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El Alavés desmonta al Villarreal

Irreconocible el equipo de Escribá, el conjunto vitoriano vence con solvencia en El Madrigal

Ibai Gómez celebra con sus compañeros el primer gol del Alavés.
Ibai Gómez celebra con sus compañeros el primer gol del Alavés.JOSE JORDAN (AFP)

Al Alavés le van los escenarios complicados. Secó al Atlético en el Calderón y dio la campanada en el Camp Nou venciendo al Barça. Y repitió éxito en El Madrigal. Con organización, intensidad, solvencia y oficio, el conjunto vitoriano logró la victoria ante un irreconocible Villarreal sin acción ni reacción ante el equipo de Pellegrino vencedor en la pizarra y en la estrategia a su homólogo Escribá cuyos movimientos en el banquillo no ofrecieron ninguna solución táctica para revertir la caótica situación del conjunto amarillo, ni alteró el orden del partido que dictó un trabajado Alavés.

No fue el día del Villarreal, frío en un día gris, sometido a la pasión del Alavés, sin respuesta ante el buen hacer del conjunto vitoriano que realizó una primera parte perfecta, con dos goles en apenas un cuarto de hora de juego. Le faltó fútbol y orgullo al Villarreal para levantar un partido que el Alavés discutió desde el pitido inicial, resguardando en la segunda mitad un resultado que le aleja de las posiciones comprometidas y que pone en entredicho las prestaciones presentes y futuras del grupo de Escribá.

Sorprendió el Alavés al poco de iniciarse el encuentro gracias a la pasividad defensiva del Villarreal. Se adelantó en el marcador tras un saque de banda, dos paredes, un centro de Edgar, un poderoso remate de cabeza de Deyverson que se estrelló en el palo izquierdo de la portería de Asenjo y cuyo rebote lo recogió Ibai Gómez para marcar. Cinco minutos después del gol vitoriano, el conjunto de Pellegrino volvió a tener una ocasión inmejorable para doblar la ventaja al ejecutar en corto un saque de esquina para que Theo lanzara un disparo de nuevo al palo izquierdo de Asenjo.

Mejor dispuesto, el Alavés se sentía cómodo en el terreno de juego, con el balón o sin él, apenas expuesto el equipo vitoriano, pendiente en todo caso de la calidad ofensiva del Villarreal que pudo igualar el encuentro en una acción de Castillejo y posteriormente en un desvío de cabeza de Mario tras un córner. La intensidad del Alavés provocó el error amarillo, esta vez del fiable Musacchio que en un doble fallo dejó el esférico a los pies de Camarasa que aceptó el regalo para batir a Asenjo.

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El nuevo golpe destempló más si cabe al Villarreal, sin capacidad de respuesta, vencedores los jugadores vitorianos en los duelos individuales. Las rápidas transiciones del Alavés desmontaban al grupo de Escribá, impasible el técnico valenciano desde el banquillo, nada que ver con el entusiasmo de Pellegrino desde la banda, el mismo que trasmitía a sus futbolistas mucho más concentrados y metidos en faena que los del Villarreal que, con todo, pudo descontar antes del descanso en dos acciones aisladas finalizadas sin fortuna.

Con Cheryshev en el equipo tras el descanso, el Villarreal pudo acercarse en el marcador tras una falta lanzada por Castillejo que Pacheco voló hacia su escuadra izquierda para evitar el gol del malagueño como hizo posteriormente en otra Pato ejecutada con picardía. Mejorado en la actitud, al conjunto de Escribá le costaba encontrar los caminos hacia el área de Pacheco, replegado el conjunto vitoriano, sin claridad el Villarreal en ataque, con el punto de mira desviado en la finalización. No era el día del conjunto castellonense y sí el del Alavés merecido vencedor en El Madrigal que ha dejado de ser invulnerable.

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