Kaspárov paga su falta de precisión
El excampeón no afina en posiciones ventajosas, y pierde ante Nepomniachi
Gari Kaspárov conserva a los 54 años la asombrosa intuición que le permitió ser el número uno del ajedrez durante dos decenios (1985-2005); y también la ambición y fiereza de una bestia de la competición. Pero ahora es mucho menos preciso, lo que le impide explotar las posiciones ventajosas que logra frente a rivales de élite en la Copa Sinquefield de San Luis (EE UU). El ruso acumula cinco empates y una derrota, ante su compatriota Ian Nepomniachi, tras seis partidas de las nueve previstas.
Lo último que Kaspárov dijo el lunes antes de marcharse al hotel fue: “No es propio de mí estar satisfecho con tres empates, pero lo estoy, teniendo en cuenta los nervios del primer día, porque he decidido jugar muy sólido. Mañana arriesgaré más”. Y lo cumplió a rajatabla, a pesar de que su primer rival del martes era nada menos que el armenio Levón Aronián, 4º del mundo, muy respetado por Kaspárov y el actual campeón, Magnus Carlsen, por la enorme profundidad de sus conceptos estratégicos.
Cuando Aronián llegó a la mesa y le saludó cordialmente, Kaspárov ya se había quitado la chaqueta y el reloj, signos claros de que estaba mentalizado para una lucha sangrienta. El tablero se llenó de riesgo desde la apertura, y el reloj también, porque el ruso tuvo que emplear diez minutos más que el armenio para lograr una posición de ligera ventaja con las piezas negras. Por eso decidió frenar un poco su ímpetu, y cambió las damas cuando podía haber seguido complicando. Así reducía la probabilidad de error por la presión del reloj.
Pero, aun así, el reloj se convirtió en una pesadilla para el ruso, quien logró un final claramente ventajoso, probablemente ganador, pero tuvo que hacer muchos movimientos en menos de diez segundos (en cuyo caso, el reloj no corre, según las reglas de este torneo), hasta que por fin cayó en una sibilina trampa de su rival, que arrancó así medio punto cuando se veía perdido.
Tras media hora de descanso, Kaspárov se enfrentó con blancas a un compatriota de 27 años, Nepomniachi, de gatillo rápido y gran visión táctica. Lejos de tomar precauciones, el excampeón, enardecido por la frustración del combate anterior, se lanzó a degüello, entregó un peón por la iniciativa y convirtió el tablero en un lío tremendo… con ocho minutos menos en el reloj.
El Ogro de Bakú se había conjurado para que esta vez no se le escapase la presa, pero de inmediato, cuando podía haber logrado clara ventaja, cometió una imprecisión, que permitió la liberación de Nepomniachi. Eso equilibró el juego, pero rompió los nervios de Kaspárov, quien cometió un error táctico que su joven rival aprovechó con una brillante combinación ganadora.
Tras desplegar todo el repertorio de sus gestos de desagrado, Kaspárov se mentalizó ante partida menos atractiva para él de las nueve que jugará en este torneo: contra el pentacampeón del mundo Viswanathan Anand, de 47 años, a quien derrotó en el famoso duelo de 1995, disputado en el piso 104 de las trágicamente desaparecidas Torres Gemelas. Bastaba ver la cara del ruso cuando se sentó ante el indio para comprender lo incómodo que se encontraba. La pelea fue relativamente tranquila hasta que Kaspárov encontró un agudo sacrificio de peón que le daba ventaja, pero con sólo tres minutos en el reloj, lo que le llevó a otra imprecisión que Anand aprovechó para forzar un final de claro empate.
A falta de tres partidas para la clausura de este torneo -al que seguirá otro, el jueves y viernes, en la modalidad relámpago-, Kaspárov comparte el penúltimo puesto con Anand y Kariakin. El líder es Nepomniachi, y la gran revelación es el vietnamita Liem Le Quang, de 26 años, empatado en el segundo lugar con Caruana, Aronián y Nakamura.
“Hace veinte años hubiera ganado las tres partidas de hoy”, dijo Kaspárov al final de la segunda jornada”. Es muy probable que tenga problemas para conciliar el sueño. Él sabe que nada tiene que envidiar a sus colegas más jóvenes en cuanto a combatividad. Además, les supera en intuición, que en ajedrez es la memoria inconsciente, cultivada desde que era niño durante miles de horas de entrenamiento, y potenciada por una retentiva prodigiosa.
El 10 de marzo de 2005 en Linares (Jaén), un par de horas después de anunciar que se retiraba de la competición para dedicarse a la política, Kaspárov mostró al autor de estas líneas las toneladas de análisis de aperturas que tenía almacenadas en su ordenador portátil. “Todo este trabajo me ha dado muchos frutos hasta hoy, pero ya no me servirá a partir de mañana para luchar contra Putin”, dijo entonces. Se equivocaba: gracias a ese olfato tan desarrollado durante toda una vida, hoy puede batallar dignamente contra los mejores del mundo aunque, de momento, no logre doblegarlos.
Retransmisión en directo en inglés: http://grandchesstour.org/2017-grand-chess-tour/watch-live-2
Retransmisión en directo en español: https://chess24.com/es
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