercen de metrónomos o artificieros según convenga. “Con ellos siempre espero que seamos brillantes en la lectura del juego. Están finos en el tiro de tres. De Sergio ya lo sabíamos, pero me alegro mucho de cómo está castigando Ricky la flotación que le hacen”, prosigue Scariolo. En lo que va de Eurobasket, El Chacho es el segundo mejor asistente (6,8 de media solo por detrás del lituano Kalnietis) y Ricky, el cuarto mejor recuperador (1,8 robos). Ambos tienen números similares desde el triple: 11 de 24 para el nuevo fichaje del CSKA y 12 de 25 para el próximo jugador de los Jazz. Ricky es además el segundo de la selección en valoración, solo por detrás de Pau Gasol. En su relanzamiento desde el All Star, el base de Masnou batió su récord de asistencias en la NBA (19) y con él en pista los Timberwolves alcanzaron uno de los mejores ratios ofensivos de la liga: 123 puntos por cada 100 posesiones.

Frente a semejantes expedientes espera Schröder, con 23,2 puntos y 5,7 asistencias por partido, ocho en el partido de octavos para rendir a Francia. El base de los Atlanta Hawks (1,86m) era, hasta la exhibición del ruso Shved ante Croacia, el máximo anotador del torneo. Hace dos años, en Berlín, dispuso de tres tiros libres para forzar la prórroga, pero le falló el pulso en el decisivo (el único lanzamiento desde la línea de personal fallado por Alemania aquel día). En ese instante, sus 26 puntos quedaron en nada, ganó la España del Chacho (19 puntos).

“Va a ser un partido de bases, pero también vamos a necesitar la ayuda de los grandes jugando pick and roll. Yo tengo la confianza muy alta, terminé la temporada muy bien y partidos como el de Turquía refuerzan”, sentencia Ricky.