El América de La Volpe, un equipo voluble

A Ricardo La Volpe se le ve cansado. El entrenador del Club América lleva 33 años como el cabecilla de los clubes. Con las águilas lleva cuatro meses y aún no puede convencer a sus hinchas. El argentino de 65 años llega a las conferencias de prensa a paso lento, se coloca en su sitio y se toca la sien. Se ha convertido en el costal de golpes del mal rendimiento de su equipo. Tras cada partido su puesto tambalea en el limbo y ahora más cuando se enfrenten en el ‘clásico’ contra las Chivas.

La Volpe se ha colocado su saco gris y corbata amarillo crema, como parte de una cábala, en 28 ocasiones al frente de América. Ha conseguido 12 triunfos, ocho derrotas y el mismo número de empates. Ya con un torneo avanzado llevó a un plantel que desconocía a la final de la liga mexicana, a semifinales de Copa y del Mundialito de Clubes. Pero se le reprocha que no haya conseguido ganar ningún título en el año clave de su centenario.

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El América se quedó sin títulos y sin ídolos. La directiva americanista no renovó a su portero estrella, el veterano de 37 años, Moisés Muñoz. Todo apuntaba para que el suplente, Hugo González, tomara el relevo. La lógica en el banquillo fue interrumpida por el fichaje del guardameta argentino Agustín Marchesín, cuestionado por decir que las águilas no jugaban los partidos con el corazón. Al momento ha encajado 11 goles en ocho partidos.

La gente del América dejó ir a otros emblemas del club, como el paraguayo Osvaldo Martínez, quien fue la pieza clave para ganar dos ligas y dos copas de la Concacaf. Y también al argentino que intentó vestir la camiseta de México, Rubens Sambueza, el creativo y capitán del club. Él prefirió llegar a otro equipo, con menor presión como lo es Toluca.

Sin esos pilares, el arranque de liga no ha sido nada bueno. Su primer partido terminó con una derrota frente a Toluca. En copa tuvieron un respiro al vencer a Santos Laguna por 3-2. A la siguiente fecha fueron goleados 4-2 por los Tigres, en lo que fue la reedición de la final del fútbol mexicano. Tuvieron una ligera mejora cuando vencieron por la mínima a Veracruz.

Los altibajos fueron evidentes cuando perdieron con un equipo de la segunda división, los Coras de Tepic, por 3-2, en la liga se repusieron con un triunfo frente a Monarcas Morelia y luego perdieron 2-0 contra Chiapas. La semana pasada dieron un gris partido frente al irregular Puebla, en el que no pudieron anotar. En su partido de copa, con un plantel alterno, ganaron 1-0 a Coras. Aun cuando ha ganado, la gente sigue sin caer en el estilo del entrenador argentino.

“¿Qué quieres? Soy La Volpe. Me gusta porque me dice que soy muy importante, a otro técnico no lo estarían criticando”, dijo el estratega de América con una sonrisa velada para referirse a los cuestionamientos constantes de su gente y de la prensa. “Jugando feo y todo, pero nadie me ha ganado”, añadió en alusión a su invicto en el estadio Azteca, a pesar de que sus chicos perdieron en penaltis contra su acérrimo rival, las Chivas.

La Volpe ha confiado en una zaga defensiva puramente sudamericana con los paraguayos Pablo Aguilar, Miguel Samudio y Bruno Valdéz, además del argentino Paolo Goltz. Si hay algo que el exseleccionador de México ha dejado cultivado en América es el descubrimiento de Edson Álvarez, un chico de 19 años que puede jugar como un central más y en la parte media.

En el centro del campo ha confiado en William Da Silva y a José Guerrero. En el ataque tiene a los velocistas Darwin Quintero y Renato Ibarra. En la delantera ha colocado a Oribe Peralta, el delantero mexicano que ha perdido brillo con los goles y un Silvio Romero con la pólvora mojada. El arma secreta estaba en Cecilio Domínguez, un guaraní de 22 años, con el 10 en su espalda, y ya tiene un lugar dentro del once de inicio como un segundo delantero o como extremo por izquierda, pero una luxación en el hombro izquierdo lo pone como una incógnita. 

El entrenador de América ha labrado su trayectoria en México y Argentina con un trabajo especial en las jugadas a balón detenido y con un espaldarazo a los juveniles. La Volpe no ha encontrado estabilidad en un equipo desde que dirigió a México (2002-2006), incluso no ha logrado quedarse en un club por más de un año. Una victoria en el 'clásico' le serviría para aminorar las dudas, aunque sean unas cuantas.