Dembélé entra en escena

Pocos estadios han acogido a tantas estrellas a lo largo de su historia como el Camp Nou. Por el vestuario azulgrana han pasado grandes futbolistas y fichajes de relumbrón, contratados a coste millonario, ninguno tan caro como Dembélé, el último de la colección. El francés se presentará el sábado Barcelona como el fichaje de los 105 millones más variables, y como el heredero de Neymar, por mucho que se esfuerce en huir de la sombra del brasileño. “Es uno de los mejores del mundo, no vengo a sustituirle. Yo intento crecer”, aseguró el exjugador del Borussia Dortmund. Dembélé lucirá contra el Espanyol el 11 que liberó el jugador del PSG, ocupa su posición, y ninguna incorporación levantó tanta expectación desde la llegada del propio Neymar en 2013. “Los precios no significan nada comparados con el pasado”, analiza Julian Stephen, su entrenador en las categorías juveniles del Rennes. “Es el mayor talento de su generación”.

La presencia de Messi sobre el césped, sin embargo, minimiza la posible candidatura de Dembélé a líder absoluto en el campo, una situación que también vivieron el resto de fichajes más caros de la entidad: Neymar, Suárez, Ibrahimovic y Villa. Ninguno de ellos realizó un debut brillante en el Camp Nou, todo lo contrario que Ronaldinho, el último gran emblema azulgrana precedente a Messi. El brasileño se presentó en 2003 en el Camp Nou con una sonrisa permanente y un golazo que alteró los sismógrafos del Observatori Fabra contra el Sevilla (1-1) en un partido disputado a medianoche y recordado como el de la noche del gazpacho.

También Romario debutó a lo grande en 1993 en el Camp Nou. El delantero marcó los tres goles de su equipo contra la Real Sociedad (3-0) y dejó evidencias de su clase con una vaselina kilométrica sobre el portero Alberto. “¿Me va usted a enseñar a hacer goles?”, le espetó aquel día a Zubizarreta cuando su compañero le advertía sobre las virtudes del portero rival antes del partido. El delantero acabó la liga con 30 dianas, tantas como prometió al aterrizar a Barcelona.

Tres años después, Ronaldo le cogió el relevo en su estreno. Con el Camp Nou en plena replantación del césped, el brasileño disputó la ida de la Supercopa contra el Atlético de Madrid en Montjuïc. A los cinco minutos ya había batido al portero Molina y el público celebró su elástica al defensa Geli como si de otro tanto se tratara. El delantero marcó de nuevo al final del partido y los aficionados ya advirtieron al Fenómeno que estaba en camino. Su carrera en el Barça, sin embargo, acabó de forma abrupta y se marchó el verano siguiente al Inter de Milán a cambio de 36 millones de euros. El Barça utilizó el mismo dinero para fichar a Rivaldo, que en su presentación en el Camp Nou anotó un doblete, también contra la Real Sociedad, en la primera jornada liguera.

En crecimiento

La capacidad goleadora no se anuncia como la mejor virtud de Dembélé. “Sus mejores atributos son el regate, la intensidad en la presión y su amor por el juego”, explica su extécnico Stephen. El francés acumula 18 tantos en liga en dos temporadas como profesional. “El reto de Ousmane es ganarse la confianza de sus compañeros para que le den balones y pueda ser decisivo”.

El francés enriquece los recursos de Valverde en las bandas. “Nos garantiza profundidad, algo que hemos perdido y necesitamos. Puede jugar en las dos bandas”, analiza el preparador azulgrana, consciente de su buen golpeo con ambas piernas. “Me gusta jugar con los dos pies”, simplifica el futbolista. Stephen reconoce que su talento es innato: “Honestamente, lo trabajamos, pero ya llegó a Rennes con esta calidad”. Su llegada al Barça no le resulta sorprendente: “Era siempre el mejor del equipo. Sabemos que será un futbolista importante”.El Camp Nou ya espera al último gran fichaje. Dembélé entra en escena