Boca y Central, un nuevo clásico que nace desde la venganza

Puede decirse que el club atlético Boca Juniors tiene en su lista de enemigos a un nuevo equipo. No se trata esta vez de una cuestión de barrio o de cantidad de títulos el motivo de la disputa. Lo que enfrenta al xeneize con Rosario Central es un combo de errores arbitrales que incidieron ampliamente en la obtención de la última edición de la Copa Argentina por parte de los de la ribera. El 4 de noviembre de 2015 el juez Diego Ceballos convalidó 2 goles ilegítimos que le permitieron a Boca dar la vuelta olímpica. Además, señaló una posición adelantada inexistente en lo que hubiese sido la victoria parcial de los rosarinos. Este miércoles, a 364 días de aquel escándalo, estos nuevos rivales vuelven a verse las caras y la expectativa en Argentina es total. Se jugará con hinchas de ambos equipos; Boca agotó sus entradas y Central lo hará en pocas horas.

Se repite el certamen, también el escenario (el estado Mario Kempes de Córdoba) y muchos de los jugadores y cuerpo técnico. Por ejemplo, el técnico Eduardo Coudet, uno de los expulsados durante el escándalo junto con el defensa Javier Pinola, hoy lesionado. Lo único distinto es la instancia que los enfrenta (cuartos de final), aunque poco importa eso a los aficionados de Central, que todavía no digieren la derrota ante Newell´s, de hace pocos días. Para la mitad de Rosario se trata de una revancha esperada con ansiedad. Ellos siguen pensando que un año atrás, una mano negra les arrebató el título en la final. Incluso, se puso en duda la legitimidad del sorteo que decidió que el árbitro sea Ceballos.

Es por eso que hace unos días, el vicepresidente de Rosario Central, Luciano Cefaratti, interrumpió el sorteo de jueces que se realizó en la AFA, y en el que Patricio Loustau venció a Darío Herrera, para constatar la temperatura de las bolillas en una provocación que no cayó para nada bien en la vereda de enfrente. “El que se quema con Boca ve un partido y llora”, dijo Cefaratti parafraseando un viejo dicho argentino que refiere a las malas experiencias (“El que se quema con leche ve una vaca y llora”). “Lo de Cefaratti fue una estupidez infantil” respondió Daniel Angelici, presidente de Boca.

Tras el intercambio dialéctico, desde ambas instituciones decidieron cultivar un bajo perfil y no calentar un partido que de todas maneras, ya tiene la mecha encendida. Así también lo entienden los hinchas de Boca que en apenas 3 horas agotaron las 11.000 entradas populares puestas a disposición y están por acabar con las 18.000 plateas. Del otro lado, también se han vendido unos 10.000 tickets, aunque quedan más localidades a la venta. El estadio estará a tope, con una multitud de ojos que caerán sobre la figura del árbitro Loustau, el mismo que por estas horas, y con los antecedentes recientes, solo quiere pasar desapercibido, ¿Lo logrará?