El niño que sueña con hacer un gol como el de Fernando Torres
Un documental español cuenta la historia de los ugandeses Mubiru Reagan y Papira Anthony. Un niño de cinco años fanático de Fernando Torres y un joven bañado en realidad que hace 10 años cumplió el sueño de visitar el Camp Nou
Pasar de jugar al fútbol entre balas a pisar el Camp Nou. La metáfora, que en realidad no actúa de metáfora si no de mera frase descriptiva, la utiliza Pablo De La Chica, director del documental The Other Kids, una historia sobre un grupo de niños de Uganda apasionados por el fútbol. "Pasas de no saber si te van a atacar por la noche los rebeldes, a conocer a Xavi", cuenta De La Chica. Quien vivió esa experiencia fue Papira Anthony, un joven ugandés de 27 años, que hace exactamente 10, un 3 de febrero de 2007, visitó el Camp Nou junto a otros chicos.
"Nunca pensé que pasaría, pero sucedió", explica Papira, al teléfono, desde Gulu, 300 kilómetros al norte de Kampala, la capital de Uganda. Allí entrena a un equipo sub-16 que se llama Football For Good. "Cada vez que miro esa fotografía quiero volver ahí, no sé si para jugar, pero al menos para volver a estar cerca de un campo tan grande. Diez años después sigo soñando con ese momento".
Mientras perseguía el rastro de Papira, De La Chica, español de 31 años, se encontró con Mubiru Reagan, un niño de cinco años fanático de Fernando Torres, que iba todos los días a jugar al fútbol a un vertedero al lado del Estadio Nacional Nelson Mandela, en los alrededores de Kampala, la capital de Uganda. Su historia, como la de muchos otros chicos en África, ilustra las dificultades que atraviesan los niños y la salida que encuentran en la práctica del fútbol, una actividad que también les demanda muchísimo esfuerzo, horas de entrenamiento, infraestructura y alimentación.
La experiencia europea de Papira sirvió para que De La Chica piense en él como una posible inspiración para Reagan y su equipo. Para hacerlos soñar pero también para que tengan los pies sobre la tierra. "No se trata solo de ir hasta allí. Se trata de lo que haces para llegar a ese lugar. Puedes estar jugando en un gran campo, pero si no te has esforzado para llegar será difícil que triunfes. Siempre les digo a los niños que si trabajan duro, habrán llegado allí por algo, y eso es lo que vale".
Reagan fue abandonado por su madre a los 4 años y encontró en el fútbol un espacio de trabajo y superación personal. "Algún día haré un gol como el de Fernando Torres", afirma en el documental. Los niños componen la mitad de la población del continente africano y, aproximadamente, 50 millones de ellos son huérfanos. La película, pre-candidata a los premios Goya como mejor documental narra las complicaciones que Reagan y sus amigos tienen para que una escuela los acoja y los deje formar parte de su equipo. Muy pocos lo consiguen. "El fútbol no es solo una manera de ganarse la vida en forma económica. Puede ayudarnos de muchas maneras. A Reagan lo ha ayudado a ir a la escuela, a poder estudiar... El fútbol puede llegar a ser educación. Es vida".
Entre el humo de los desechos tóxicos, con un estadio casi abandonado que ellos ven como el cielo, los niños entrenan y preparan los partidos de un torneo intercolegial donde distintos ojeadores reclutan pequeños jugadores. La ilusión es enorme, pero la selección termina siendo lo de menos y los pequeños jugadores y su entrenador ofrecen una lección de vida. "Parece que hay que hacer un reportaje porque Cristiano Ronaldo ha cambiado de gomina o porque Messi se ha hecho un nuevo tatuaje", plantea De La Chica, que reclama mayor responsabilidad de los medios.
De momento, el documental ha ganado entre otros Documenta Madrid, el premio Movistar y el Japan Prize a la mejor película educativa del año 2016, concedido por expertos de Harvard y de Pixar.
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